5 características en las que no se percibe cómo las Películas controlan tu cerebro.


La Manipulación encartada en el Cine

Por: David Wong, Reporte de El Fin de los tiempos. Traducido por Ocelopilli Balam.
De Solo quien no da la espalda a la verdad puede encontrarla!

El siguiente artículo, que espero le sea de utilidad al lector, le “revelará” o le “esclarecerá” el por qué en diversas experiencias de vida como sociedad “pacífica y cuerda” que somos, nos llevan a concluir en determinadas situaciones que el ser humano tiende a cambiar su actitud de manera súbita e inesperada sin razón aparente, ya sea que de ser una persona benevolente se transforme a una desalmada, de una amorosa a una temeraria, de dulce a amargada.
Esto viene a colación por los diversos acontecimientos de sujetos que al aparente prejuicio y señalamiento del colectivo, como psicópatas, cometen masacres sin explicación alguna, todo para hacer notar-imponer que la sociedad necesita más miedo y más “seguridad” impartida por la acogedora oligarquía que nos gobierna-domina.
Esta es la programación pura y dura que “nos visualiza” como gente “civilizada”. Olvidemos ponerle cualquier tipo de apelativo a ese cúmulo de información que forma y deforma nuestros pensamientos y nuestras acciones. Y que claro, en su mayoría al amparo subrepticio de la cultura pop inducida y de la industria del entretenimiento, sobre todo.
Es así de simple, es así de sencillo: somos lo que vemos, actuamos según entendemos y pensamos según nos programan… ¿Crees que eres libre, o acaso, te crees que has D-E-S-P-E-R-T-A-D-O?
 “Las catástrofes o las victorias no son las que dividen o unen al ser humano, son las IDEAS”  -
De -Ocelopilli Balam-
Así que hubo un tiroteo masivo en la película de Batman y, maldición, resultó que el asesino tenía una máscara de Batman y se hacía llamar “The Joker”. En la actualidad, diversos parlanchines han llegado a la conclusión de que la película de alguna manera fue la que provocó la masacre, o cualquier otra cosa. Desde esa perspectiva ya tienes idea de qué va eso – por desgracia, vemos como todo este ciclo se repite una vez más.
Como siempre, esa reacción visceral suscitada y de la que hablan vejetes y asustadizos, predeciblemente da pie a burlas para la mayoría de nuestra audiencia, al afirmar que las películas no pueden influir en la gente a hacer nada porque las películas son fantasía y todos los “cuerdos” dentro de ese público, saben distinguir la realidad de la ficción.
Bueno, la cosa es… que eso es erróneo. Pero no por aquella razón que los parlanchines piensan:
#5. No, no puedes separar la realidad de la ficción.
Has visto Braveheart, ¿verdad? Tú sabes que se basa en un acontecimiento histórico – la película deja en claro que el personaje de Mel Gibson, William Wallace, era un hombre real que vivió en Escocia en la época de los caballos y castillos. También conoces las picardías que tiene Hollywood para hacer películas… probablemente el verdadero Wallas jamás asesinó a nadie o haya brincado a su caballo desde un balcón en cámara lenta.
Así que si no te importa, dime rápidamente qué partes de la película son ficción. Sin hacer trampa.
Tal vez sea la escena en donde Wallas recitaba frente a más de seis personas un discurso.
Al igual que el malvado Rey al que combatía… ¿fue también un personaje de la historia real? ¿Qué hay del amigo de armas de Wallas, Hamish? ¿O del compinche loco Irlandés? … ¿Eran tipos reales? Aquella escena en donde el aliado de Wallas (Robert the Bruce) le traiciona y se alía con los ingleses en aquella gran batalla (conocida como el punto de inflexión de toda la trama) ¿Eso sucedió realmente? Qué sucede con aquella parte al final en donde Wallas tuvo relaciones sexuales con la princesa revelando al futuro Rey de Inglaterra, probablemente sea uno de los hijos de Mel Gibson… fue el punto culminante en toda la trama, seguramente fue verdad ¿o no?
No lo sabes ¿o sí?, pero eso a quién le importa ¿verdad?, no es algo tan impactante en tu vida, finalmente. Son sólo futilidades históricas… BUENO, ahora considera esto: Al poco tiempo de que Tiburón (JAWS) llegara a los cines, que por cierto a raíz de ello, casi los llevamos a la extinción por la caza febril hasta llegar al punto en donde su especie todavía no puede recuperarse.
