ESPIONAJE EN REDES SOCIALES


ANDREW MC LAUGHLIN, EX ASESOR DE BARACK OBAMA EN TECNOLOGÍA Y ANTÍGUO RESPONSABLE DEL DEPARTAMENTO DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES DE GOOGLE.
Los espías se apuntan a las redes sociales: Público.es
Los servicios de inteligencia intentan aprovechar las ventajas de las denominadas "fuentes abiertas"
DAVID BOLLEROLondres20/02/2012 06:23 Actualizado: 20/02/2012
Internet se ha convertido en uno de los mayores repositorios de datos para los servicios de inteligencia. La información pública de libre acceso ha sido durante mucho tiempo una fuente de datos indispensable para las organizaciones terroristas. Ahora, también lo es para las fuerzas del orden. Entre el maremágnum de estas fuentes abiertas, las redes sociales han supuesto un punto de inflexión en la inteligencia. Sin embargo, la cantidad ingente de información que se sube a la red hace prácticamente imposible que no se escapen datos relevantes. Así lo explican los propios expertos de inteligencia, que llegan a asegurar que la matanza de la isla de Utøya (Noruega) podría haberse evitado de haberse analizado a tiempo los mensajes subidos por Anders Behring Breivik a diversos foros de internet, incluida su propia cuenta de Twitter.
Desde el prisma del profesor de Criminología en la Universidad de East London, Andrew Silke, "el hecho de que las agen-cias de inteligencia prohíban a su propio personal el uso de redes como Twitter o Facebook debería decirnos algo acerca de su valor potencial".
Los expertos están desarrollando herramientas de alerta temprana
Piratas y ladrones
Los terroristas lo tienen claro y, de hecho, estudios como los del español Fernando Ibáñez, responsable del master en Seguridad Global y Defensa de la Universidad de Zaragoza, revelan que los piratas somalíes han organizado durante mucho tiempo sus abordajes a pesqueros con ayuda de internet.
Este es el motivo por el que, según explica Erica Cheno-weth, directora del Programa de Investigación de Terrorismo e Insurgencia de la Universidad de Wesleyan en Connecticut (EEUU), "muchas agencias de inteligencia están desarrollando tecnologías con las que obtener información de redes sociales como Facebook o Twitter". Y no sólo quieren recopilar información, también pretenden infiltrarse en organizaciones terroristas: el Mando Central de EEUU utiliza software para simular perfiles falsos en los movimientos yihadistas que utilizan estas redes.
Millones de personas divulgan sus datos voluntariamente
Internet y las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo, pues la ingente cantidad de información obliga a las agencias de inteligencia a destinar muchos recursos analíticos para poder hacer frente a estos volúmenes de datos.
Así es como ha surgido recien-temente el proyecto CAPER, iniciativa de I+D financiada por la Comisión Europa con 7,2 millones de euros. CAPER cuenta con 16 socios de seis países y está liderada por la empresa española S21sec. El objetivo es crear una plataforma común para la prevención de la delincuencia organizada a través del intercambio, la explo-tación y el análisis de fuentes de información abiertas y privadas. Óscar Álvarez, máximo responsable de SIEG Inteligencia Estratégica, empresa del grupo S21sec, explica que "con esta herramienta de vigilancia digital se podrán emitir alertas tempranas cuando se detecten posibles amenazas".
La tecnología desarrollada por la compañía española es capaz de analizar en tiempo real millones de datos texto, fotos, vídeo y soni-do, clasificándolos por áreas geográficas y ofreciéndolos, hasta el momento, en 16 idiomas.
Otro obstáculo es que hay que comprobar la fiabilidad de estas informaciones, pues en ocasiones son tergiversadas intencionadamente por grupos terroristas. En este sentido, el teniente coronel del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Ignacio Antonio Rosales precisa que la inteligencia, para que verdaderamente aporte un conocimiento útil para tomar decisiones, "suele elaborarse con información procedente de diversos tipos de fuentes, de forma que se puedan contrastar los datos y se pueda realizar un análisis más completo".
En este punto surge el debate sobre la privacidad de estas actuaciones policiales. Pero la realidad es que la información obtenida es pública y, como precisa Silke, "procede de millones de personas divulgando voluntariamente información acerca de sus familias, sus amigos, sus trabajos, sus intereses, sus posiciones políticas, incluso de sus rutinas diarias".
