No hay pruebas científicas de que el VIH cause el SIDA, por el Premio Nobel Dr. Kary B. Mullis.

FUENTE http://informacionporlaverdad.wordpress.com Kary_MullisDr. Kary B. Mullis.
Premio Nobel de Química 1993 por inventar la técnica PCR.

En 1988 trabajaba como consultor en Specialty Labs, en Santa Mónica, realizando análisis del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sabía bastante de análisis de cualquier cosa con ácido nucleico, porque había inventado la Reacción en Cadena de la Poliomerasa (Polymerase Chain Reaction: PCR). Por eso me contrataron.
Por otra parte, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) era algo de lo que no sabía demasiado. De este modo, cuando me encontré escribiendo un informe sobre nuestros progresos y objetivos para el proyecto patrocinado por los National Institutes of Health, me dí cuenta de que no conocía la referencia científica para apoyar la declaración que acaba de escribir: «El VIH es la probable causa del SIDA».
Así que me volví al virólogo de la mesa de al lado, un tipo serio y competente, y le pregunté por esa referencia. Dijo que no necesitaba ninguna. Yo no estuve de acuerdo. Pese a que es verdad que ciertos descubrimientos o técnicas científicas están tan bien establecidas que sus fuentes ya no se aluden en la literatura contemporánea, ése no parecía ser el caso de la conexión VIH/SIDA. Para mí, era muy notable que el individuo que había descubierto la causa de una enfermedad mortal y hasta ahora incurable, no fuese continuamente aludido en las publicaciones científicas hasta que la enfermedad estuviese curada y olvidada. Pero, como pronto aprendería, el nombre del individuo -que sería seguro materia de Premio Nobel- no estaba en boca de nadie.
Por supuesto, esta simple referencia debía estar en alguna parte ahí fuera. De lo contrario, decenas de miles de funcionarios y reconocidos científicos de diversas procedencias, que intentan aclarar las trágicas muertes de un considerable número de homosexuales y/o consumidores de drogas intravenosas de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años, no habrían permitido que su investigación se limitase a una estrecha vía de estudio. No todo el mundo pescaría en la misma charca a menos que estuviese completamente verificado que el resto de charcas estaban vacías. Tenía que haber un informe publicado, o quizás varios, que juntos indicasen que el VIH es la posible causa del SIDA. Tenía que haberlo.
Hice indagaciones con el ordenador, pero no encontré nada. Por supuesto, puedes perderte información importante con las búsquedas por ordenador sólo con no introducir las palabras clave concretas. Para estar seguro de una conclusión científica, lo mejor es preguntar a otros científicos directamente. Esa es una de las cosas para las que sirven esos congresos en lugares lejanos con bonitas playas.
Como parte de mi trabajo, iba a muchos encuentros y congresos, Adquirí el hábito de acercarme a cualquiera que diese una charla sobre SIDA y preguntarle qué referencias debía citar para esa cada vez más polémica declaración: «el VIH es la probable causa del SIDA».
Después de 10 ó 15 encuentros en un par de años, empecé a preocuparme cuando ví que nadie podía citarme la referencia. No me gustaba la fea conclusión que se estaba formando en mi mente: la campaña entera contra la enfermedad considerada con creces como la peste negra del siglo XX, estaba basada en una hipótesis cuyos orígenes nadie podía recordar. Eso desafiaba tanto al sentido científico como al común.
Finalmente, tuve la oportunidad de interrogar a uno de los gigantes de la investigación del VIH y del SIDA, el doctor Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, cuando dio una charla en San Diego. Esta sería la última vez en que sería capaz de realizar mi pregunta sin mostrar cólera. Me figuré que Montagnier conocería la respuesta. Así que se la planteé.
Centers Disease Control (CDC).Con una mirada de perplejidad condescendiente, Montagnier dijo: «¿Por qué no cita el informe de los Centers for Disease Control (CDC, Centros para el Control de Enfermedades)?».
Yo contesté: «No se refiere realmente al tema de si el VIH es o no la probable causa del SIDA, ¿O sí?».
«No», admitió, sin duda preguntándose cuánto tardaría en marcharme. Buscó ayuda en el pequeño círculo de personas a su alrededor, pero todos estaban, como yo, esperando una respuesta más concluyente.