“¡Dame ese arpón. Estos hijos de puta va a pagar por lo que le hicieron a Quint!”
Cada persona que vio esa película sabía que era ficción, y que esos personajes eran simplemente actores. Probablemente sabían que, en la vida real un tiburón, no es lo suficientemente grande como para comerse un barco. Pero cuando el personaje del científico genio en la película supo que matar al tiburón era la única vía para salvar a los indefensos turistas, asumimos que esa situación era verdad. Al igual que asumimos como verdad que se podía hacer estallar un tanque de oxígeno con simples disparos.
Así que, asesinemos a todos los tiburones con base a lo que la película nos dicta y nos hace creer.
¡Ah!, pero eso es un incidente aislado y excéntrico. Oye, ¿sabías que, después de Top Gun, el reclutamiento de personas en la Armada Aeronáutica se disparó más allá del maldito 500 por ciento? ¿O que el número de niños que se inscribieron para tomar clases de artes marciales se elevó tras The Karate Kid (El Karate Kid)? ¿O que la popularidad de los programas de televisión como CSI se tradujo en un exceso de estudiantes que entraron a ciencias forenses? ¿O que yo podría seguir citando ejemplos de esto hasta que alcances el límite de ancho de banda mensual? ¿Cuántos de ustedes dejaron Fight Club (club de la pelea) pensando que sabían cómo hacer NAPALM? ¿Quién de nosotros no ha obligado a un niño a hacer ese movimiento de masturbación tras ver The Hangover (Resacón en Las Vegas en España y ¿Qué pasó ayer? en Latinoamérica)?
“Amigo, ¿no es divertido? Le haz obligado a hacer el saludo nazi, tanto que ahora, lo hace por su cuenta. ¡Que Cool!”
Sé lo que algunos de ustedes estarán diciendo: “Y qué, sólo porque a algunos ilusos se les diga en las películas lo que deben hacer, significa que en una película como la de Batmanhayaprovocado que un tipo disparase en el cine. ¿Entonces  también sólo por el hecho ver Bridesmaids (La boda de mi mejor amiga en España y Damas en guerra en Hispanoamérica) nos provocará comenzar a cagar en los fregaderos?”.
No. Tú estás intencionalmente viendo ejemplos donde todo ello no ocurre e ignorando todos aquellos en los que sí – incluso si una película directamente te dijera que te convirtieses en un asesino serial, esto atentaría en contra de la sociedad induciendo un mensaje opuesto en tu cerebro. El punto de este artículo no es para fijarse en la violencia de las películas. El punto de todo esto es mucho más serio. Porque…

# 4.Las historias se han inventado para controlarte.
Esto no es una paranoica teoría de la conspiración – es una parte fundamental de cómo la cultura humana se ha creado para tal propósito. Pregúntate a ti mismo: ¿Por qué ir a ver películas de superhéroes? Al fin y al cabo, las variantes en estas historias sobre héroes valientes, sobrehumanos son posteriores a la historia. Las utilizamos para narrarlas alrededor de una fogata antes de que existiera el lenguaje escrito.
Fueron creadas como un método para enseñarte a comportarte.
Hace miles de años, cuando tus antepasados vivían en tribus y cazaban gacelas para alimentarse, nadie sabía leer. Incluso si hubiesen podido, el papel no era cualquier cosa, el pergamino fue algo raro y precioso. No tenían registros históricos, ni tenían un sistema educativo en el que se pudiesen impartir clases de historia a los niños.
Este fue el problema. Una vez que los seres humanos comenzaron a formar civilizaciones, los encargados no necesitaron de la siguiente generación de niños para saber cómo pescar y cazar, ellos necesitaban de los ciudadanos murieran en la línea y pelearan por la tribu.
Eso significó que los niños necesariamente tuvieran que entender el panorama general: el por qué era importante la preservación de la tribu, el por qué odiar a la tribu al otro lado del río, el por qué nuestra tribu es mejor que aquella, el por qué es importante salir y luchar en la próxima guerra, sin importar cuan asustado estuvieses.
“¿Por qué no sólo recolectamos frutos y tenemos sexo entre nosotros? Oh, es que adoramos al demonio violador come niños. Bueno, eso lo cambia todo.”