Se trata de una auténtica "mina de oro" para la inteligencia, según explica el criminólogo. Como indica Silke, "muchos terroristas y, sobre todo, muchos simpatizantes y partidarios, postean regularmente en estas redes, lo que proporciona una cantidad de información que habría sido impensable hace 20 años.


"El espionaje en redes sociales es la forma más efectiva de control estatal en Internet"
Las redes sociales no son sólo el lugar para coordinar esfuerzos contra gobiernos represores. Según el ex asesor en tecnología de Barack Obama, Andrew McLaughlin, son una fabulosa fuente de información para los que espían a sus ciudadanos.
PorFrancisco de Zárate


Las redes sociales no son sólo el lugar donde los jóvenes de Egipto y Túnez coordinaron los esfuerzos que en 2011 terminaron con décadas de presidentes impopulares. También son una fuente de información fabulosa para gobiernos represores que espían a sus ciudadanos. Al menos así es como lo ve Andrew McLaughlin (41), ex asesor de Barack Obama en tecnología y antiguo responsable del departamento de asuntos institucionales de Google.
McLaughlin habló la semana pasada con iEco, después de exponer en las conferencias de Experiencia Endeavor los objetivos de su nuevo emprendimiento, Civic Commons, una organización que fomenta la colaboración entre ciudades dentro de proyectos de software de código abierto.
- Si bien las redes sociales tuvieron un papel fundamental en las revueltas del Norte de África, también han surgido dos argumentos en su contra: sirven para espiar y para mantener entretenida a la población.
- Del Segundo argumento, ni me preocuparía.
- Según el autor del libro The Net Delusion, Evgeny Morozov, es una hipótesis más que fundamentada...
- Puede ser, pero no me llama mucho la atención. Lo primero sí creo que es importante. Los gobiernos pueden hacer tres cosas en las redes sociales: censurar, pagar a falsos comentaristas para que redirijan la conversación hacia donde les interesa, y espiar.
Si uno se fija en China, las inversiones del gobierno están en la primera categoría, censurar, y eso es errarle por completo. La censura siempre llega tarde y ya no controlan las noticias. Como se demostró con el reciente choque de trenes que sufrieron, la gente lo twiteó durante horas antes de que pudieran bloquear los tweets. Además, siempre se encuentra la forma de escribir en código para evitar el bloqueo.
Poco a poco China está invirtiendo más en la segunda categoría: crear falsos comentaristas o SockPuppets (marionetas de medias) como los llamamos en inglés. Contratan a un montón de gente para que diga cosas lindas sobre el partido comunista. No tengo claro cuán efectivo será esto a largo plazo, yo diría que no mucho ahora que las redes sociales permiten evaluar la calidad de los comentarios. Sitios como Yelp, que sirve para evaluar restaurantes, tienen un sistema de puntuaciones que le da más valor a las opiniones expresadas por personas con muchas conexiones y comentarios en diferentes restaurantes. De esa forma, los perfiles falsos que los restaurantes crean para alabar su propio negocio tienen mucho menos peso. Ese es un sistema que se va a ir extendiendo por toda la Red.
La tercera categoría, el espionaje, es a mi juicio la forma de control más efectiva para los estados y peligrosa para los activistas. China y otros países represores la han convertido en su arma principal. De vez en cuando arrestan a alguien de forma arbitraria, sólo para enviar la señal de que el activismo en las redes sociales te puede causar problemas. Una de las cosas que aún tenemos que aprender es cómo protegernos de esa labor de espionaje. Hasta ahora, se hizo muy poco en ese sentido.

-¿En qué momento la Administración Obama va a empezar a temer el creciente poder de Google?
- Los gobiernos que creen en la competencia tienen que mirar de cerca a las grandes empresas y eso es lo que está pasando ahora. Google es una empresa que quiere obtener beneficios, como cualquier otra, y por eso no creo que haya que esperar que siempre actúe por el bien público.
De cualquier forma, no veo problemas en la forma en que se está manejando Google. Conozco los algoritmos del buscador y sé que están claramente orientados a obtener el resultado más exacto. No tienen desviaciones en contra de los competidores porque sería ir en contra de los propios intereses de Google.
