Haarp y el 11-M. Ausencia de imágenes en los atentados. Por Dosydos

La Unión Europea…, hablando de Haarp y otros proyectos similares u homólogos…; sobre este tipo de armas electromagnéticas, localizadas por la UE en los EE.UU., Noruega, China, Gran Bretaña, Francia, Rusia e Israel, decía la UE en el documento adjunto, del que extraemos estos fragmentos:
“Mediante la manipulación de la ionosfera se pueden bloquear las comunicaciones globales a la vez que se transmiten las propias“.
“Si se utiliza como arma militar, esta energía puede tener un impacto devastador sobre el enemigo. El HAARP puede enviar muchos millones más de energía que cualquier otro transmisor convencional. La energía también puede dirigirse a un blanco móvil…”. 
Estas armas se producen, por ejemplo, en los EE.UU., China, Gran Bretaña, Francia, Rusia e Israel” y “en Noruega”, entre otros…
“Las armas no letales (que matan de manera invisible) no deben utilizarse como un instrumento de interferencia y dominio político de los países del norte sobre los países del sur.”
[DOCUMENTO ADJUNTO. Sobre Haarp y otros sistemas similares. Parlamento Europeo, 1999].
Haarp y el 11-M

Ausencia de imágenes en los atentados

Dosydos
Paz Digital, 17-08-2010.- Este artículo va dedicado solo a los que ya no consideran que la existencia del Haarp americano, el Sura ruso y sus homólogos pudieran ser efectos de alucinaciones y conspiranoias. También deberían, los lectores, tener interés en encontrar toda la verdad sobre la masacre del 11-M, al margen de signos políticos, para que los responsables vayan a la cárcel en vez de estar libres para seguir atentando “a sus nuevas maneras”, incluso si, como nosotros, estuvieran convencidos de que nunca se sabrá toda la verdad. Otro detalle a tener en cuenta para entender el siguiente artículo en su plenitud es que sería conveniente conocer antes los que ya hemos publicado sobre Haarp, Sura, Echelon, Sitel, Sirdee, Sive, etc. Y, por supuesto, tener claro que a la Unión Europea le interesaba que el PSOE llegara al poder para firmar el Nuevo Tratado y que por ello los atentados sirvieron para algo (lo dijo Borrell -del PSOE-, tal como tenemos más que argumentado y demostrado). Decía que los que estén a este nivel de conocimiento y tengan la voluntad de seguir las pistas de los hechos reales y no las de las falsas pruebas que tantas veces intentan colar, les animamos a que sigan leyendo. A los demás, les recomendamos que se salten el artículo y lean antes en los enlaces de abajo o que no lean. No vamos a desvelar nada nuevo o desconocido, sino a reflexionar sobre los sucesos y a dejar que cada uno saque sus propias consecuencias y relaciones. Comenzamos…
Antes del 11-M
El Parlamento Europeo, ya en 1999 y con referencias a 1995, había elaborado un informe sobre Haarp y otros proyectos similares. La Comisión Europea dictó una Resolución. Dio órdenes de investigación. No se pronunció sobre los resultados. Hubo reclamaciones escritas y respuestas de uno u otro órgano (pueden acceder a los documentos originales desde los enlaces de abajo). Aquí nos referiremos a la Unión Europea (UE), indistintamente, venga el escrito de la Comisión Europea o del Parlamento Europeo.
En primer lugar destacamos, por refrescar los conceptos, que la UE describía estos proyectos de la siguiente manera:
“El HAARP (Programa de Investigación de Alta Frecuencia Auroral Activa) es un proyecto que llevan a cabo conjuntamente la fuerza aérea y la marina de los Estados Unidos, junto con el Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska, Fairbanks. Experimentos similares se están realizando también en Noruega, probablemente en el Antártico, así como en la antigua Unión Soviética. El HAARP es un proyecto de investigación que utiliza instalaciones terrestres y una red de antenas, cada una equipada con su propio transmisor, para calentar partes de la ionosfera con potentes ondas de radio. La energía generada calienta partes de la ionosfera, lo que produce agujeros en la ionosfera y “lentes” artificiales.
El HAARP puede utilizarse para muchos fines. Mediante la manipulación de las características eléctricas de la ionosfera se puede controlar una gran cantidad de energía. Si se utiliza como arma militar, esta energía puede tener un impacto devastador sobre el enemigo. El HAARP puede enviar muchos millones más de energía que cualquier otro transmisor convencional. La energía también puede dirigirse a un blanco móvil, lo que podría constituir un potencial sistema antimisiles.
El proyecto permite también una mejor comunicación con submarinos y la manipulación de condiciones climáticas globales. Ahora bien, también es posible hacer lo contrario e interferir las comunicaciones. Mediante la manipulación de la ionosfera se pueden bloquear las comunicaciones globales a la vez que se transmiten las propias. [...]