«Por qué no cita el trabajo sobre el VIS (Virus de la Inmunodeficiencia Simia)?», ofreció el buen doctor.
Luc Montagnier.«También he leído eso, doctor Montagnier», contesté. «Lo que les pasó a esos monos no me recuerda al SIDA. Además, ese informe fue publicado sólo hace un par de meses. Estoy buscando el informe original con el que alguien demostró que el VIH causa el SIDA».
Esta vez, como respuesta, el doctor Montagnier se dirigió hacia el otro lado de la habitación para saludar a un conocido.
No hemos podido encontrar ninguna buena razón por la cual la mayoría de la gente sobre la tierra cree que el SIDA es una enfermedad causada por un virus llamado VIH. Simplemente no hay evidencia científica alguna que demuestre que eso es cierto.

Tampoco hemos sido capaces de descubrir por qué los médicos recetan una droga tóxica llamada AZT (Zidovudina-Retrovir) a personas que no tienen otro mal que la presencia de anticuerpos al VIH en su cuerpo. De hecho, no podemos entender por qué ningún ser humano debería tomar esa droga cualquiera que fuese la razón que se adujese.
Ni Duesberg ni yo podemos entender cómo ha surgido esta locura, y habiendo vivido ambos en Berkeley hemos visto algunas cosas muy extrañas. Sabemos que errar es humano, pero la hipótesis VIH/SIDA es un error diabólico.
Digo esto bastante alto como advertencia. Duesberg lo ha estado diciendo durante mucho tiempo.
Fuente: Prefacio al libro del Dr. Peter H. Duesberg «Inventing the AIDS virus».
Contacto: Kary B. Mullis, 6767 Neptune Place Pt4, La Jolla, CA 92307 USA.
Artículo publicado en el número 46 de la revista «Medicina Holística». Edita: Asociación de Medicinas Complementarias (A.M.C.).

LAS DECLARACIONES DE  Kary Mullis.

Un premio Nobel otorgado por haber descubierto la mejor técnica para analizar el virus de la inmunodeficiencia humana afirma en un congreso médico celebrado en el Estado español que no cree que este virus sea la causa del SIDA.
Alfredo Embid.
Kary Mullis.La 28 Reunión Internacional de la Sociedad Europea de Investigación Clínica celebrada en Toledo durante el mes de abril (21, 22, 23) de 1994, acaba de reunir a más de 1.000 Científicos. Precisemos que este congreso, como la gran mayoría de los que se celebran, estaba patrocinado por las multinacionales farmacéuticas. Pero aquí se colaron. El invitado estrella, el Dr. Kary Mullis, Premio Nobel de química 1993, no habló de la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa, la técnica más avanzada para estudiar virus) por cuya invención le fue otorgado el premio Nobel1, como estaba previsto, sino que, de improviso, cambio el tema de su conferencia y habló del SIDA. Horror y estupor entre los asistentes, muchos de los cuales abandonaron la sala antes de que finalizara. Kary Mullis, una vez más, a puesto en cuestión toda la hipótesis oficial de que esta enfermedad sea causada por un retrovirus y de que el test que ha inventado sea una confirmación de que el VIH causa el SIDA.
Pensaréis lógicamente que si el último Premio Nobel, inventor de la técnica más avanzada para detectar el virus de la inmunodeficiencia humana, tiene algo distinto que decir sobre la «enfermedad más terrible de todos los tiempos» y encima lo hace a unos cuantos kms. de la capital del Estado Español, en un (supuestamente) reputado congreso internacional que tiene como sede nuestro país, todos los medios deinformación se han volcado para informarnos de ello, se han peleado por obtener entrevistas exclusivas… Y durante numerosas páginas y horas de programación nos han informado hasta el último detalle de su exposición.
Pues no, no ha sucedido nada de esto, que sería lo esperado en un país que supuestamente goza de libertad de información en un régimen supuestamente «democrático».
¿Sabéis lo que dijo?
