Objetivo: no hundirnos en este mar de mentiras

Declaraciones del presidente del gobierno español Mariano Rajoy sobre el rescate:
Como si fueran trileros con vasos y dados escuchamos ya a estos tipos, sabiendo de antemano que cada palabra que dicen debe ser observada por sus cuatro costados porque la mentira está presente en cada una de ellas y en los huecos entre las palabras que forman la frase, encima y debajo de la oración y agazapada esperando en el punto final.
Ni España ni sus socios han firmado aún el MOU (Memorandum of Understanding) que recoje las bases del contrato financiero y todos los aspectos básicos de la línea de crédito que “La Unión Europea” deja a “los bancos españoles” valorada, aunque aún no puesta negra sobre blanco, en 100.000 millones de euros.
Aún así, De Guindos, el ministro de Economia y ex de  Lehman Brothers (los mismos adelantados ‘brothers’ que fueron los primeros en caer en este gigantesco tocomocho financiero global), dice que las condiciones de esta línea de crédito a España son “muy favorables”.
No se sabe nada seguro, ni el tipo de interés (se habla ya de 4%, pero esto es sólo el principio), ni la cantidad final, ni el plazo a devolver (se dice a 15 años, pero esto es sólo el principio), ni tampoco si el crédito va a ser de tipo ‘seniority’ , lo que haría la devolución de esta deuda prioritaria frente a toda la anterior. Eso influye negativamente en el precio del bono español a 10 años ya que los inversores hacen la lectura de ‘mayores riesgos para cobrar su dinero’, dejándolo  a niveles comparables de los que tienen Irlanda, Portugal o Grecia.
Pero lo más destacable de todo para mí es que ya están hablando los periódicos más influyentes del mundo, y los dirigidos por los medios controlados por las corporaciones en manos de los ‘illuminati’, para que nos entendamos,  de que “en vista de que el rescate a los bancos está sirviendo de poco, porque la prima de riesgo sigue disparada y el bono español a 10 años se ha puesto en precios históricos, la única forma de solucionar esto y aclarar el panorama, es RESCATAR AL PAIS”.
Y lo más importante de todo esto es que sea rescate a la banca, o sea rescate al Estado, serán los españoles y europeos los que tendrán que costear la broma en última instancia.
Los bancos, para acceder a ese crédito cedido al Estado, tendrán que pagar intereses de 8.5% (como aclaró ayer el consejeo de Economía, ahora al servicio del NOM, Joaquín Almunia) y, por su parte, quienes accedan a ella, ofrecerán intereses a sus clientes que les sean rentables. Es decir, pensemos en un 11 o 12% de interés para que una empresa o particular pueda acceder a ese dinero del “rescate”. En cifras, el rescate completo será el equivalente a un 10% del producto interior bruto de este año de España.
Pero recordemos que estamos hablando de este primer “rescate” que me recuerda mucho a los descuentos a mitad de precio que te dan para entrar en un centro comercial que luego sólo se aplican a tres productos que no necesitas nunca. El segundo rescate, del cual ya están hablando, y si no hay un tercero y un cuarto, tendrá unas condiciones muy diferentes a éstas.
Tampoco sabemos aún a cargo de quién se hará esta línea de crédito. Si es a cargo del MEDE (que se aprobará en julio del 2012), los acreedores de esta línea de crédito tendrán preferencia frente a otros anteriores, lo cual hace que la prima de riesgo se dispare todavía más.
A día de hoy,  tenemos la deuda española a un paso de la consideración de “bono basura” y ya sabemos que eso significa riesgo de impago por parte del Estado. Todo lo anterior se resume ya claramente en que España tendrá que pedir un segundo rescate y esta vez tendrá que ser un rescate a España con todas las letras.
Pero, sin ser economistas, ni nada que se le parezca, nosotros sabíamos todo esto. ¿Por qué? Porque la agenda del  NOM en Europa está clara como una mañana de primavera.
Cuantificar un rescate “efectivo” a España es imposible porque podría ser cinco veces en dimensiones del que se necesitó en Grecia donde ya se enchufaron unos 250 mil millones de euros. Y ya sabemos todos cuál está siendo la “efectividad” del rescate griego donde el salario mínimo interprofesional se ha reducido a 500 euros, se han hecho despidos masivos en todos los sectores y cerrado hospitales y escuelas, para empezar. Las reformas griegas han producido que los griegos estén a un paso de pronunciarse sobre si quieren seguir en el euro o no este domingo que viene. Si deciden dejar del euro, la troika está estudiando permitir que no pueda haber libre circulación de capitales en Grecia como consecuencia de esa decisión.
La agenda de la troika ya está mirando a Italia, como el próximo país en la lista de “rescatados” y otros países como Francia podrían estar en peligro.
Su plan va dirigido a la máxima centralización de la economía, de las finanzas, de las decisiones políticas y de la vida social y educativa de los ciudadanos. Tienen como modelo una Unión Soviética para Europa en la cual el Polit Bureau y su cadena de mandos podía decidir si una nación como Ucrania se dedicaba en exclusiva a la agricultura o Kazakstán se dedicaba en exclusiva al cultivo de algodón. Las naciones de la Unión, bajo ese modelo, tienen una función específica en el marco de esa Unión, no son naciones independientes donde la economía es libre y los ciudadanos organizan sus empresas y decisiones personales en función de su conveniencia. Tampoco los ciudadanos lo son, ni en la forma, ni en el fondo, y sus vidas están a merced de lo que decidan los planes quinquenales de la Unión en todos y cada uno de los sentidos.
