El silencio se está acabando


     Ante lo que estamos viendo y viviendo en España, hay colectivos que no quieren permanecer en silencio. Por ejemplo, los Inspectores del Banco de España, que acaban de denunciar la política seguida por éste en la tremenda crisis financiera española.
     Por ejemplo, el “gran mudo”, o sea nuestros Ejércitos, que desde que Mas lanzó su desafío separatista en septiembre pasado, no hacen más que hablar, eso sí, por boca de militares retirados. Uno de los últimos militares en hacerlo ha sido el Almirante Angel Tafalla Balduz, que fue 2º Jefe de las Fuerzas Marítimas OTAN del sur de Europa.
     Tafalla es un militar que escribe con frecuencia, siguiendo una vieja tradición, ya comentada por Cervantes en su discurso sobre las armas y las letras. Participa también en programas de radio y televisión. En fin, “se moja.” Porque ningún español puede ser ajeno y permanecer indiferente ante lo que está ocurriendo en España, y menos aún quienes por su carrera ocupan, o han ocupado, puestos de relevancia.
     Este Almirante aparece como “Firma invitada” en la web “Crónica de Economía y Sociedad” – http://crones.es -, que dirige el economista Juan Iranzo, y en donde participa también el no menos famoso economista Juan Velarde. Ahí podemos leer un artículo suyo titulado “Estado de negación”, en el cual analiza la situación política de España, que la caracteriza como “estado de negación” : el anterior Gobierno socialista negaba que España estuviera sumergiéndose en una profunda crisis política , y el actual Gobierno tampoco acepta la realidad, al negar que estemos sumergidos en una crisis institucional, que exige una reforma profunda de nuestra Constitución. Termina su artículo con estas palabras : no se puede vivir en crisis permanente – en un estado fundacional interminable –y discutiendo todo a todas horas. O paz, o guerra ( afrontar abiertamente las consecuencias ), pero no crisis eterna.”
     Opina este militar que ninguno de los dos partidos mayoritarios, debido a su negativa a aceptar la realidad, nos van a sacar del trance en que nos encontramos. Y al final sólo ve una solución : votar a uno de los pequeños partidos que no tienen miedo, que no se niegan a aceptar la realidad. Así se neutralizaría la perversa ley electoral que nos deja en manos de esos nacionalistas que quieren destruir nuestra convivencia.
     En otra publicación – www.alertadigital.com -, apareció hace pocos días otro artículo de este Almirante, titulado “El silencio de los Ejércitos” . En él dice cosas como las que siguen : “La sociedad española tiene derecho a saber – y no tan sólo a imaginar – lo que piensan sus Ejércitos sobre la evolución de esta senda que emprendimos juntos hace ya más de 500 años. No parece lógico que estén dispuestos a morir por la Patria, pero que no puedan opinar sobre ella. Opinar no es sublevarse.Cabría desear que las Fuerzas  Armadas continúen manteniendo su silencio sobre la política pequeña. Pero que, cuando, tarde o temprano, se abra el proceso de reformar las normas que nos han permitido llegar hasta aquí, se les consienta contribuir al debate institucional acerca de cómo debería evolucionar esa Nación que han prometido defender.”
     En línea con este y otros pronunciamientos similares, escribe Marcello en www.republica.com del 9 de enero un artículo titulado “El ejército, enfadado, pero con Rajoy.”
     En definitiva, deberíamos recordar que no hay peor sordo que quien no quiere oír. No podemos ignorar la opinión de colectivos tan importantes en cualquier país como son los militares, por ejemplo. Por haberlos ignorado o malinterpretado, nuestra Historia se ha visto plagada de episodios que están en la memoria colectiva. No repitamos nuestros errores históricos.
     Los políticos dicen que si “esto” se acaba, ¿qué vamos a tener? Pues que no se asusten. Que dejen hablar al pueblo español – ¿recuerdan eso de “habla, pueblo, habla”, de 1977? -. Porque un proceso de cambio constitucional, constituyente, parece ineludible, imparable y absolutamente necesario. Las cosas han llegado a un punto en el que no valen ya más disimulos. Un punto en el que, si el pueblo español no rompe su silencio, llegará un día en que los acontecimientos podrían hacer “fabñlar a las piedras.” Estos, señores, no da ya más de sí.
Argentarius 
FUENTE http://www.fundacioncivil.org

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