- No. Ni yo tampoco, porque como vosotros, no asistí a su conferencia por otras actividades programadas de antemano que no podía cancelar.2
Sin embargo, enviamos a dos de nuestros colaboradores, un enfermo de SIDA y un seropositivo, supervivientes y disidentes de la hipótesis oficial, para entrevistarle. Cuando vió nuestras anteriores publicaciones y tomó contacto con nuestros amigos, aceptó concedernos inmediatamente una extensa entrevista en exclusiva (que publicaremos próximamente). Resaltemos que se mostró muy crítico con el resto de los medios de comunicación convencionales, sin duda por su «quemada» experiencia personal con ellos.
Como aún no hemos traducido ni publicado su entrevista, no sabemos lo que dijo puesto que todos los medios de comunicación nos lo han ocultado, aunque todos se hayan visto obligados a chapurrear sobre ello. No hemos podido encontrar en todos los numerosos y extensos artículos publicados (a toda página en muchos casos) su exposición.
Como mínimo estaréis de acuerdo conmigo en que es algo curioso. ¿O no?
Unánimemente, todos los medios de comunicación se han volcado en criticar violentamente sus declaraciones sin citar lo que dijo. Citando exactamente 60 palabras sobre el SIDA en el mejor de los casos3contra media página de descalificaciones e incluso páginas enteras sin citar una sola de sus frases.
Afortunadamente, la estrategia de los llamados «medios de comunicación» estatales es tan chapucera que cualquier persona que conserve la hoy en día mínima y rara capacidad crítica propia de un ser inteligente, puede darse cuenta, sólo con leer los titulares, de que «hay gato encerrado» y que se les ve descaradamente el plumero. Repasemos juntos algunos de ellos. Por ejemplo:
«Las extrañas tesis de Mullis», «Critican a K. Mullis por sus declaraciones sobre las causas del SIDA», El Mundo.
«Sus afirmaciones causan perplejidad y enojo dentro de la comunidad científica», Ya.
«Critican a Kary Mullis por sus declaraciones sobre las causas del SIDA», El Mundo.
« A pesar del triste final», El Mundo.
«SIDA: la comunidad científica mundial rechaza la hipótesis del Nobel Mullis», ABC.
«Reacciones de escepticismo ante la tesis de Mullis sobre la causa del SIDA», El País… Etc.
He aquí algunos ejemplos de las desinformaciones tendenciosas publicadas. Los paréntesis son nuestros inevitables comentarios críticos:
«K. Mullis… disidente de la teoría oficial y está haciendo sin una sola prueba científica (las que aportó nos han sido cuidadosamente ocultadas) que avale sus teorías, todo el ruido posible4».
«Para hacer declaraciones de esta naturaleza (de las que el reportero no menciona ni una sola frase) y desasosegar a medio Mundo hay que estar muy seguro de lo que se dice. (Difícilmente como ciudadano te habrás desasosegado ignorando absolutamente todo lo que ha dicho, pero sí es cierto que ha perturbado a la ortodoxia «científica» y especialmente a la industria del SIDA)».
«Hay, si se quiere usar con propiedad la palabra científico, que demostrarlo.5» (Es decir, que un vulgar reportero descalifica a un Premio Nobel y tiene la desvergüenza de acusarle de no ser un científico sin citar un solo argumento de su exposición que justifique semejante insulto).
Pero, en contraste con la ocultación deliberada de su exposición, por el contrario, sí encontramos abundantes declaraciones en su contra, curiosamente citadas con las mismas palabras en varios periódicos678(de nuevo sin argumentos), por ejemplo, la de J. Martin, presidente de la Sociedad Europea de Investigación Clínica, que le acusa de hacer declaraciones «Inadmisibles y carentes de fundamento. Hay evidencias que demuestran la existencia de correlaciones similares cuando Pasteur descubrió el virus de la rabia»910 Un ejemplo perfecto en su contra, puesto que el SIDA no cumple ninguno de los postulados de Koch sobre las enfermedades infecciosas (como ha denunciado otro Premio Nobel disidente de la hipótesis oficial: el Dr. Walter Gilberet, Biólogo Molecular de Harvard), que hasta ahora siguen vigentes11, y especialmente surrealista puesto que el prestigioso Pasteur ha sido denunciado recientemente como un delincuente, tras la publicación de sus cuadernos de notas12.
O también las de Maddox, director de Nature: «La postura de Mullis no tiene ningún fundamento científico»13.
