¿Que sabemos sobre posibles civilizaciones extraterrestres? [Parte II]




Esta es la continuación del post: 
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Estas experiencias demuestran cómo el proceso de hibridación tiene algún propósito definido, que aún desconocemos. Entonces surge la pregunta ¿quién está detrás de todo esto? Una posible respuesta es que se trata de los nefilim de antaño, o los ángeles caídos de la Biblia, que se supone están comandados por Satanás. Se supone que están empeñados en recuperar el dominio del paraíso perdido. La Biblia en ninguna parte hace referencia a una invasión de seres de otros planetas o galaxias, pero sí habla de señales en el cielo y de prodigios en la Tierra que engañarán hasta a los mismos elegidos. Los ángeles caídos ayudados por los nefilim, esperan el momento de ser liberados de las profundidades para el gran día. San Pablo nos avisa que nuestra lucha no es contra la carne y la sangre sino contra los principados y poderes de las tinieblas. En Efesios podemos leer: “Así como los ángeles buenos se materializan, así los caídos pueden hacer lo mismo. No todos los espíritus cayeron a la misma profundidad“. Los seres humanos de la Antigüedad creían que los supuestos dioses (o demonios) eran sus aliados y coexistían con ellos sobre la faz del planeta. Los consideraban sus protectores, que en determinadas ocasiones eran capaces de otorgar a sus protegidos favores especiales. Se les realizaron ofrendas y eran considerados seres reales, normalmente asociados a los espíritus de los atlantes o antepasados que perecieron durante la gran inundación. Los antiguos estaban convencidos que esos dioses podían volar y eran vistos ocasionalmente como maravillas naturales, globos de luz o “escudos voladores”. Estas creencias estaban arraigadas en el mundo entero. En el Oriente, el sistema de creencias incluye a los demonios, que son vistos como fantasmas ancestrales frustrados. En tiempos más recientes, el demonio fue adoptando otras formas y se incorporó a las creencias populares plagando de fábulas, mitos y leyendas, como  puede verse en la historia de todos los países de la Tierra. La parafernalia de vampiros, hombres lobos, trolls, goblins, hombrecitos verdes, seres con patas de cabra, hadas, etc., que se encuentran en los bosques de Europa es bien conocida. Recientemente obras como Harry Potter y El señor de los anillos, demuestran la avidez del público por la magia, lo oculto y los demonios de antaño. Con la aparición de los libros de Julio Verne y H.G. Wells, el supuesto demonio volvió a tomar un nuevo disfraz, esta vez más acorde con la nueva tecnología y los viajes espaciales e interestelares. Con películas como Encuentros en la tercera fase o Independence Day, se preparó un camino para la aceptación pública en el advenimiento de un hipotético Anticristo. Al comienzo del siglo XX empezó a hacerse pública la aparición de vehículos aéreos de origen desconocido. La imaginación popular imaginó que éramos visitados por seres venidos de la Luna, Marte, Venus o las lunas de Júpiter. Pero los avistamientos se incrementaron a partir de la década de los treinta y sufrieron un cambio a partir del accidente de Roswell en 1947. Los hombrecillos delgados, de brazos largos y cabeza grande con ojos rasgados, negros y profundos se habían convertido en algo real.

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En su libro Pasaporte a Magonia, publicado en 1969, el investigador ufológico francés Jaques Vallee documenta estos hechos y escribe: “Hemos examinado algunas historias de abducciones e intentos de secuestro por parte de los ocupantes de platillos voladores. Estos episodios son una parte del total del fenómeno del problema ovni y no pueden ser resueltos separadamente”. La evidencia recolectada por en antropólogo Walter Wentz, en una sorprendente trilogía titulada “Temple, Harvard y Mit“, apunta en la misma dirección cuando analiza las creencias populares entre las gentes del oeste de Irlanda: “A menudo se ven hombres y mujeres jóvenes que habían desaparecido y niños que habían sido tomados, no solamente es la gente tomada, sino llevada por medios aéreos a sitios y lugares distantes; un hombre que había sido tomado y a quien yo conozco, de nombre Roderick MacNeil, fue levantado por unos duendes y depositado a tres millas de donde había sido tomado, a eso de la medianoche”.  Una reunión de intelectuales, que incluyó algunas de las personalidades más selectas en cada uno de sus campos, fue convocada por MIT (Massachusetts Institute of Technology), a fin de investigar más a fondo el fenómeno ovni. La conferencia comenzó el día 13 de junio de 1992 y terminó cinco días más tarde. Fue codirigida por dos eminencias, cada una en su especialidad: el físico del MIT David E. Pritchard y el psiquiatra de la Universidad de Harvard John E. Mack. Uno de los presentadores fue el Dr. David M. Jacobs, profesor de historia de la Universidad de Temple. La conferencia fue documentada y sus resultados publicados en 1995 en el libro titulado Encuentros cercanos del cuarto tipo -abducciones alienígenas, Ovnis y la conferencia de MIT. Su autor fue CDB. Bryan, quien en la introducción escribe: “El punto central de la abducción alienígena es, de acuerdo con el Dr. Jacobs, con el de recolección de óvulos y esperma. Él, al igual que su mentor, el conocido artista neoyorquino y una autoridad en el fenómeno de las abducciones, Budd Hopkins, apoyan la más siniestra explicación para la presencia alienígena entre nosotros. Ellos, de acuerdo con lo que Hopkins escribió en su libro, están comprometidos con un permanente estudio genético y la especie humana está siendo sujeta a un experimento de hibridación”. John E. Mack, quien había previamente escrito una nota de introducción acerca de Jacobs, dice: “La idea de que hombres, mujeres y niños son tomados, contra su voluntad, de sus casas, coches y escuelas, por humanoides y llevados a una nave en donde son sometidos a procedimientos ignominiosos, es aterradora y al mismo tiempo destruye todas nuestras nociones de lo que es posible en nuestro universo, siendo rechazada de antemano o distorsionada por los medios informativos. Todo esto es comprensible dada la perturbadora naturaleza de las abducciones realizadas por ovnis y nuestra noción prevaleciente de la realidad. Sin embargo, el hecho es que por treinta años y quizás por más tiempo, miles de individuos que parecen ser sinceros y de mente sana, y que no buscan ningún beneficio personal con sus historias, han estado proveyendo a aquellos que los quieren escuchar con informes consistentes de dichos eventos. Encuestas de población sugieren que cientos o miles y posiblemente más de un millón de personas, solamente en los Estados Unidos, pueden haber sido abducidas o haber experimentado este fenómeno”.
