¿Qué objetivos se esconden tras el movimiento 15M o movimiento de los indignados?

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Ultima hora (28 de mayo de 2011): Gracias al brutal intento de desalojo de los manifestantes pro 15M de la plaza de Catalunya de Barcelona, por parte de la policía, y principalmente, debido a su retransmisión y amplificación, a través de los grandes medios de comunicación de masas capitalistas, incluidos los más conservadores, como Antena 3, el establishment ha conseguido revitalizar un movimiento que empezaba a mostrar síntomas de cansancio. Esta estrategia, en la que por primera vez en la historia de España, los medios de comunicación del sistema hablan, sin tapujos, de brutalidad policial y victimizan a unos manifestantes supuestamente antisistema, ante una audiencia de millones de personas, sin duda alguna, tiene como objetivo aumentar el apoyo popular a las protestas del 15M, de cara a la manifestación del próximo día 29 de mayo. Todo esto prueba, una vez más, el interés del sistema en el desarrollo de este movimiento, pues mientras que este tipo de actuaciones policiales (y otras mucho más violentas) son constantemente defendidas, por esta misma prensa, para justificar la disolución de manifestaciones pacíficas multitudinarias organizadas por el movimiento independentista Vasco, en este caso son duramente criticadas. Pincha aquí, para ver cómo uno de los periódicos del conservador grupo de prensa Vocentovictimiza a los manifestantes y denuncia, con todo lujo de detalles, el carácter violento de esta actuación policial.
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(27 de mayo) En aras de dotar al movimiento de una cierta apariencia de neutralidad ideológica, supuestamente con el objetivo de conseguir la unidad entre los manifestantes, los organizadores han tratado por todos los medios de evitar que los participantes lucieran pancartas o banderas de organizaciones sindicales o políticas revolucionarias y transformadoras. Con ello, en lugar de unidad, se ha conseguido uniformidad, vacía de toda propuesta encaminada a superar el actual sistema imperial-capitalista, responsable,  debido a su propia naturaleza interna, de la actual situación de esclavitud a la que está sometida la mayor parte de la humanidad, prevaleciendo únicamente la idea de la posible reforma de este sistema.
Es decir, bajo una falsa apariencia de neutralidad, los organizadores han conseguido imponer al movimiento una ideología bien definida: el reformismo. Una ideología que históricamente ha sido de gran utilidad a las clases dominantes, para que, mediante pequeños “parches”, todo continúe funcionando como venía funcionando (una minoría de hombres que se comportan como lobos para la gran mayoría de los hombres). Una forma muy eficaz de encauzar la disidencia hacia un punto no sólo asumible por el sistema (como comentaba en el primer análisis sobre el movimiento 15M), sino positivo para su fortalecimiento.
Para finalizar con este análisis del movimiento 15M, me gustaría hablar del importante papel jugado por los medios de comunicación en la génesis y desarrollo de este movimiento. Si bien es cierto que las convocatorias de las movilizaciones del 15M se iniciaron a través de la red y posteriormente con cartelería en calle, no es menos cierto que si no hubiera sido por la atención desproporcionada que los medios de comunicación de masas capitalistas prestaron a este movimiento, tanto antes como (especialmente) después del 15 de mayo, nada habría sido como fue.
Gracias a esta atención (más bien deberíamos decir promoción) masiva que los mass media dieron a la primera movilización del 15M (el día 15 de mayo), exaltando su carácter “épico” (represión policial y detención de manifestantes pacíficos), a la hora de (des)informar sobre lo sucedido, se consiguió lo que se conoce vulgarmente como efecto llamada, haciendo que multitud de personas que, en un principio, no tenían pensado acudir a las movilizaciones, se sumasen a ellas, como muestra de solidaridad, convirtiendo las siguientes movilizaciones (convocadas a través de cientos de miles de mensajes de teléfonos móviles, de dudosa procedencia, y de los propios medios de comunicación que anunciaban, paso a paso, las siguientes movilizaciones) en masivas.
Posteriormente, y abultando el número de participantes en las manifestaciones (recordemos que la Puerta del Sol tiene capacidad para unas 15.000 personas y la prensa hablaba de cientos de miles), se consiguió dar la sensación de una protesta global, que tenía el apoyo total de la población española, a pesar de que en Madrid vivan más de 5 millones de personas y las movilizaciones fueran secundadas, como mucho, por unas decenas de miles.
Está estrategia fue útil a nivel local, pero especialmente lo ha sido a nivel internacional, al ser transmitida, por los medios extranjeros, la impresión de que la población española, en su conjunto, apoyaba las movilizaciones del 15M o movimiento de los indignados. De esta forma, cuando tengan lugar movilizaciones similares (como la anunciada para el 29 de mayo de 2011), en otros puntos del planeta, serán asumidas de forma acrítica, como reacciones naturales y espontáneas de la sociedad, totalmente independientes. Lo mismo que ha sucedido en las movilizaciones españolas, en las que se comparaba su nacimiento y desarrollo, con el de las revoluciones árabes, las cuales habían sido presentadas anteriormente también, como independientes y espontáneas, a pesar de que un análisis más profundo demuestre la intervención de la los servicios secretos estadounidenses, cuyo objetivo ha sido impulsar la caída de los viejos títeres (como Ben Ali o Mubarak), dando con ello la impresión de una depuración política, con el fin de mantener, con un cierto grado de consentimiento popular, los anteriores mecanismos de explotación imperial-capitalista, verdadero culpable de la situación de miseria de la población de éstos y de todos los países del mundo.


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