Harvey Bialy.Recordemos que Maddox, en un artículo anterior de Nature (que hemos traducido), había corroborado las teorías disidentes14, pero recientemente ha dado marcha atrás, cambiando de chaqueta y convirtiéndose en uno de los más agresivos acusadores de los disidentes, no sólo marginando sus artículos, sino también negándoles el derecho a réplica15. Además, quiere cortar la cabeza (aún no lo ha conseguido) del editor científico, el Dr. Harvey Bialy, de una publicación hermana de Nature, la prestigiosa Biotechnology, que sostiene que el VIH no es la causa del SIDA, los tests del SIDA no son válidos, ni existe ninguna epidemia en Occidente ni en África16.
La argumentación en contra de Kary Mullis es una argumentación vacía contra el vacío, puesto que no se nos ha informado de sus declaraciones. Anteriormente, hemos publicado en español declaraciones de Kary Mullis17.
Vamos a comentar algunos de estos argumentos vacíos:
- Por ejemplo, El Mundo afirma: «La evidencia epidemiológica de que el virus está presente siempre en cada caso de SIDA es aplastante»18.
Falso:
Hay que precisar que las pruebas de diagnóstico no detectan el virus sino, en el mejor de los casos, anticuerpos, es decir, una proteína que puede encontrarse aumentada, como veremos en numerosas otras situaciones.
Pero incluso si experimentalmente se busca el virus (precisamente con la técnica más efectiva inventada por Mullis) se constata que el virus no está presente en numerosos casos de SIDA. Y esto está publicado en las revistas científicas, como por ejemplo en Science19, donde se expone un estudio bastante bien hecho (algo excepcional, según el director científico de la revista Biotechnology, el biólogo molecular Harvey Bialy20) sobre 28 casos de SIDA (grado 2-4, con CD4 inferiores a 200) donde el virus era indetectable en 6 de ellos con las técnicas más sofisticadas, y no había rastros del virus en ninguno de los pacientes diagnosticados como pre-SIDA (en el nivel ARC).
Lo que sí es aplastante es la ignorancia del reportero, pues hay más de 4.000 casos documentados científicamente en los que no se ha encontrado virus21.
Por otra parte, estas cifras no significan mucho, pues en la gran mayoría de los análisis no se hace una prueba que busque el virus con PCR (pruebas de antígeno) y podemos suponer que, si se hicieran, las cantidades serían infinitamente mayores, aunque esto seguiría sin demostrar nada, según el inventor de la técnica PCR.
Anthony Fauci.- «Esta hipótesis es insostenible científicamente, como han puesto de relieve investigadores de la talla de Anthony Fauci, Luc Montagnier -descubridor del virus del SIDA y responsable de investigación del Instituto Pasteur de Francia- y el acreditado virólogo Robert Gallo»22.
Aquí el reportero se luce, pues justamente Montagnier lleva años diciendo una parte de lo mismo que dice Mullis, «que el virus no basta para explicar el SIDA», y por si fuera poco acusa a los antibióticos de ser responsables del SIDA, activando cofactores como los micoplasmas, y no es el único en hacerlo23.
En cuanto a los otros dos acreditados investigadores avalantes de la hipótesis oficial, la talla de Fauci es indiscutible pues es uno de los magnates del SIDA y la acreditación de Gallo incluye el haber sido acusado por una comisión parlamentaria de perjurio, fraude y mala conducta científica24.
- «SIDA: La comunidad científica mundial rechaza la hipótesis del Nobel Mullis»25.
Respecto a este titular y otros que se apoyan en el mismo argumento, os propongo hacer una prueba. Preguntad ¿Qué demonios es la comunidad científica mundial?
Robert Gallo.No obtendréis respuesta. Sencillamente porque no existe tal organismo. Pero, aunque existiese (hay otros similares), no dejaría por ello de ser sospechoso de corrupción e infiltración por parte de la industria multinacional. Por citar sólo un ejemplo: en los procesos entablados contra Gallo, el propio Instituto Nacional de la Salud americano se ha visto implicado, acusado de ocultar pruebas26.
- «Junto con otro científico, Peter Duesberg, y las páginas de ciencia del semanario Sunday Times, Mullis es el otro gran vértice del triángulo empeñado en hacer creer a los mortales que nadie ha demostrado nunca que el SIDA esté causado por un solo virus»27.