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Los investigadores han demostrado que el primer paso de una abducción es un examen médico exhaustivo y poco respetuoso. Les son tomadas muestras de tejido sin anestesia y les son realizados implantes, algunos de ellos consistentes en la introducción de una pequeña esfera, mediante un tubo delgado que introducen normalmente a través de las fosas nasales. Las víctimas sienten cuando el hueso se rompe y luego el tubo es retirado y la pequeña esfera es dejada dentro. Los procedimientos son perpetrados por seres pequeños y delgados, pero algunos más altos parecen dirigir y estar en control de la operación. Los seres pueden producir emociones incontrolables en la víctima y logran producir erecciones durante los procesos de fecundación e hibridación. Bryan continúa escribiendo: “Cuando es realizada la lectura de la mente, o la erección sexual llega a su climax, el ser más alto comienza una serie de procedimientos ginecológicos destinados a recolectar o implantar óvulos, o procedimientos para recolectar esperma. Las mujeres sienten cuando algo es puesto dentro de ellas y entienden cuando les dicen: “Ahora estás embarazada”. Al día siguiente descubren que están embarazadas y las pruebas que realizan dan un resultado positivo. A las pocas semanas, y no después de tres meses, son abducidas nuevamente y sienten cuando el embrión es sacado de su vientre y luego comprueban cómo ya no están más embarazadas”. Esto es curiosamente muy parecido al caso de las antiguas “vírgenes” que engendraron hijos “por obra divina“. El Dr. Jacobs afirma que existe suficiente evidencia anecdótica para corroborar todo esto. En su libro Secret Life (Vida secreta), publicado en 1992, el Dr. Jacobs utiliza métodos académicos para documentar los recuentos de abducciones de ovnis. En la introducción escribe: “Este libro está basado en el testimonio de unos sesenta individuos con quienes he explorado más de trescientas experiencias de abducciones, e incluye transcripciones o relatos de mis entrevistas con más de una veintena de ellos”. En el estudio de estos fenómenos no es difícil encontrar personas que hayan sufrido alguna experiencia de este tipo y esté dispuesta a colaborar. Luego escribe: “Una encuesta realizada entre más de 1200 estudiantes de la Universidad de Temple, los cuales contestaron las preguntas de un formulario escrito, sugiere que un 5,5% de los entrevistados han, potencialmente, sufrido una experiencia de abducción. Similarmente, un estudio realizado de 275 personas que contestaron el cuestionario de una revista, la respuesta fue del 6%. Proyectando ese número a la población como un todo, el resultado es que 15 millones de personas en los Estados Unidos han podido tener experiencias de abducciones”. Han sido organizados en los Estados Unidos grupos de consejería terapéutica para aliviar a aquellos que han sufrido estas infortunadas experiencias. Existen cientos de estos grupos, con miles de abducidos. Los testigos de Jacobs fueron tomados al azar de entre estos grupos, sin que ninguno se conociera con los otros o tuvieran ocasión de consultar sus experiencias entre ellos.