Ahora, para haber hecho eso, ellos pudieron: A) Dar a luz a niños para morir después de largos años de estar narrando los registros de la tribu, los cuales muy probablemente nadie se molestó en escribir, o B) Contarles alguna buena historia. Pudieron haberles contado la genial historia de Kolgor el Valiente, aquel que cuando la malvada tribu vecina llegaba para matar a sus mujeres y niños, enfrentaba solo y valientemente al albor de la noche, herido por cuatro flechas en el pecho hasta que el enemigo se retirara de terror. ¿Te gustaría ser como Kolgor, verdad pequeño, o no es así? De lo contrario habría muerto en vano.
Es evidente que “B” es la que va a permanecer en el cerebro del niño. No importa que la historia sea ficticia o exagerada – el trabajo está hecho, provocar que el niño se ajuste a ser el tipo de ciudadano que la tribu necesita que sea. Esto no es necesariamente algo malo – Tu tribu podría muy bien ser mejor que la del otro lado del río, tu verdadera historia pudiese estar probablemente llena de héroes reales cuyos sacrificios eran de lo más importantes, aunque menos románticos que los de Kolgor el Valiente.
Para la tribu la historia ficticia no era algo que les atrajera debido a que era una mentira, no la tomaban en cuenta dado que la única vía para poder sobrevivir, era la “verdad”.
Así que, mientras usamos la palabra “mito” que en estos días significa “una mentira que debe ser desenmascarada”, a menudo los mitos eran simplemente versiones más eficientes de la verdad. Son más fáciles de recordar, no tomaban tanto tiempo para ser contados y eliminaban todas las ambigüedades que pudieran confundir el propósito. Además no aburrían al oyente hasta las lágrimas.
“Oye, en vez de tomar notas de historia, escribí 716 palabras que también significan ‘pito’.”
El punto es que, por eso las historias fueron inventadas – para moldear tu cerebro de determinada forma. Un tipo llamado Joseph Campbell escribió libros enteros sobre el tema, deberías leerlos. Estos relatos, estos mitos donde el héroe supera dificultades, como el gran hombre que se sacrifica por el bien común – son los que hacen que la civilización sea posible. En una sociedad, la gente, así como los edificios y las carreteras son el hardware; la mitología es el software.
Y aunque tus antepasados tenían a sus héroes en donde se oía hablar de ellos alrededor de una fogata, tu tienes a Batman, Luke Skywalker, y a Harry Potter. Y sí, las películas que has visto este verano tienen la misma finalidad que los antiguos mitos. A veces esto es muy obvio (claro Rocky IV y El día después del mañana están tratando de introducirte un mensaje al cerebro con la sutileza de una erección en los pantalones). Sin embargo ¿cuál es el mensaje detrás de James Bond? O Iron Man?
¡No hay!
Eso literalmente es imposible.
“Es como decir que esta escultura no es nada más que la de un hombre abrazando los muslos de otro, mientras sus pulgares rozan suavemente sus testículos.”
Lo ves…


# 3. El escritor de cada historia siempre tiene un plan.
Pregunta capciosa: ¿Qué hace a estos héroes tan populares en común?
Batman
Spider-Man
Superman
Luke Skywalker
Frodo de The Lord of the Rings
Harry Potter
Finn de Adventure Time
¿No lo sabes? Son todos huérfanos.
“Por eso todos los huérfanos usan capa.”
Es un poco extraño, ¿verdad? ¿Crees que es una elección al azar? ¿Crees que el escritor sólo arrojó la moneda al aire? ¿O tal vez creas que hay un botón emocional que está siendo presionado en el punto exacto en donde el escritor alcanza la partición lógica de tu cerebro y provoca  algo dentro de ti sin que lo notes?
Eso suena retorcido, pero esos pequeños trucos subconscientes están escritos por ejemplo como obras de ficción en la página electrónica Writing Fiction @ Suite 101 (y hay un montón de ellos allí). Si reflexionas al respecto, sabrás que es un poder tan aterrador como para encomendárselo a cualquiera.  Sobre todo si tu como espectador, no prestas atención a lo que están haciendo y a lo que se te proyecta. En ocasiones, al salir del Cine te sientes una persona diferente a la que eras cuando entraste. Es una algo mínima de seguro, pero si vas a ver películas cada que puedas y haces la cuenta, esas horas en el transcurso de un año se acumulan.
“Creo que ya es la hora de ver golpes entre robots y mirar algunas tetas”.