El HAARP está vinculado a 50 años de investigación espacial intensiva de marcado carácter militar, incluyendo el proyecto “guerra de las estrellas”, para controlar la alta atmósfera y las comunicaciones”.
La UE considera a Haarp y a sus proyectos homólogos como armas electromagnéticas, dentro de las denominadas “armas no letales”, pero aclara que pueden ser mortales (volveremos sobre ellas). Y añade la UE sobre estas armas electromagnéticas, incluyendo a Haarp y sus homólogos, en una aclaración más:
“Estas armas se producen, por ejemplo, en los EE.UU., China, Gran Bretaña, Francia, Rusia e Israel”.
Bien, pues a pesar de la reiteración en que la “Antigua Unión Soviética” o “Rusia” posee un proyecto similar a Haarp (Sura), la propia Unión Europea encargó a Rusia el estudio sobre Haarp, como se desprende, entre otras cosas, del siguiente texto:
“La Unión Europea debe actuar de manera que los convenios internacionales regulen también las nuevas tecnologías de armas y el desarrollo de nuevas estrategias de armas. [...]
Pide a la Comisión que, en colaboración con los Gobiernos de Suecia, Finlandia, Noruega y la Federación Rusa, examine las repercusiones medioambientales y para la salud pública del programa HAARP para el Antártico y que le informe de sus conclusiones.
Pide, en particular, que se celebre un convenio internacional para la prohibición global de toda la investigación y desarrollo, ya sea militar o civil, que tenga como finalidad aplicar los conocimientos químicos, eléctricos, de vibración de sonido u otro tipo de funcionamiento del cerebro humano al desarrollo de armas que puedan permitir cualquier forma de manipulación de seres humanos, incluyendo la prohibición de cualquier despliegue actual o posible de dichos sistemas”.
Dejando aparte el significado del último fragmento en negrita -nada menos que un reconocimiento del uso de las armas electromagnéticas para la manipulación del cerebro y de los seres humanos-, aunque vistas ciertas manipulaciones, no estaría mal abordar aquí el asunto, pero por no extendernos, podemos afirmar, sin lugar a dudas, que, la Unión Europea, en 1999, pidió a Rusia y a Noruega, entre otros, una investigación sobre Haarp y sus efectos sobre impedir las comunicaciones, sobre la manipulación del cerebro humano, sobre el daño a la vida -o sea, el crimen- y sobre el cambio climático provocado, en general.
Al mismo tiempo, afirmaba la UE que “Estas armas se producen, por ejemplo, en los EE.UU., China, Gran Bretaña, Francia, Rusia e Israel”. Y en Noruega, entre otros.
Una vez más, la UE puso al zorro a cuidar de las gallinas. Pero sigamos…
Pasados cuatro años, cuando ya tenía la UE ¡todavía más desarrollados y abundantes! sus propios sistemas similares (tal como hemos explicado en otro artículo), en la Unión Europea no había habido respuesta oficial sobre las investigaciones a Haarp, lo que llevó a que se formularan algunas preguntas en el Parlamento o en la Comisión. Por ejemplo, la siguiente, de 28 de abril de 2003, formulada por Hiltrud Breyer (Verts/ALE) a la Comisión (E-1453/03):
” En relación con los apartados 26 a 29 de la Resolución sobre medio ambiente, seguridad y política exterior (Resolución del PE de 28 de enero de 1999),
¿Ha examinado la Comisión si existe alguna repercusión del programa HAARP para la Europea ártica, desde el punto de vista medioambiental y de la salud pública? ¿Informará al Parlamento sobre los resultados? En caso afirmativo, ¿qué repercusiones pudieron comprobarse?
¿Qué ha hecho la Comisión para lograr la celebración y aplicación de un convenio internacional para la prohibición mundial de cualquier tipo de desarrollo y despliegue de armas que puedan permitir cualquier forma de manipulación de los seres humanos?”
A este tipo de preguntas respondía la Sra. Wallström, en nombre de la Comisión, el día 3 de julio de 2003 (E-1453/2003), de esta manera:
“El Programa HAARP (High frequency Active Auroral Research Programme) para la Europa ártica es un programa militar. La Comisión no tiene competencias, ni realmente la experiencia necesaria, para llevar a cabo el examen solicitado por el Parlamento en el apartado 26 de su Resolución”.
La mentira es evidente, ya que si la Comisión no tuviera experiencia, para eso tenía instrucciones de ser apoyada en la investigación por -entre otros- Rusia y Noruega, cuya experiencia en mecanismos similares a Haarp había sido avalada y reiterada por el propio Parlamento Europeo.
Pero se zanjó la cuestión, mientras cada uno de los proyectos de “guerra electromagnética” seguía avanzando y luchando por la hegemonía, tanto arriba como abajo y… debajo…
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El 11-M en Madrid y en Alaska

