El sexto sentido de los perros

FUENTE http://beatrizmoragues.blogspot.com

Convivimos con nuestros perros, les cuidamos, les queremos, nos hacen reír con sus juegos, pero... ¿les conocemos? En parte, es obvio, que sí. Hoy en día existe mucha información al alcance de cualquier persona interesada y las visitas al veterinario también nos aclaran dudas. Sin embargo, hay facetas de nuestro perro que desconocemos y eso les convierte en un asombroso misterio, en una emocionante incógnita que derrocha generosidad.

Perros que ejercen de terapeutas, que detectan enfermedades, que recorren miles de kilómetros buscando a sus dueños, que mantienen una extraña fidelidad más allá de la muerte... Hechos sorprendentes que no dejan de enseñarnos que aunque es mucho lo que conocemos, también es mucho lo que nos queda por conocer.

Los sentidos de los perros

Los perros al nacer son ciegos y sordos, entre los nueve y los catorce días siguientes sus sentidos empiezan a despertar, pero no verán completamente hasta el mes y medio de vida. El sentido más importante del perro es el olfato. Con él escruta a personas y objetos para saber si son familiares o desconocidos, se comunica y se orienta. El olfato canino está extraordinariamente desarrollado, su nariz posee entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, mientras que en el ser humano solamente existen 5 millones. Esta asombrosa superioridad es utilizada en los perros de rescate, detectores de explosivos, drogas...

El siguiente sentido más desarrollado en el perro es el oído, lo que les permite oír sonidos agudos que los humanos somos incapaces de percibir, por ejemplo, el famoso silbato silencioso para perros. Además, tienen una idea más clara del lugar del que procede dicho sonido. Se piensa que los perros son capaces de oír a mucha más distancia que un ser humano, pero la veterinaria británica Celia Cox, especialista en cirugía otorrinolaringológica, afirma que después de llevar a cabo una investigación con miles de perros, la sensibilidad al sonido de éstos es similar a la de las personas. Es decir, según esta especialista los perros son capaces de oír sonidos más agudos, pero no a mucha más distancia que el ser humano.

La vista en los perros también es muy importante. Sus ojos poseen una membrana de colores llamada "tapetum" que refleja la luz e intensifica la visión, lo que les permite ver mucho mejor que nosotros por la noche. Si alguna vez hemos visto que a nuestro perro le brillan los ojos en la oscuridad, eso es gracias al "tapetum". Su ángulo de visión también es mayor que el nuestro, llegando aproximadamente a los 280 grados, mientras que en las personas es mucho más reducido.

Por esos sentidos tan superiores a los nuestros, los perros perciben cambios a su alrededor que los humanos somos incapaces de apreciar.

Perros curativos

Se han realizado multitud de estudios donde se demuestra que los animales de compañía son extraordinarios aliados en los momentos difíciles. Por ejemplo, se sabe que las personas que pasan por un periodo de duelo de un ser querido, se deprimen y se aíslan menos si comparten su vida con un compañero de cuatro patas.

Los perros favorecen las relaciones entre las personas, ya que la comunicación surge espontánea con los dueños de otros canes. James Serpell, de la Universidad de Cambridge, expone en su investigación que quienes adquieren un perro mejoran su salud, aunque solamente sea por hacer más ejercicio al sacarlos a pasear. También un estudio de la Universidad de Queen, en Belfast, llevado a cabo por la doctora Wells, asegura que convivir con un perro es beneficioso para la salud. La investigación ratifica que el estrés es menor en los dueños de perros y que se recuperan mejor de las enfermedades.

En Estados Unidos existen más de dos mil proyectos de visitas de animales, especialmente perros, a hospitales, asilos, cárceles y orfanatos. Está comprobado que esas visitas resultan muy beneficiosas para los niños, especialmente para los que están enfermos con prolongadas estancias en los hospitales. También los ancianos aguardan con ilusión la cita con sus amigos caninos. Y en las cárceles se ha comprobado que la compañía de estos animales reduce los suicidios y la violencia, además de mejorar las relaciones entre el personal de la prisión y los presos. Por otra parte, una pionera terapia con perros que se lleva a cabo desde hace unos años en la prisión provincial de Teixeiro (Ourense), va a ser exportada a otros centros del país, pues se ha comprobado que aumenta la autoestima y la responsabilidad de los internos, al tiempo que disminuye la ansiedad y la depresión.