Lo que el gobierno sí está mirando con detenimiento es el sistema operativo Android, para determinar si Google favorece o no sus propios servicios, en contra de los de los competidores, cuando son accedidos a través de esta plataforma.
- Antes hablamos sobre riesgos de las redes sociales de los que no somos muy conscientes, ¿en qué cosas Internet aún nos va a sorprender para bien?
- Aún no nos hemos atrevido a soñar todo lo que puede significar el almacenamiento e intercambio de información en grandes cantidades, lo que en inglés se llama Big Data. Doy un ejemplo: cuando todos tengamos nuestra ficha médica digitalizada y con un buen mecanismo para proteger nuestra privacidad, los diagnósticos médicos van a mejorar de forma dramática. La pregunta mágica que podremos responder es cuál es el mejor tratamiento para cada paciente teniendo en cuenta sus condiciones, edad, sexo, presión arterial, síntomas, etc... porque podremos mirar qué fue lo que funcionó mejor para miles de personas con condiciones similares. Esto va a significar un avance enorme en disciplinas como planeamiento urbano, transportes públicos y educación.
También van a ser muy importantes los sensores que retransmiten de forma inalámbrica. No sólo el GPS que te dice dónde está el colectivo, sino los que miden el aire, la contaminación, el tránsito, los lugares donde hay más gente... Si se usan de forma responsable, protegiendo la privacidad, pueden ayudarnos a entender mejor el mundo y predecirlo.
- El debate sobre la neutralidad de la red cobró fuerza en EE.UU. con el auge de transmisoras de contenido audiovisual como Netflix, ¿las operadoras van a lograr encarecer la transmisión de algún tipo de contenidos?
- La neutralidad de la red es importante para el crecimiento económico y para el emprendedurismo. Los países tienen que hacer un esfuerzo para protegerla. Dicen que empresas como Netflix se aprovechan de recursos que no pagan pero es mentira. Netflix paga por su ancho de banda y yo, como cliente, pago por mi ancho de banda, así que no debería haber ningún problema. Si las operadoras están preocupadas es porque están integradas de forma vertical y son propietarias de canales de cable. Lo que están tratando de hacer es empeorar el servicio de Netflix para que los clientes elijan sus canales de cable.
- ¿Por qué es tan importante evitar que los operadores hagan discriminación de precios en función de los datos que se transmiten?
- Porque lo pueden convertir en una forma de tomar ventaja sobre sus competidores, y eso va a hacer que haya menos competidores, menos startups y menos innovación.
- ¿Espera un salto tecnológico que termine con la escasez de banda ancha y, por tanto, con la polémica sobre la neutralidad de la red?
- Los operadores quieren hacer dinero justificándose con la escasez. Es decir, que si el gobierno no protege la neutralidad de la red, lo que termina haciendo es permitir el siguiente razonamiento de los operadores: 'Es más rentable para mí la escasez de banda ancha que la abundancia'. Pero por supuesto, la meta de la política gubernamental debería ser dar incentivos para la abundancia, y no para la escasez. Es decir, que sean más rentables los operadores que ofrecen más banda ancha, mejores velocidades y mayor cobertura. Y no los operadores que pretenden cobrar extra a las empresas de Internet que sólo están haciendo lo que se supone que tienen que hacer.
Espionaje de redes sociales por el Gobierno será llevado a Contraloría
Senador Pedro Muñoz manifestó que el nuevo mecanismo constituye un tratamiento de datos sensibles, por lo que pidió invalidar licitación efectuada por el Ejecutivo.
Un recurso ante la Contraloría General de la República para declarar ilegal la plataforma de seguimiento de personalidades y conceptos en Internet, solicitó el senador Pedro Muñoz quien explicó que el sistema permitiría al Ejecutivo conocer en línea las reacciones que se susciten, particularmente en las redes sociales, en torno a autoridades, entidades y temas de interés nacional.
La iniciativa impulsada por el Ministerio Secretaría General de Gobierno y adjudicada a la empresa Brandmetric S.A., por un monto de $ 14.388.000, ha motivado una controversia en torno a sus objetivos y alcances.
Para el senador Muñoz el sistema impulsado por el Ejecutivo “es ilegal”, en tanto viola la intimidad de las personas. Por ello, solicitó al contralor general de la República, Ramiro Mendoza, “declarar que los actos administrativos que configuran e implementan esta plataforma de seguimiento, tales como llamado a propuesta, adjudicación y pagos, constituyen un tratamiento de opiniones políticas y, por tanto, de datos sensibles de la población, conducta claramente prohibida por la ley 19.628″.