Peter Duesberg.Es preciso resaltar que Kary Mullis no es un excéntrico aislado, ni tampoco Duesberg ni sus argumentos han sido recogidos solamente por un semanario.
Sus opiniones son compartidas por numerosos científicos que se esfuerzan a contra corriente por hacerse oír enfrentándose a los poderosos intereses industriales.
En su mayoría, han firmado un documento llamado «Replantear el SIDA», que CuerpoMente28 y otras dos revistas españolas publicaron íntegramente29, a pesar de que enviamos este texto a más de 600 medios de comunicación estatales, que no se hicieron eco del mismo.
En diciembre de 1993, invitamos a algunos de sus más destacados representantes, con todos los gastos pagados, a Barcelona. Invitamos al Dr. Peter Duesberg, miembro de la Academia de Ciencias Americana, profesor de biología molecular, candidato al premio Nobel por su descubrimiento de los oncogenes (genes cancerígenos), que además fue, hace 20 años, el descubridor de la estructura genética de los retrovirus (familia a la que pertenece el virus supuestamente causante del SIDA, que, por cierto, no se diferencia en nada del resto de los retrovirus, absolutamente inocuos para el hombre); al Dr. Harvey Bialy, biólogo molecular y editor científico de la prestigiosa revista Biotechnology; a R. Laarhoven, coordinador de la Asociación para la Investigación Alternativa del SIDA en Amsterdam, que organizó un congreso alternativo en 1992 sobre el SIDA en Amsterdam; a Joan Shenton, directora de la empresa de vídeos médicos Meditel, cuyos trabajos (más de 5 horas sobre las opiniones disidentes) han sido proyectados en la TV británica (especialmente en Dispatches del Canal 4) -lo que contrasta con una programación en todas las cadenas españolas igual a 0 horas sobre el tema-.
A ellos se añadieron el Dr. Alfred Hässig, profesor emérito de inmunología de Berna, que además es microbiólogo y anatomopatólogo; así como otros participantes ingleses que acudieron pagándose sus gastos30.
Informamos de su asistencia a este encuentro a la totalidad (más de 600 cartas enviadas) de los medios de comunicación estatales. Algunos (Antena 3, La Vanguardia, el Diario de Tarrassa) enviaron reporteros (personalmente se mostraron muy interesados), pero sus trabajos no fueron difundidos posteriormente31.
El grupo Rethinking Aids (Repensar el SIDA) inicialmente debutó con 40 firmas, que en menos de un año se ampliaron a 400.
Entre los firmantes se encuentran: 2 Premios Nobel; miembros de la Academia de Ciencias Americana; profesores eméritos de inmunología y de salud pública, de leyes, etc.; biólogos moleculares; especialistas en virología, biofísica, epidemiología, estadística médica, etc.; doctores en fisiología, anatomía patológica, microbiología y medicina clínica, etc…32
Así que, contrariamente a lo que los medios de comunicación pretenden haceros creer, no se trata sólo de la opinión de un par de personas excéntricas, sino de todo un grupo de valientes y honrados científicos que hacen su trabajo correctamente, cuestionando los propios fundamentos de la hipótesis oficial de que el SIDA sea causado únicamente por un virus.
Einstein decía que «lo más importante en ciencia es no dejar de cuestionar nunca», algo que los ortodoxos, que se aferran a la hipótesis oficial del VIH, parecen haber olvidado.
- Tampoco es cierto que esta información sólo figure en un simple periódico inglés sensacionalista enfrentado con «prestigiosas revistas científicas». Prácticamente en su totalidad, los datos en que se basan los científicos disidentes se hallan publicados en la literatura científica e incluso provienen de los Centros de Control de Enfermedades oficiales. Lo que cambia es su interpretación. Una interpretación peligrosa para la industria y, por lo tanto, sistemáticamente ahogada.
También El País se ha lucido en sus comentarios: «Un grupo reducido de científicos, de los que muy pocos son especialistas en virología, sostiene esta opinión en contra de los apabullantes datos epidemiológicos».