“¡¿Pero qué mierda dices, acaso me estás tratando de decir que hay algún tipo de agenda oculta detrás de la película The Transformers?! ¡Sólo son robots dementes golpeándose unos a otros!”
No, no hay una agenda oculta intencionada (bueno, quizás un poco), pero sin duda hay una serie de supuestos que los cineastas están transmitiéndote. En el caso de Transformers, el supuesto es la de que el combate es hermoso y emocionante, que el hardware militar es sexy, que la destrucción es magnífica, divertida y totalmente libre de consecuencias. Y, lo más importante, que la solución a todos los conflictos es ser más masculino, poderoso, agresivo, confidente y destructivo que los chicos malos.
“¡Pero es que la gente ya piensa así! ¡Estas películas son justo lo que queremos!”
“Patadas de Negocios… Clasificación: R”
Seguro, pero ¿por qué prefieres todo eso? ¿Crees que salió del vientre el pensar que el hardware militar es genial? Si creciste en una zona en guerra real, y no tienes películas y televisión, ¿tendrías la misma opinión?
No estoy diciendo que Michael Bay sea una herramienta secreta del complejo militar industrial, tratando de lavarte el cerebro para apoyar la próxima guerra, no más que los creadores de Tiburón al intentar acabar con los tiburones – simplemente intentaron hacer una película de terror, y Michael Bay es sólo un tío al que le gustan las explosiones. -Eso lo que menos importa porque el mensaje está ahí y lo absorbe tu cerebro de cualquier forma.- Esto es lo que cada uno no toma en cuenta al debatir estas cosas porque unos dicen: “¡Hollywood está tratando de lavarte el cerebro!” y otros dicen, “Michael Bay ni siquiera es lo suficientemente inteligente como para lavarle el cerebro a un armadillo!” y ambos dos pierden el quid.
Por eso, cuando algunos señalan lo racista que son los relatos del Señor de los Anillos (al decir, los orcos son malos en virtud de haber nacido orcos, los enanos son codiciosos, porque son enanos, Aragorn es heroico, debido a su “sangre”), Son ambas, tanto correctas como injustas. Es correcto, porque, sí, esa es la manera en que se desarrolla el universo de Tolkien -nadie en los relatos duda en hacer generalizaciones acerca de una raza, y siempre se dan la razón al hacerlo. La espada mágica de Frodo no brillaba con la presencia de cualquier raza enemiga, sólo con una determinada, la de los orcos.- Aventúrate a escribir una película sobre un héroe con un arma de fuego que brilla en la presencia de los árabes. Y verás lo que pasa.
¿En serio, Sting? Es el perfil. No voy a permitir que mis cubiertos formen parte de esto.”
Pero también es injusto, porque Tolkien evidentemente no se sentó y pensó: “¡Voy a incrementar el racismo en el mundo con el fin de implantar firmemente el predominio de los blancos, y lo voy a hacer con los elfos!” Sólo estaba escribiendo lo que sabía. Por supuesto, un hombre nacido en 1892 asumió que las razas nórdicas fueron evolucionando con gracia, que algunas otras razas nacieron salvajes y que los enanos amaban las hachas.
Carajo, pudo haber sido la persona menos racista que él hubiese sospechado, y aún así ser el equivalente a un miembro del Klan en la actualidad. Sea o no intencional para la “agenda-plan” eso es totalmente irrelevante.
No puedo enfatizar esto lo suficiente: no hay conspiración. Sí, de vez en cuando tendremos una película como la de Act of Valor que de manera cínica pretende incrementar el reclutamiento militar, pero el 99 por ciento del tiempo, las películas de la “agenda” son nada más ni nada menos que un montón de gente creativa pasando por sus cuelgues psicológicos de prejuicios, supersticiones, ignorancia y fetiches, ya sea intencionalmente o no, pero que continúan transmitiéndoles a todos ustedes, porque para eso han sido diseñadas las historias. Michael Bay considera de cierta manera a la mujer, y el papel que juegan en el mundo, y en un momento dado saldrás de su película conviniendo con él un poco más que cuando entraste.
“¡Amigo! Había una familia de cuatro sin techo viviendo ahí!”
Sabiendo todo esto, es aún más aterrador tener en cuenta que…
# 2. Fuiste criado y educado por: la cultura pop-ular.
Pregunta capciosa: ¿Si fueras arrestado por la policía, a qué cantidad de llamadas telefónicas tienes derecho?