Asimismo no descartó que estos mismos antecedentes sean objeto de un recurso de protección tendiente a paralizar la implementación y uso de este sistema.
“Se ha dicho que se trata de una forma de auscultar lo que la gente piensa del Gobierno, sus autoridades y de ciertas iniciativas, asimilándolo a lo que muchas empresas realizan respecto de marcas y productos, sin embargo, ello no es exacto, tanto por el carácter de las opiniones que se recogen como por las características de la plataforma que se está implementando”, manifestó.
El legislador recalcó que no se trata de recoger dichos sobre marcas o productos, sino opiniones políticas, definidas en el artículo 2º letra g) de la Ley 19.628 sobre datos personales y protección de la vida privada como datos sensibles de la población.
Agregó que el artículo 10º del mismo texto legal señala que “No pueden ser objeto de tratamiento los datos sensibles, salvo cuando la ley lo autorice, exista consentimiento del titular o sean datos necesarios para la determinación u otorgamiento de beneficios de salud que correspondan a sus titulares.”
Recalcó que “claramente para la ley las opiniones políticas no pueden ser objeto de tratamiento de ningún tipo, aún cuando provengan de fuentes públicas y en eso difieren de los datos personales”.
Asimismo, en cuanto a las características del sistema, el senador Muñoz rebatió que se trate de una mera revisión de opiniones. “Las Bases Técnicas nos dejan claro que no sólo recogerán estadísticamente los comentarios, sino también se identificará su origen, incluso la localización cuando se trate de Twitter y, más aún, que se almacenarán por un cierto período de tiempo.”
Puntualizó que “sería bueno que la ministra Von Baer lea las bases y los parámetros de evaluación que se utilizaron porque no estamos frente a un simple seguimiento de redes, sino que se está configurando una base de datos de opiniones políticas y eso está prohibido”.
Censura, 'trolls' pagados por los gobiernos y espionaje
A Andrew McLaughlin, ex asesor de Barack Obama y antiguo responsable del departamento de asuntos institucionales de Google, le han preguntado en una entrevista al suplemento iEco del diario argentino Clarín, por las actividades de los gobiernos en la redes sociales o más bien por la política de control (o represión) frente a las mismas.
Según Andrew McLaughlin los gobiernos pueden hacer (y hacen) tres cosas en las redes sociales: censurar, pagar a falsos comentaristas para que redirijan la conversación hacia donde les interesa y espiar.
Sobre la primera, la censura, considera que está superada. “Siempre llega tarde y ya no controlan las noticias. Como se demostró con el reciente choque de trenes que sufrieron, la gente lo twiteó durante horas antes de que pudieran bloquear los tweets. Además, siempre se encuentra la forma de escribir en código para evitar el bloqueo”.
Sobre la segunda categoría, crear falsos comentaristas, dice no tener claro cuán efectivo será a largo plazo el uso de Trolls o Puppets, “yo diría que no mucho ahora que las redes sociales permiten evaluar la calidad de los comentarios. Sitios como Yelp, que sirve para evaluar restaurantes, tienen un sistema de puntuaciones que le da más valor a las opiniones expresadas por personas con muchas conexiones y muchos comentarios en diferentes restaurantes. De esa forma, los perfiles falsos que los restaurantes crean para alabar su propio negocio tienen mucho menos peso. Ese es un sistema que se va a ir extendiendo por toda la Red”.
Para Andrew McLaughlin el potencial del estado-policial digital en las redes sociales reside principalmente en la tercera categoría: el espionaje. Él mismo lo explica:
Es la forma de control más efectiva para los estados y peligrosa para los activistas. China y otros países represores la han convertido en su arma principal. De vez en cuando arrestan a alguien de forma arbitraria, sólo para enviar la señal de que el activismo en las redes sociales te puede causar problemas. Una de las cosas que aún tenemos que aprender es cómo protegernos de esa labor de espionaje. Hasta ahora, se hizo muy poco en ese sentido

A Andrew McLaughlin, ex asesor de Barack Obama y antiguo responsable del departamento de asuntos institucionales de Google, le han preguntado en una entrevista al suplemento iEco del diario argentino Clarín, por las actividades de los gobiernos en la redes sociales o más bien por la política de control (o represión) frente a las mismas.