Gran parte de los científicos disidentes son precisamente especialistas en biología molecular y virología como, por ejemplo, el Dr. Peter Duesberg -que fue el primero en mostrar el mapa genético de un retrovirus-, Charles A. Thomas -biólogo molecular, virólogo- y el Dr. Harvey Bialy -director científico de la revista profesional más prestigiosa del mundo sobre Biotecnología-, el premio Nobel Walter Gilbert -que también es biólogo molecular-, etc.
Gordon Stewart.Respecto a los «apabullantes datos epidemiológicos» es necesario precisar que quien más se ha aproximado a la realidad en sus predicciones es precisamente un científico disidente, el Profesor emérito de Salud Pública de la Universidad de Glasgow, Inglaterra, Dr. Gordon Stewart.
Centers Disease Control (CDC).En segundo lugar, hay que denunciar que los Centros de Control de enfermedades de Atlanta (considerados como los más prestigiosos) suelen presentar sus datos (para justificar la hipótesis oficial de que existe una terrible epidemia) con cifras acumulativas, pero para cualquier epidemiólogo serio esto carece de sentido, pues si consideramos cifras acumulativas podemos tener una epidemia de cualquier cosa… Cualquier enfermedad resulta que está incrementándose, como la muerte… La cifra fundamental que interesa a un epidemiólogo (para valorar si existe o no una epidemia) es el porcentaje de crecimiento de una enfermedad (unas cifras que normalmente se ocultan a los medios de comunicación, pero que están publicadas y disponibles en los mismos Centros de Control de Enfermedades-CDC).
Pues bien, en el caso del SIDA, el porcentaje de crecimiento ha ido decreciendo regularmente (según las cifras oficiales disponibles en los CDC). Por lo tanto, la conclusión es que no existe ninguna epidemia, según los propios datos de los Centros de Control de Enfermedades, que no suelen mostrar, como resaltaba el Dr. Harvey Bialy en su exposición en las I Jornadas de Medicinas Complementarias33 34.
Presentar a los disidentes como excéntricos aislados (aunque sean Premios Nobel o miembros de la Academia Nacional de Ciencias Americana) y enfrentar al Sunday Times como un vulgar semanario sensacionalista con prestigiosas revistas científicas sistemáticamente (ocultando que la mayor parte de los datos en que se basa el cuestionamiento de la hipótesis oficial del SIDA proviene de las mejores publicaciones científicas), como insisten en resaltar los periódicos españoles y también los extranjeros, huele muy mal. Huele a una estrategia dictada y predeterminada.
Por ultimo, quiero resaltar que los test del SIDA están científicamente cuestionados en cuanto a su significado. Por ejemplo, la prestigiosa revista Biotechnology ha publicado un trabajo que revela como el Western Blot, considerado el mejor test del SIDA disponible, arroja numerosos falsos positivos en situaciones tan comunes como tener verrugas o estar desnutrido, haber padecido enfermedades como tuberculosis, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, malaria e infecciones multiples… Y en 1 de cada 150 individuos perfectamente sanos35.
De acuerdo. Todo esto parece increíble.
Os propongo plantearos seriamente una cuestión fundamental: ¿Qué beneficios obtienen los disidentes con respecto a los partidarios de la teoría oficial?
Los disidentes por su heterodoxia sólo han obtenido el beneficio de soportar dificultades en sus trabajos, de ver como desaparecían sus fondos de investigación36, de ser boicoteados sistemáticamente para ahogar la publicación de sus opiniones y de ser insultados sin que se les conceda el derecho a réplica37.
En contraste, los partidarios de la hipótesis oficial (en su mayoría investigadores rebotados de la fracasada hipótesis vírica del cáncer, que ha consumido inútilmente millones de dolares, pero que evidentemente es necesario rentabilizar) se han elevado a la categoría de promotores de las enfermedades generadas por la industria biotecnológica y custodios de la «verdad científica»38, una verdad altamente rentable no sólo desde el punto de vista económico, sino también para el orden mundial político y social, con la remuneración correspondiente a sus buenos servicios…
Os preguntaréis ¿Cómo es posible que la ciencia sea manipulada hasta tal punto?
Hay que tener muy claro que la ciencia no es algo aséptico.