A una, ¿verdad? “Quiero mi llamada telefónica” -en alguna otra parte hay un sospechoso diciendo exactamente lo mismo a quienes le detuvieron. Incluso argumenta que está estipulado en la Constitución.
Pero es aquí cuando el policía dice que eso es una leyenda urbana, y que de ser cierta si es que existe él la quebrantaría. Ese criminal, y tú, son los únicos que creen que “una llamada” es una norma sólo porque lo vieron en alguna película o serie policíaca de televisión.
De hecho, prácticamente todo lo que sabemos sobre el sistema de justicia penal provino de actores de una pantalla iridiscente rectangular. ¿Alguna vez te han llamado para ser juez? Te sientas en una sesión matutina en donde cuidadosamente se explica que la realidad no es como lo que se muestra en televisión.
Es por ello que las películas son tan eficaces en dar forma a la personalidad: porque el subconsciente asume que gran parte de esas historias de ficción, no son ficción. Seguro que conoces True Lies (Mentiras verdaderas), una estúpida película de acción de Schwarzenegger, y seguro también sabías que en la vida real, nadie pude saltar de un rascacielos en Washington, DC, con una bicicleta. Pero lo que no sabías es que la ciudad no tiene ni un rascacielos en absoluto. A pesar de que la película era ficción, no dudaste de ella, porque no tenías ninguna razón para hacerlo.
“No, en serio, eso es el culo plano de D.C. No puedes impulsar ni una mierda desde ahí.”
Ahora ve un paso más allá y piensa en cómo muchos otros aspectos de tu vida sólo los has experimentado vía Hollywood. Si eres de un área rural, ¿cómo sabes lo que es vivir en la ciudad? ¿O viceversa? ¿Si nunca has estado en París, de donde obtienes la imagen mental de vino? Algunos de ustedes leyeron ese encantador artículo de The Sopranos debido a que describía a la mafia de manera más “realista” que todas esas películas estilizadas hechas con anterioridad. ¿Qué te asegura que es más realista? ¿Los has comparando? ¿Todos aquellos verdaderos gángsteres asisten a la Acción de Gracias?
La realidad es que pilas enteras de datos hacinados en el sótano de tu cerebro fueron recolectados de la cultura pop, y en su mayoría, ni notaste que es ahí de donde obtuviste esa información. Esto se conoce como amnesia de origen, ya he hablado de ello antes – sabes que las jirafas duermen de pie, pero olvidas si lo oíste en la escuela o en un viaje al zoológico, o lo viste en una caricatura de dibujos animados. De cualquier manera, darás este hecho por cierto hasta que algo venga a contrarrestarlo – esta es la única razón por la que los Cazadores de Mitos todavía están vigentes.
“¿Y por qué se han hecho tan ricos contándole tanta mierda a la gente que parece necesitar siquiera el más básico sentido común?”
OK, así que a quién le importa si los tanques de gas en realidad explotan cuando les disparas? ¿Y qué me dices si muchas de tus interesantísimas trivialidades son inexactas?
¿Qué, piensas que estos principios no analizan temas importantes?
Cuantas veces fue que en tu primera cita, tenías la imagen en la mente de lo que se debe hacer: de cómo deben comportarse ambos, qué tipo de actividades hacer en pareja, cuál de los dos es el que tiene que pagar, etc., ¿De dónde provienen esas imágenes? ¿Tomaste la clase de citas en la primaria? ¿Te lo dijeron tus padres? ¡Y una mierda! Lo viste en un programa de televisión, o un dibujo animado, a lo largo de una década antes de tener edad suficiente para conducir.
“Un día, voy a cumplir mi sueño de conocer a ese repartidor musculoso y grotesco y dedicaré toda la vida a besarlo sobre una la lavadora.”
¿Si tus padres son pobres, de dónde has sacado la idea de cómo viven los ricos? ¿De dónde sacaste el concepto de lo que es el éxito: ¿cómo viste la gente de “éxito”, qué auto conduce, cómo decora su apartamento? Hollywood, Hollywood, Hollywood: la única razón en donde has oído hablar de trajes Armani es debido a que la película de  Gigoló Americano en 1980, lanzó la marca. La razón por la que algunos piensan que fumar es genial es porque han visto a tipos galantes y carismáticos fumando cigarrillos.