Según Andrew McLaughlin los gobiernos pueden hacer (y hacen) tres cosas en las redes sociales: censurar, pagar a falsos comentaristas para que redirijan la conversación hacia donde les interesa y a
espiar.
Sobre la primera, la censura, considera que está superada. “Siempre llega tarde y ya no controlan las noticias. Como se demostró con el reciente choque de trenes que sufrieron, la gente lo twiteó durante horas antes de que pudieran bloquear los tweets. Además, siempre se encuentra la forma de escribir en código para evitar el bloqueo”.
Sobre la segunda categoría, crear falsos comentaristas, dice no tener claro cuán efectivo será a largo plazo el uso de Trolls o Puppets, “yo diría que no mucho ahora que las redes sociales permiten evaluar la calidad de los comentarios. Sitios como Yelp, que sirve para evaluar restaurantes, tienen un sistema de puntuaciones que le da más valor a las opiniones expresadas por personas con muchas conexiones y muchos comentarios en diferentes restaurantes. De esa forma, los perfiles falsos que los restaurantes crean para alabar su propio negocio tienen mucho menos peso. Ese es un sistema que se va a ir extendiendo por toda la Red”.
Para Andrew McLaughlin el potencial del estado-policial digital en las redes sociales reside principalmente en la tercera categoría: el espionaje. Él mismo lo explica:
Es la forma de control más efectiva para los estados y peligrosa para los activistas. China y otros países represores la han convertido en su arma principal. De vez en cuando arrestan a alguien de forma arbitraria, sólo para enviar la señal de que el activismo en las redes sociales te puede causar problemas. Una de las cosas que aún tenemos que aprender es cómo protegernos de esa labor de espionaje. Hasta ahora, se hizo muy poco en ese sentido
NO es éste un fenómeno estrictamente nuevo. Viene estudiándose desde mediados del siglo XX. Sí es algo añadido la globalización de las redes sociales, consecuencia del uso masivo de internet. Esta herramienta, con más luces que sombras, ha hecho que la comunicación en red se establezca entre el común de la gente (no sólo entre científicos o miembros de instituciones) y que el contenido de la misma lo sea sobre cualquier tema o actividad humana. Jóvenes, niños, adultos; trabajadores, amos/as de casa; cualquier persona, inserta o no en un colectivo determinado, es sujeto activo de la comunicación en red. La temática: hobbies, trabajo, ocio, amistad y todo tipo de mensaje se vehicula por la red social. Adopta, con frecuencia, la forma de convocatoria universal y no sólo de transmisión de datos o información personal. Por esta senda, las redes sociales están tomando el lugar de las organizaciones sociales que, con sistemática y programación, venían haciendo de movilizadores de la ciudadanía. En definitiva, pueden convertirse en una suerte de democracia directa, autónoma de la democracia representativa.
¿Es bueno o es malo? Depende. A primera vista, es liberador que la ciudadanía se mueva espontáneamente, parezca tomar las riendas directas de las cosas que les atañen. Sin embargo, en las sociedades de masas y complejas, las decisiones sobre el interés general necesitan de un análisis, de una concertación entre intereses particulares y de una ponderación que esta forma, desorganizada, de movilizar voluntades no asegura el logro del bien común. La democracia directa, históricamente, se ha dado en comunidades muy reducidas, donde se oye la voz de todos y no sólo la de quienes acuden a una llamada, a veces más atractiva que sensata. Aunque quienes así se movilicen sean muchos, en una sociedad como la nuestra sólo son un ínfimo porcentaje de la totalidad de la población. ¿Qué son 1.600.000 firmas pidiendo la cadena perpetua frente a cuarenta y seis millones de españoles? Aún más grave: ¿qué debate ha habido entre quien recoge la firma (o convoca una manifestación) sobre un tema tan complejo como la reinserción, la presunción de inocencia y el castigo justo?
Dos reflexiones finales. Una: las organizaciones (instituciones, partidos políticos, asociaciones…) han de utilizar las redes sociales ya que gran parte de la ciudadanía sólo usa esta herramienta para informarse y comunicarse. No vale sólo lamentarse; hay que encarnarse en internet. La segunda: los representantes sociales deben hacer examen de conciencia sobre por qué se ha producido la desafección y la desconfianza de la ciudadanía en quienes les representan. Tampoco basta con reivindicar el valor de la política: hay que poner remedio.