En la Unión Soviética, el Estado decidía si, por ejemplo, se requería un determinado año un número de arquitectos o de especialistas en geodesia y si se requerían, los licenciados en esas especialidades tenían que cambiar su domicilio a otra ciudad, en cualquier otro Estado, en función de la planificación diseñada quinquenalmente respecto a  las necesidades productivas.
Puede que esto nos parezca algo lejano e imposible. Yo lo único que veo es que la crisis aún no ha tocado fondo, ni muchísimo menos, y ya se escuchan voces de todas partes clamando porque “los hombre de negro” vengan a salvarnos desde Europa para “controlar” y “vigilar” nuestra economía. Parece que resulta mucho más fácil de lo que parece convencer a muchos de que no importa que no haya nadie que controle a los hombres de negro olvidando que este modelo se llama ‘fascismo’. 
El plan de esclavización de los ciudadanos europeos mediante el invento llamado ‘Unión Europea’ está desplegándose día a día.
Aquí Nigel Farage comentando la jugada y lo que piensa de Mariano Rajoy
También escucho voces, cada vez más fuertes, en la dirección de  que lo único que nos queda es hacer como “están haciendo los mineros”, lanzagranadas en mano, enfrentándose a la policía y a la guardia civil para tratar de forzar cambios en el sistema.
Aprovecho este post para dar una vez más mi opinión sobre el asunto. Los “mineros”, los “obreros”, los “empleados de banca” pueden seguir identificándose con una clase social, con un grupo económico o con un status o interés estratégico, pero realmente lo que promoverá un cambio definitivo en este planeta, será que las personas comiencen a identificarse con su propia esencia última para salir de esta prisión. De nada servirá ir a pegar ‘tortas ‘ para generar el cambio, si luego nos vamos al primer centro médico que veamos a que nos receten fármacos cuando nos duela la cabeza. De nada servirá que salgamos a la calle a pegar esas tortas, si después llevamos a nuestros hijos a los mismos centros educativos creados para debilitar su mente y creatividad inspirados en la agenda que supuestamente rechazamos.
Lo que necesitamos, como especie, es un reencuentro con la naturaleza, con el autoconsumo, con los modelos de intercambio, con los modelos educativos libres,  con las plantas curativas para devolver nuestro cuerpo y mente al equilibio y la salud, con la desidentificación absoluta de los modelos políticos; por muy bien que luzcan, dejemos de buscar líderes o al menos de otorgarles el poder para tomar decisiones por nosotros.
La situación económica en España y Europa pinta tan mal que la única parte positiva de todo esto es que nos veremos obligados a tomar una decisión sobre nuestro destino. El nuestro personal, el de nuestra familia…y tendremos que aprender cosas nuevas que nos permitan ser autosuficientes y preocuparnos de lo que verdaderamente importa en nuestras vidas. Cada pesadilla lleva un regalo dentro de ella, si conseguimos abordarla y superarla.
Lo que está claro es que no es momento de quedarse con los brazos cruzados. Es momento de tomar decisiones sobre todo. Dónde vivir y cómo, qué amigos se quedan y cuáles no han sido más que parte de una escenografía enmarcada en la cotidianidad y conveniencia, qué tipo de fuente de ingresos vamos a tener, qué recortes en nuestros gastos tendremos que hacer…no tendremos más remedio que analizar todo esto profundamente; no tendremos más remedio que ver si queremos lo que tenemos o, en realidad, es el momento de hacer algo distinto. Algunos ya veíamos venir esto y llevamos un tiempo en ese camino.
Eso pueden ser buenas noticias, si se mira en perspectiva. El único peligro real en el horizonte es el miedo que tenemos a afrontar situaciones difíciles. El único enemigo real es el pensamiento de que no merece la pena hacer nada porque lo hemos intentado todo tantas veces y no funcionó nunca del todo. El único peligro real es caer en el error de creer que  se acabará todo pronto (2012, 2013, 2014…), y por tanto ¿para qué esforzarse?. Esos pensamientos son nuestro peor enemigo. Nada de eso es real. Y si vemos a un amigo que decae, dejémoslo todo para animarle y prestarle apoyo. Porque realmente tenemos por fuerza que amplificar nuestro concepto de “familia”.
La mejor forma de quitarle energía a los controladores de Matrix es no colaborar con este sistema en cualquiera de sus formas. Esto tal vez no se puede lograr de la noche a la mañana. Es un proceso paulatino en el que es fundamental ir derribando, uno a uno, todos los miedos que vamos enfrentando.
Uno de los más terribles es el miedo a lo que opinan los demás. Yo diría que sólo con derribar ese miedo ya tenemos la mitad del juego hecho porque la energía que nos consume es impresionante. Una vez de que derribamos ese miedo, es fácil tomar decisiones fundamentadas en el conocimiento sobre todos los aspectos de nuestra vida: cómo vivir, dónde vivir, con quién, qué hacer con nuestras relaciones personales, qué hacer con todos los organismos de este sistema. Y lo ideal es que lo hagamos no de una forma robótica y mental, sino en el fluir con tranquilidad, sin enfrentamientos, sin discusiones que nacen  de la inseguridad y el miedo a cómo seremos vistos o mirados cuando tomemos decisiones.
El viaje es apasionante y estamos todos en ese camino, con miedo o sin miedo. Así que mejor hacerlo con una sonrisa.

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