Lo que se considera como «ciencia» sólo es lo que se publica en las revistas científicas financiadas por la industria químico-médico-farmacéutica; y lo que no se publica en ellas no es ciencia… Pero hasta el más tonto sabe que quien paga manda…
El control de la información y la supresión de ciertas informaciones es vital para el orden establecido y es un hecho a nivel planetario.
Por ejemplo, en abril de 1994, se publicaron las conclusiones definitivas39 del estudio Concorde (el más importante realizado hasta la fecha por investigadores anglo-franceses, que demostraba el perjuicio (más muertes) al administrar AZT a personas seropositivas, sin mencionar los tumores inducidos, la necesidad de transfusiones (inmunosupresoras) para sobrevivir, y el deterioro de la calidad de vida en el grupo que tomaba el fármaco).
Esto era, evidentemente, una mala noticia para la Wellcome, que comercializa el farmaco AZT y que insiste en promocionarlo para el inmenso mercado de los pacientes seropositivos asintomáticos.
Según información directa del periodista londinense Michael Dew, la Wellcome (que se ha hecho multimillonaria gracias al farmaco AZT, y otros productos biotecnológicos y antivíricos) invitó del 14 al 17 de abril a 20 representantes de los medios de comunicación españoles en primera clase, alojándolos con super lujo en el hotel Grafton (5 estrellas) de Londres. Coste aproximado sólo de los gastos, según el Sr. Dew: unos 14 millones de pesetas.
Os preguntaréis para qué todo este despilfarro.
No es demasiado aventurado concluir que lo hicieron (justo tras la publicación del estudio Concorde que demostraba, como mínimo, la inutilidad de dar AZT a seropositivos asintomáticos) para darles las instrucciones de cómo debían comportarse…
Es preciso revelar que la Wellcome está en relación con Rockefeller40, es decir, la Trilateral, es decir, el conjunto de empresas multinacionales que gobiernan la industria, la información (supuestamente objetiva) y la política (con cuyas anécdotas nos entretienen los medios de comunicación) de todo el planeta.
En la semana siguiente teníamos en nuestros medios de comunicación numerosos ejemplos de este contrataque centrado en el premio Nobel de quimica Kary Mullis, que hemos comentado.
Pero incluso cuando aún estaban en Londres disfrutando del lujo de sus suites 5 estrellas, la TVE proyectaba el día 15 de abril un dramático y lacrimógeno reportaje sobre un niño supuestamente afectado por el SIDA sin venir a cuento aparentemente…41
Os lo resumo: el niño había nacido a los 6 meses (en lugar de a los 9 para los que estamos programados, luego de entrada era un tarado), además era seropositivo (lo que no quiere decir mucho en base a los estudios recientes que cuestionan los tests). No se explicaban sus posibles factores de riesgo.
La película recalcaba la neceSIDAd de ocultar este hecho a su entorno fomentando el, supuestamente necesario, aislamiento del «apestado» en un clima terrorífico.
Un día empezó a ver mal y a tener problemas del habla, por lo que se le empezó a dar el medicamento AZT. (Ninguna de estas dos situaciones patológicas tienen nada que ver ni siquiera con el conjunto de las 25 enfermedades arbitrariamente consideradas como definitorias del SIDA, por lo que darle AZT era condenarle a tener el SIDA que no padecía).
La película nos muestra su posterior deterioro hasta la muerte. Pero poco antes no olvida enviarnos un breve mensaje fundamental:
- «Desde que dejó de tomar AZT su estado empeoró…»
Un mensaje casi subliminal por su brevedad, pero efectivo como pude comprobar en una conferencia que di sobre el SIDA dos días después.
A un colectivo de terapeutas manuales que me habían invitado, les pregunté si habían visto el programa.
Muchos respondieron que sí.
Les pregunté si no habían observado algo sospechoso.
Nadie respondió. Luego fue efectivo…
No ha habido ni un solo comentario sobre este programa de nuestros sesudos críticos, que regularmente nos dan la lata en los periódicos con sus opiniones sobre temas triviales de la programación televisiva.
La reciente campaña unánime en los medios de comunicación de silenciar las declaraciones de un premio Nobel es un ejemplo más de la efectividad de este control.