“Yo no. Mis amigos y yo si vestimos y pensamos igual es por pura casualidad.”
En otras palabras, las historias de ficción dan forma a todo tu mundo. Instintivamente rechazas esta postura ya que odias la idea de que nadie excepto tu, te ha hecho lo que eres. Pero cada punto de este artículo prueba que te equivocas.
 “¡Mentira! ¡Acabo de ver películas y programas de televisión para sólo divertirme! ¡Es simplemente escaparse, me permiten apagar mi cerebro y relajarme, mientras que todo  explota detrás de Samuel L. Jackson!”
De acuerdo, pero ¿por qué hacen que te relajes? ¿Por qué han entrenado a tu cerebro el sentir una liberación de estrés cuando ves a un tipo malo explotar? ¿Por qué prefieres ese mundo por sobre el propio?
Déjame decirlo de otra manera. “Escaparse” y “fantasía” son divertidos porque nos permiten dejar este mundo viejo y aburrido e ir a un mundo que preferirías habitar.
Y somos definidos como sociedad por medio de esas fantasías: después de todo, nos dirigimos a desperdiciar toda nuestra vida intentando hacer que el mundo real, sea igual que el de la fantasía. La ciencia ficción llegó primero, y el viaje espacial, después.
“Por supuesto, sus opiniones iniciales sobre la materia eran bastante estúpidas, pero ya has entendido el punto.”
La mitología aún nos impulsa y nos define. Ahora para y pregúntate en quienes hemos confiado para que nos escriban todo ello.



Que nos llega al corazón de todo este asunto…
# 1.Todo en tu cerebro es una historia.
Déjenme preguntarles esto:
¿Por qué fue tan fácil reunir a los estadounidenses en torno a la idea de ganar la Segunda Guerra Mundial, hasta el punto que estuvimos dispuestos a racionar y sacrificar y enviar a toda una generación a la guerra, cuando es tan difícil de conseguir aquello que nos inquieta acerca de otras cosas como curar el cáncer o arreglar el calentamiento global?
Retomaré ese tema más adelante.
Por lo tanto, diferenciar la historia de los cuentos y de todo aquello de lo que hablamos anteriormente, tiene sentido a partir de que nuestros cerebros están diseñados para intentar procesar todo lo que vemos como un relato. Queremos que toda nuestra información sea embalada de esta manera: es la forma en que los datos han sido alimentados por nosotros durante las últimas generaciones, así es como has estado absorbiéndolos desde la primera vez en que tus padres te leían un cuento antes de dormir. Y cada historia debe tener dos elementos: un grupo definido de chicos buenos y chicos malos, y una estructura ordenada, con un comienzo, un intermedio y un final.
 “¿Alguien puede decirme por qué le dicen a este hombre que chilla como un cerdo? ¿Alguien?”
El hecho es que necesitamos de todo aquello que nos “alimenta” de esa manera, que tenemos problemas para interesarnos en situaciones que no se asemejen con todo ello, y actualmente resolver nuestros problemas nos resulta casi imposible.
Por ejemplo, la respuesta a mi pregunta anterior es que nos preocupaba la Segunda Guerra Mundial porque era una historia: tenía villanos (Hitler y el resto), tuvo héroes (los aliados), tuvo un comienzo distinto, un intermedio y un final. El cáncer no tiene nada de eso – no hay un individuo en particular al que se le pueda culpar del cáncer, y “ganar la guerra” contra esa enfermedad es en realidad un conjunto de pequeños progresos graduales que no pueden dar lugar a la “victoria”. El calentamiento global es aún peor, porque no parece que el villano seamos nosotros.
Así que, como sociedad, nuestro proceso para averiguar y resolver los problemas implica rudamente intentar hacer una historia propia. Cuando seguimos un tema complicado como la política, necesitamos que el héroe sea distinto que el villano, así que ignoramos los defectos de nuestro favorito y amplificamos las mierdecillas del otro para hacerlos encajar en ese molde. Cuando oímos hablar de una guerra, desafortunadamente es casi imposible pensar en ella en términos de que múltiples facciones actúan en favor de su propio interés: la “realidad” es que necesitamos un bando que podamos erradicar, por lo general bajo el disfraz de rebeldes jóvenes desvalidos que derroquen el viejo imperio del mal (es decir, la primavera árabe).