Al anochecer del día 10 de marzo de 2004 en Alaska, siendo el 11 de marzo de 2004 en España -por las diez horas de diferencia de franja horaria-, en los momentos previos a los atentados en los trenes de Madrid, Haarp orientó las antenas hacia la ionosfera y, a pesar de que sus acciones, generalmente, son de resultados invisibles a simple vista, como bien describe la UE y tenemos más que explicado en Paz Digital, el efecto electromagnético producido por Haarp durante el 11-M fue tan intenso que produjo una aurora boreal artificial.
En teoría estaban haciendo un experimento -como siempre-, pero los propios protagonistas declararon verse sorprendidos por un punto verde que se observaba desde su “refugio interior”; salieron fuera y observaron la aurora boreal, declarándose sorprendidos ¡y sin entender las razones de que la hubieran producido!
Lo justifican -los medios interesados o “creyentes”- con que fue la primera aurora boreal artificial que se había producido y los de Haarp no tenían experiencia. A poco que se sepa de historia -y si no, léannos- esto es falso: no fue la primera, hubo otras, y algunas afectaron al planeta completo y siguen afectando.
Pero volviendo sobre la aurora boreal del 10 de marzo de 2004 en Alaska, 11 de marzo de 2004 en España, y sabiendo que, si ellos se sorprendieron, quizá otros no se sorprendieran tanto, ya que no solo podría producirla Haarp (¿podría haberlo producido otro sistema y cargársela a Haarp hasta el punto de que se lo creyeran, o simularan creerlo, aunque no lo entendieran?; quizá no serían los únicos que sufrieran esa táctica, y se creyeran culpables el mismo día 11-M); con la certeza de que las ondas electromagnéticas producidas por estos sistemas pueden interceptar las comunicaciones selectivamente en cualquier punto del planeta -al margen de otras acciones para las que están capacitados, en las que no entraremos ahora-, sin que afirmemos que necesariamente fuera la causa -y más nos vale no afirmar, sino informar, simplemente-, podemos afirmar que hubo razones suficientes para que se interrumpieran las comunicaciones y las grabaciones de las cámaras de vídeo de Renfe, de las gasolineras y de la propia DGT desde los momentos anteriores a la masacre y que no es descabellado pensar que no se vieron -en general- las imágenes de los que entraron y salieron nada más que por aquellos a los que se les permitiera verlas con sus propias herramientas.
De la misma manera, sería conveniente reflexionar sobre si hubo imprevisión y falta de vigilancia en esos días, si realmente hubo imprevisión o fue un acto de alta traición.
Sobre este asunto no podemos evitar que resuenen en nuestra mente las también palabras de la Unión Europea…, hablando de Haarp y otros proyectos homólogos y armas electromagnéticas, localizados por la UE en los EE.UU., Noruega, China, Gran Bretaña, Francia, Rusia e Israel. Decía la UE:
“Las armas no letales no deben utilizarse como un instrumento de interferencia y dominio político de los países del norte sobre los países del sur.”
http://paz-digital.org/new/index.php?option=com_content&task=view&id=9736&Itemid=26

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