Resulta sorprendente como los perros parecen adivinar el estado en el que se encuentran sus dueños. La señora von der Heyde, de Alemania, cuenta cómo su perro cambió de actitud un día que llegó a casa con un problema en el pie. En lugar de recibirla saltando, como era su costumbre, se quedó mirándola e inmóvil a su lado "como para consolarme". También hay personas que padecen migrañas y sus perros tienden a lamerles el lado en el cual sufren el dolor, como si detectasen algo extraño. Asimismo, los perros perciben el estado anímico de sus compañeros humanos como lo evidencia la increíble historia de William. Su dueña estaba viviendo un delicado momento en su matrimonio, hasta el punto de pensar en el suicidio. Súbitamente, William corrió hacia ella y comenzó a gruñirle, cosa que no había hecho nunca en sus quince años de vida. La mujer se asustó, dejó las pastillas que iba a tomar para poner fin a su vida y se sentó en el sofá. El perro saltó hacia ella y empezó a lamerle impetuosamente la cara, mientras todo él temblaba.

Como hemos dicho, algunas residencias de ancianos también cuentan con la ayuda de estos maravillosos animales. Es indudable que tienen el poder de confortar, incentivar y sacar a algunas personas mayores de su introspección permanente. Pero también aquí son capaces de ir más allá. Chad visita a su dueña en una residencia de Inglaterra. Allí se relaciona con todos los ancianos y tiene un contacto muy especial con una mujer. Esta señora enfermó y, cuando sentía que llegaba su hora, quiso que le trajera a Chad. El perro llegó, apoyó su cabeza sobre la cama y así estuvo tres horas, hasta que la mujer falleció.

El tema de los perros que detectan los ataques de epilepsia es sumamente curioso. Christine Murray tiene una perra mestiza, Annie, que minutos antes de que sufra un ataque salta sobre ella y empieza a lamerle frenéticamente la cara. Christine se echa sobre la cama y en escasos momentos le llega el ataque. "Es asombroso -dice-, no puedo explicarlo, no sé por qué, pero Annie sabe cuándo estoy a punto de tener un ataque". Tener un perro puede modificar radicalmente la calidad de vida del enfermo, pues a estas personas les puede sobrevenir un ataque en cualquier momento, cuando están en la calle o en sus casas, y la pérdida repentina de conciencia resulta tremendamente peligrosa para su integridad física. Por ello,  saber cuándo van a padecer un ataque mejora su día a día considerablemente.

El caso de la señora Brown-Griffin detalla muy bien la importancia de los canes en esta enfermedad. esta mujer tiene que soportar varios ataques por semana y no pudo salir de casa hasta poseer un perro de rescate llamado Rupert: "El perro siente hasta cincuenta minutos antes que voy a tener un ataque y me golpea dos veces con la pata, con lo que me da tiempo de buscar un lugar seguro. Puede incluso oprimir un botón en mi teléfono y ladrar cuando tiene respuesta a fin de obtener ayuda, y si piensa que voy a tener un ataque cuando me baño, quita el tapón. Simplemente no puedo imaginarme la vida sin él". Es importante aclarar que aunque hay perros que se les entrena para detectar esta enfermedad, también los hay que lo hacen espontáneamente, sin ningún tipo de adiestramiento.

Por otra parte, y para terminar este apartado, comentar un artículo que se publicó en la prestigiosa revista Lancet, sobre una mujer que sufrió un cáncer de piel. Los doctores Williams y Pembroke, del departamento de dermatología del King´s College Hospital de Londres fueron sus autores. "La primera noticia que la mujer tuvo de la lesión se debió a que su perra la olfateaba constantemente. La perra no mostró interés en otros lunares del cuerpo de la paciente, pero solía pasar varios minutos por día olfateando intencionadamente la lesión, incluso a través de los pantalones de la paciente. A resultas de eso, la mujer fue aumentando sus sospechas. Este ritual continuó durante varios meses y culminó en el intento de la perra de morder la lesión cuando la paciente usaba pantalones cortos, lo cual la obligó a realizar una nueva consulta médica. Muy probablemente esta perra ha salvado la vida de su ama, al estimularla a buscar tratamiento cuando la lesión todavía se hallaba en una etapa incipiente y curable".

Lealtad más allá de la muerte

Los vínculos que se crean entre el perro y su dueño pueden llegar a veces a traspasar las fronteras de este mundo. Muchos habrán oído hablar del perro de Abraham Lincoln, que se puso a correr como loco alrededor de la Casa Blanca minutos antes de que a su dueño lo asesinaran. O el perro de Lord Carnarvon, descubridor de la tumba de Tutankamón, que horas después del fallecimiento de su amo aulló y murió repentinamente.

También hay casos menos famosos, como el de "Sandy", en Reino Unido, una labradora de trece años que veló a su dueño durante casi un mes hasta que los encontraron a los dos. O el de "Lizzie", que permaneció junto al cadáver de su dueño durante diez días. Pero veamos algunos casos con un poco más de profundidad.