Las redes sociales no son sólo el lugar para coordinar esfuerzos contra gobiernos represores. Según el ex asesor en tecnología de Barack Obama, Andrew McLaughlin, son una fabulosa fuente de información para los que espían a sus ciudadanos.
Las redes sociales no son sólo el lugar donde los jóvenes de Egipto y Túnez coordinaron los esfuerzos que en 2011 terminaron con décadas de presidentes impopulares. También son una fuente de información fabulosa para gobiernos represores que espían a sus ciudadanos. Al menos así es como lo ve Andrew McLaughlin (41), ex asesor de Barack Obama en tecnología y antiguo responsable del departamento de asuntos institucionales de Google.
McLaughlin habló la semana pasada con iEco, después de exponer en las conferencias de Experiencia Endeavor los objetivos de su nuevo emprendimiento, Civic Commons, una organización que fomenta la colaboración entre ciudades dentro de proyectos de software de código abierto.

- Si bien las redes sociales tuvieron un papel fundamental en las revueltas del Norte de África, también han surgido dos argumentos en su contra: sirven para espiar y para mantener entretenida a la población.
- Del Segundo argumento, ni me preocuparía.
- Según el autor del libro The Net Dellusion, Evgeny Morozov, es una hipótesis más que fundamentada...
- Puede ser, pero no me llama mucho la atención. Lo primero sí creo que es importante. Los gobiernos pueden hacer tres cosas en las redes sociales: censurar, pagar a falsos comentaristas para que redirijan la conversación hacia donde les interesa, y espiar.
Si uno se fija en China, las inversiones del gobierno están en la primera categoría, censurar, y eso es errarle por completo. La censura siempre llega tarde y ya no controlan las noticias. Como se demostró con el reciente choque de trenes que sufrieron, la gente lo twiteó durante horas antes de que pudieran bloquear los tweets. Además, siempre se encuentra la forma de escribir en código para evitar el bloqueo.
Poco a poco China está invirtiendo más en la segunda categoría: crear falsos comentaristas o Sock Puppets (marionetas de medias) como los llamamos en inglés. Contratan a un montón de gente para que diga cosas lindas sobre el partido comunista.
No tengo claro cuán efectivo será esto a largo plazo, yo diría que no mucho ahora que las redes sociales permiten evaluar la calidad de los comentarios. Sitios como Yelp, que sirve para evaluar restaurantes, tienen un sistema de puntuaciones que le da más valor a las opiniones expresadas por personas con muchas conexiones y muchos comentarios en diferentes restaurantes. De esa forma, los perfiles falsos que los restaurantes crean para alabar su propio negocio tienen mucho menos peso. Ese es un sistema que se va a ir extendiendo por toda la Red.
La tercera categoría, el espionaje, es a mi juicio la forma de control más efectiva para los estados y peligrosa para los activistas. China y otros países represores la han convertido en su arma principal. De vez en cuando arrestan a alguien de forma arbitraria, sólo para enviar la señal de que el activismo en las redes sociales te puede causar problemas. Una de las cosas que aún tenemos que aprender es cómo protegernos de esa labor de espionaje. Hasta ahora, se hizo muy poco en ese sentido.

-¿En qué momento la Administración Obama va a empezar a temer el creciente poder de Google?
- Los gobiernos que creen en la competencia tienen que mirar de cerca a las grandes empresas y eso es lo que está pasando ahora. Google es una empresa que quiere obtener beneficios, como cualquier otra, y por eso no creo que haya que esperar que siempre actúe por el bien público.
De cualquier forma, no veo problemas en la forma en que se está manejando Google. Conozco los algoritmos del buscador y sé que están claramente orientados a obtener el resultado más exacto. No tienen desviaciones en contra de los competidores porque sería ir en contra de los propios intereses de Google.
Lo que el gobierno sí está mirando con detenimiento es el sistema operativo Android, para determinar si Google favorece o no sus propios servicios, en contra de los de los competidores, cuando son accedidos a través de esta plataforma.

- Antes hablamos sobre riesgos de las redes sociales de los que no somos muy conscientes, ¿en qué cosas Internet aún nos va a sorprender para bien?