Es un ejemplo evidente y vergonzoso de que NUESTROS SUPUESTOS MEDIOS DE INFORMACION SON EN REALIDAD MEDIOS DE DESINFORMACION Y DE MANIPULACION DE NUESTRO PENSAMIENTO.
Pero los medios de comunicación convencionales no son los únicos implicados en esta descarada campaña de desinformación.
En su apoyo, los llamados comités ciudadanos antiSIDA, anunciaron que iban a «denunciar a Mullis por atentado a la salud pública e intento de homicidio, nos parece gravísimo que se echen por tierra años de labor de prevención. Si tiene razón, lo tiene que demostrar. Este tipo de declaraciones pueden llevar a prácticas de riesgo de contraer el SIDA en personas mal informadas»42.
Esta declaración, tan imbécil como hipócrita y surrealista, proveniendo de un atajo de títeres vendidos a las multinacionales, que amenazan con denunciar a un premio Nobel, fue difundida por los medios de comunicación en lugar de publicar (como era su obligación) las declaraciones de K. Mullis.
Es preciso resaltar que los comités antiSIDA (en éste y otros países43) están financiados para fomentar la hipótesis oficial y despiadadamente el consumo de farmacos como el AZT.
Afortunadamente, hay crecientes disidentes en sus filas que se han percatado de que algo huele mal y del juego sucio (por ejemplo, la Wellcome ha llegado hasta proponerles que difundan camisetas de propaganda).
Pero siguen habiendo individuos que viven de este negocio, apoyado sólidamente por los medios de comunicación; tienen un sueldo seguro, cobran por sus intervenciones y evidentemente no van a renunciar a este maná financiero por motivos que, como mínimo, calificaríamos de éticos.
En un futuro cada vez más próximo, tanto los comités antiSIDA como los prestigiosos doctores responsables de los programas antiSIDA podrían verse acusados de haber fomentado un genocidio44… Ya que numerosos científicos opinan que los tests del SIDA no son válidos y que el tratamiento del SIDA propuesto produce SIDA por prescripción recetada.45
Pero, de momento, como podéis ver, los perros siguen ladrando según la voz de su amo.
ALFREDO EMBID
RECOPILACION DE LAS DECLARACIONES DE KARY MULLIS RECOGIDAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACION ESPAÑOLES:
«No se puede explicar en dos palabras, pero tengo datos para afirmar que el SIDA no es una enfermedad infecciosa, no está causada por el virus de la inmunodeficiencia humana»46.
«Han obligado, sin razón, a la gente a cambiar sus hábitos por miedo a contraer una enfermedad mortal. Como científico, tengo que demostrar las cosas, no creer en ellas»47.
«Sigue sin saberse a ciencia cierta cómo el virus destruye el sistema inmunológico».
«Se han descrito casos de personas que presentan todos los síntomas de la enfermedad, pero en las que no se ha podido hallar el virus»48.
RECUADRO:
Kary Mullis, Premio Nobel de Química en 1993 por su invención de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) -un método para analizar y amplificar el material genético de los virus, que se utiliza como la técnica más avanzada en la identificación del supuesto virus causante del SIDA-, no está convencido de que el virus VIH cause el SIDA.
He aquí algunas de sus declaraciones:
«El misterio de este maldito virus ha sido generado por los 2 billones de dólares que han gastado en él. Tomas otro virus y te gastas dos billones y puedes edificar algunos grandes misterios sobre él también».
«La PCR hace más fácil ver que ciertas personas están infectadas con el VIH y algunas de ellas desarrollan los síntomas del SIDA. Pero esto ni siquiera empieza a responder a la pregunta: ¿El VIH causa el SIDA? Los seres humanos están llenos de retrovirus. No sabemos si son cientos o miles, o cientos de miles. Sólo recientemente hemos empezado a buscarlos. Pero nunca han matado a nadie antes. Las personas siempre han sobrevivido a los retrovirus».
«No puedo encontrar un sólo virólogo que quiera darme referencias que demuestren que el VIH es la causa probable del SIDA. En un asunto tan importante como éste, debería haber un cuerpo de documentos científicos en alguna parte, investigaciones escritas que fueran accesibles, demostrando ésto. Pero no están disponibles. Si pides a un virólogo esa información, no obtienes una respuesta, sólo obtienes furia».

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