Joseph Tagg era un guardabosques jubilado de 81 años, que salía habitualmente a pasear por los montes con su perra "Tip". En uno de esos paseos se le fue la vida, pero los grupos de rescate no le localizaban. Estuvo desaparecido hasta que dos pastores encontraron su cuerpo, casi cuatro meses más tarde. Durante todo ese tiempo, "Tip" permaneció a su lado soportando la crudeza del invierno. La hallaron aún viva, pero en un estado lamentable. Afortunadamente, el sobrino de Tagg la adoptó y vivió su último año envuelta en todo tipo de mimos y comodidades. En honor a su lealtad, se le premió con la Medalla de Bronce de la Liga de Defensa Canina y se le erigió un monumento junto a las tranquilas aguas del embalse de Derwent Dam, en Derbyshire, Inglaterra, con una leyenda que reza: "En memoria de la devoción de Tip, la perra ovejera que permaneció en el páramo de Howden junto al cadáver de su amo muerto, Mr. Joseph Tagg, durante quince semanas, del 12 de diciembre de 1953 al 27 de marzo de 1954".

Otro conocido caso es el de Bobby. Cuenta su esposa, Molly Perffet: "Mi marido sufrió una grave apoplejía en 1988 y murió en el hospital dos semanas más tarde. Después de su entierro en el jardín de una iglesia cerca de casa, nuestro perro "Joe" desapareció durante horas y luego descubrimos que estaba sentado junto a la tumba de mi marido". Este perro permaneció durante catorce años junto a la sepultura del que fue su dueño en vida.

Sorprendentes viajes

Existen numerosos casos de perros que vuelven a su casa después de haberse perdido o haber sido abandonados, en ocasiones a miles de kilómetros de distancia. El Times publicaba en 1995 una noticia sobre un perro pastor al que habían abandonado unos ladrones tras robarle el coche a su dueño con él en su interior. "Blake", que así se llamaba el perro, tardó cinco días en regresar a su casa, después de recorrer casi cien kilómetros.

Estos casos no tienen explicación. Ni por el olfato, ni por la visión, ni por los demás sentidos conocidos, un perro podría recorrer cientos o miles de kilómetros hasta regresar a su casa. Pero hay sucesos todavía más extraordinarios, como el que llevó a cabo "Troubles". En la guerra del Vietnam los destacamentos norteamericanos recurrieron a los perros como ayuda en las misiones, a los que se trasladó en helicóptero a las zonas en conflicto. "Troubles" viajó con su adiestrador, William Richardson, que fue malherido y llevado al hospital, mientras que "Troubles" era abandonado en mitad de la selva. Tres semanas después apareció en el Cuartel de la Primera División, delgado y agotado, buscó la tienda de Richardson y se durmió junto a sus enseres personales. Él sabía que había llegado a su destino.

Otro caso singular es el de Patricia Burke, que vivía en una granja en Escocia. Cada día debía desplazarse a su lugar de trabajo, que distaba diez kilómetros de su vivienda. Una mañana al llegar a su trabajo, su perro estaba esperándola en la puerta. Su dueña se preguntó cómo era posible aquello, si nunca antes había estado allí. Muchas preguntas sin respuesta, y muchos secretos que nuestros amigos los perros guardan tras su atenta mirada.

Beatriz Moragues - "El Mundo del Perro"
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Comentarios

  1. No hay amor más sincero y leal que la de un amigo conocido por todos como "perro", mi nombre es Douglas Müller, tenía un amigo llamado Rocko, era un perrito muy hermoso, que nació de una cruza de un macho boxer con rottweiler y una hembra boxer, él era color negro con blanco, chato, cachetón y con unos ojos muy grandotes, en resumen un perro muy bonito, pero un día tuve que salir del país por dos largos meses, digo largos, por que es lo que bastó para que mi perro muriera de tristeza por no estar con su dueño, habiamos formado un lazo muy fuerte, mi familia me contaba por telefono que me buscaba mucho en mi cuarto, pasaba mucho tiempo viendo por la puerta de la casa esperando a que llegara y que ya no era el mismo, estaba muy triste y perdió el apetito, hasta que un día me comunicaron que Rocko habia muerto, me sentí muy mal porque siento que fue por mi culpa, pero yo nunca quise que asi pasara, me puse muy triste y me eché a llorar, justo hoy, recordaba a mi perrito viendo la película Siempre a tu lado Hachiko un akita que murio esperando a su dueño en una estación de tren, entonces, entre melancolía pedí en voz alta que si de alguna manera el me escuchaba, le pedía perdón por haberlo dejado y que si me perdonaba que me lo hiciera saber de alguna forma y justo en ese momento, entró a mi cuarto el perrito de mis primos que viven al lado, subio a mi cama y me lamió la cara con tanta alegría que para mí esa fue la señal que esperaba, ahora me siento un poca más tranquilo al saber que me perdonó. Siempre lo voy a querer y a recordar, estos amigos son los mejores, brindan amor y lealtad sin condición.

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  2. maravillosa historia deberiamos aprender de ellos lo que es el amor incondicional que a nosotros se nos ha olvidado por completo

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    1. gracias, si es verdad, tenemos mucho que aprender de esos maravillosos compañeros

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