“Mira, lo único que quiero saber es, cuál pertenece al bando de Han Solo.”
Del mismo modo, perdemos el interés si el cuento de las noticias no tiene un principio claro, un intermedio y un final (el negocio al que ellos llaman “sesgo de la narrativa o narrativa tendenciosa”). ¿Siguen las tropas estadounidenses en Afganistán? ¿De qué va eso? ¿Siquiera lo sabes? ¿Cuándo fue la última vez que lo comprobaste? Todos estábamos a bordo para el primer acto de la historia (los ataques del 9/11) y el segundo acto (el ejército entra y derroca a los talibanes), y ahí el tercer acto (las tropas vuelven a casa con desfiles de victoria y todo vuelve a la normalidad)… que nunca llegó por cierto. Así que, simplemente nos olvidamos del asunto.
Ahora aquí está la clave: Esta necesidad innata de meter con calzador cada pieza de información en un formato de relato que es muy bien conocido por la gente que maneja campañas políticas, o escribe anuncios publicitarios, o que cubre las noticias. Es que, cuando hay una crisis, ellos saben que necesitas a un villano. No hay problema, puede ser simplemente el resultado de un sistema defectuoso o un montón de factores en donde nadie es culpable (o, Dios no lo quiera, el resultado de algo que “hicimos”: somos la audiencia!). No, tiene que haber un malvado al que podamos culpar.
“Tim Jorgenson de Grand Rapids, Michigan – venimos por ti.”
Es por eso que, al día de hoy, todavía estamos tratando de averiguar quién “provocó” el colapso económico, como si encontraremos un conciliábulo de oscuros banqueros en una sala en donde se hicieron con todo nuestro dinero, en vez de observar un sistema deficiente donde millones de inversionistas y consumidores irresponsables condujeron a la zanja a miles por la denegación de pensar cinco minutos en el futuro. Observemos las últimas guerras nuevamente – no podemos superar la idea de que el terrorismo terminará si hacemos estallar esa mierda llamada chicos malos. ¿Por qué? Porque esa es la manera en que funciona en las películas. En Star Wars, cuando el emperador muere, todo el mal mure con él. Lo mismo con Sauron, y Voldemort. Si matamos / encarcelamos a todos los capos de la droga, las drogas van a desaparecer, ¿De verdad, amigos?
Puedes encontrar esto en tu vida personal, también. Si algo va mal en la oficina, alguien tiene que ser culpado. Todo el mundo entra en el modo cubre tu culo, porque saben que los jefes necesitarán un villano en su historia. Cuando inicias algún proyecto personal (un nuevo trabajo, perder peso, lo que sea), esperas la misma estructura de tres actos que has visto en una película (observar el problema, enfrentarlo, experimentar el momento más oscuro, y a la larga obtener el triunfo), y te deprimes cuando no lo consigues (eso de “triunfo” es una parte que no aparece tan a menudo). ¿Por qué la gente está tan obsesionada con el Apocalipsis? Debido a que cada historia tiene un final, y la idea de que la “historia” del ser humano pueda arrastrar por siempre, un sin rumbo, sin progreso hacia ningún objetivo en particular, es inimaginable. No podemos procesarlo.
“La realidad es que probablemente conserve este aspecto, mucho después de haber sido exterminados por los robots que hemos diseñado para protegernos.”
Y nuestras expectativas de cómo ver este mundo real por esas historias y cómo debieran emplearse,  son programadas en nosotros por la cultura pop-ular.
Así que, sí, por el amor de Dios, es al estilo cine mático. Al estilo de los programas de TV, al estilo de las Novelas. Dan forma al lente por el cual vemos el mundo. El hecho mismo de que no creas que esto ocurra, que incluso en este momento sigas dudando de la idea, es precisamente que por ello, todo esto lo haga tan peligroso para ti – así que puedes irte a ver películas, apagar tu cerebro y bajar la guardia. Y mientras tu guardia esté baja, les permites que interfieran directamente en esa parte del cerebro en la que creas tu mitología. Si lo piensas bien, es una enorme responsabilidad de parte de quien te narra. Y te sientes cómodo entregando esa responsabilidad a Michael Bay.
Es simplemente algo a tener en cuenta, es sólo eso.
-Ocelopilli Balam-

Comentarios

  1. muy lindo pero eso no quita que realmente exitan personas malas que quieran hacernos daño

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