Aún no nos hemos atrevido a soñar todo lo que puede significar el almacenamiento e intercambio de información en grandes cantidades, lo que en inglés se llama Big Data. Doy un ejemplo: cuando todos tengamos nuestra ficha médica digitalizada y con un buen mecanismo para proteger nuestra privacidad, los diagnósticos médicos van a mejorar de forma dramática. La pregunta mágica que podremos responder es cuál es el mejor tratamiento para cada paciente teniendo en cuenta sus condiciones, edad, sexo, presión arterial, síntomas, etc... porque podremos mirar qué fue lo que funcionó mejor para miles de personas con condiciones similares. Esto va a significar un avance enorme en disciplinas como planeamiento urbano, transportes públicos y educación.
También van a ser muy importantes los sensores que retransmiten de forma inalámbrica. No sólo el GPS que te dice dónde está el colectivo, sino los que miden el aire, la contaminación, el tránsito, los lugares donde hay más gente... Si se usan de forma responsable, protegiendo la privacidad, pueden ayudarnos a entender mejor el mundo y predecirlo.
Fuentes de Información
Descubierta operación de espionaje de EEUU que manipula perfiles en redes sociales
Los militares están desarrollando un software que permitiría manipular en secreto los sitios de comunicación social mediante el uso de falsos perfiles, para influir en conversaciones por Internet y difundir propaganda pro-estadounidense.
Una empresa de California se ha adjudicado un contrato con el Comando Central de Estados Unidos, que supervisa las operaciones armadas del país en Medio Oriente y Asia Central, para desarrollar lo que se describe como una persona que gestiona servicios en línea, que permitirá a un militar de Estados Unidos controlar hasta 10 identidades diferentes de cualquier punto del mundo.
Este proyecto ha sido comparado, por expertos en web, a los intentos de China para controlar y restringir la libertad de expresión en Internet. Los críticos tienden a quejarse de que esto va a permitir a los militares crear falsos consensos en las conversaciones en línea, desplazar las opiniones no deseadas y sofocar comentarios o informes que no corresponden con sus propios objetivos.
El descubrimiento que los militares estadounidenses están desarrollando falsos perfiles en línea, también podría alentar a otros gobiernos, empresas y organizaciones no gubernamentales a hacer lo mismo.
El contrato de Centcom, estipula que cada personaje falso en línea debe tener un fondo de convencer y obtener apoyo, y que hasta 50 controladores deben ser capaces de operar las identidades falsas desde sus estaciones de trabajo “sin temor a ser descubiertos por los adversarios sofisticados”.
Un Comandante del Centcom expresó que “la tecnología soporta las actividades clasificadas en blogs y sitios de lengua extranjera, para que nosotros podamos hacer frente a extremistas violentos y evitar la propaganda enemiga fuera de Estados Unidos”.
Los idiomas en los que se llevará a cabo serían, entre otros, árabe y persa, dejando a un lado el inglés pues son los más difíciles de detectar y que además, en inglés si podían atribuirlo. También aclararon que no estaban apuntando a sitios en inglés o con sede en Estados Unidos. Para sellar los rumores, afirmó que no estaban interesados en Facebook o Twitter, sino en otras más específicas.
Una vez desarrollado, el software permitiría al personal de servicio de Estados Unidos, responder conversaciones en línea de forma coordinada, sea en blogs, chats, foros o cualquiera otra plataforma.
En el contrato se requieren servidores privados tanto en Estados Unidos como en muchos otros países del mundo, para dar la impresión que los personajes falsos están ubicados en diversos puntos.
Este contrato, se cree que fue adjudicado dentro del programa conocido como Operación Earnest Voice (OEV), que se desarrolló por primera vez en la guerra de Irak como un arma de guerra sicológica contra la presencia en red de Al-Qaeda y otros partidarios contrarios a las fuerzas de coalición.
OEV es visto por los altos mandos de Estados Unidos como una parte vital de lucha contra el terrorismo y la radicalización, buscando, según palabras del General Mattis, “perturbar la contratación y formación de terroristas suicidas, negar refugio seguro para los adversarios y la lucha contra la ideología extremista y la propaganda”.
Sin embargo, se enfrentarían a retos legales si se llega a ir contra los ciudadanos de Estados Unidos, país donde son perseguidas las personas que crean perfiles falsos en Internet.

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