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A la pregunta ¿qué es lo que quieren los alienígenas? El Dr. Jacobs concluye que: “quieren la habilidad que tienen los humanos de recrearse ellos mismos. Quieren óvulos y esperma humanos. Quieren contacto humano con sus crías. Quieren completo conocimiento de las áreas de reproducción de la vida humana. También quieren conocimiento de nuestros procesos fisiológicos no reproductivos. Mediante control mental y otros procedimientos tal vez también quieran completo conocimiento de cómo los humanos funcionamos en sociedad”. De acuerdo con las investigaciones del Dr. Jacobs, los supuestos alienígenas no están buscando ningún consejo humano, como tampoco les interesa revelar su verdadero origen ni los motivos que hacen que su trabajo sea constante y con una tenacidad indiscutible. Pretenden dar la impresión de pertenecer a otra parte del universo, pero la evidencia estudiada y acumulada durante años muestra lo contrario. El Dr. Vallee sugiere que su hogar es la misma Tierra. La evidencia histórica, bíblica, testimonial, y puramente física parece verificarlo. Al igual que los ángeles caídos, estos seres humanoides, nefilim o alienígenas, han encontrado su disfraz perfecto en la imaginación popular. Aparecen y desaparecen cuando quieren, moviéndose en el medio físico a voluntad. Entre los confidentes cercanos al Dr. Jacobs hay uno que brilla por sus antecedentes y es tenido en alta consideración y respeto en su medio profesional. Se trata del Dr. John E. Mack, M. D., académico de la Universidad de Harvard y profesor de psiquiatría del Cambridge Hospital Harvard Medical School. El Dr. Mack es un hombre de credenciales impecables y por esta razón debemos estar atentos y analizar lo que publicó, en 1994, en un libro con un simple título: Abducciones, encuentros humanos con alienígenas. Literalmente escribe: “La Tierra está sujeta ahora a una extraña amenaza de una fuerza alienígena”. En un estudio de 13 de sus pacientes, afirma que de ellos, “ninguno tuvo experiencias atribuibles a ninguna clase de enfermedad mental”. Su largo estudio concluye con una descripción de lo que él llama: “programa de hibridación”. Luego escribe: “El trabajo pionero de Budd Hopkins y David Jacobs muestra lo que ha sido ampliamente corroborado en mis propios casos: que un fenómeno de abducción involucra, de alguna manera, un programa de reproducción, resultante en la creación de un híbrido de alienígena / humano”. Y continúa escribiendo: “Mi propia impresión es que estamos presenciando algo mucho más complejo que para ser nombrado como una sorprendente unión de dos especies. Diseñada por una inteligencia que no podemos discernir y que sirve a ambas partes en su propósito, con dificultades también para cada una. Yo baso mi punto de vista en la evidencia presentada por los que han sido abducidos”.
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Estas palabras son sencillamente aterradoras cuando consideramos que nos vienen de un hombre con una amplia experiencia profesional. El conocer que una fuerza global superior está a punto de tomar control de la Tierra es suficiente para reaccionar. Pero si este es el caso, ¿por qué los alienígenas no descienden simplemente sobre la Casa Blanca y toman el control? De nuevo el Dr. Mack ofrece la respuesta: “En mi opinión esta no es la manera como ellos piensan. Es más sutil y su método es invitar, recordar y permear nuestra cultura de arriba abajo y viceversa, abriendo nuestra conciencia de tal manera que evite una conclusión diferente de los métodos que tradicionalmente empleamos. Es una inteligencia que provee suficiente evidencia de que algo profundamente importante está sucediendo, pero que no ofrece la clase de pruebas que satisfacen la manera racionalista y empírica del conocimiento. Depende de nosotros aceptar la realidad de este fenómeno y dar un paso adelante, apreciando que vivimos en un universo diferente del que nos enseñaron a creer”. En otras palabras, pareciera que el Dr. Mack nos estuviese pidiendo que abandonemos nuestra fe y nuestras creencias, como si él fuera un portavoz de los alienígenas. Entonces ¿en qué debemos creer? El punto de vista del Dr. Mack es sin duda muy válido en lo que se refiere a la existencia y realidad de lo que está sucediendo, pero se aparta en su consejo de las ideas del mundo occidental. En su proceso científico, el Dr. Mack ha llegado a aceptar el “programa” alienígena mucho más que otros investigadores. En 1998, cuando el Dr. Jacobs complementó sus estudios, publicó un nuevo libro: The threat(La amenaza). El título de su libro lo dice todo. El Dr. Jacobs está completamente convencido que los alienígenas son una fuerza obscura dentro de la humanidad. Su trabajo se basa en más de 300 entrevistas con abducidos. También incluye los resultados del Informe ROPER, basándose en cuestionarios realizados por 6000 adultos.  En 1991, una de las más prestigiosas organizaciones de encuesta pública, la ROPER, realizó un sondeo sobre 5.947 personas para descubrir síntomas sobre la abducción, en base a un riguroso test realizado por expertos. De él se desprendió que el 2% de la población podía haber sufrido un episodio de secuestro por parte de alienígenas. En sus libros, el Dr. Jacobs maneja una lógica implacable, demostrando su punto de vista. Su perspectiva es secular, académica e intelectual, pero no espiritual. Y es aquí donde el vacío que deja la lectura es aparente, ya que sus conclusiones exigen revisar las Sagradas Escrituras a fin de completar el panorama. Su último libro concluye que la amenaza alienígena comprende cuatro etapas: 1) La abducción, en la cual las víctimas son seleccionadas, con gran secreto y cuidado; 2) un programa de fertilización, en el cual los alienígenas “recolectan óvulos y esperma humano, alteran genéticamente al embrión fertilizado, incuban fetos en huéspedes humanos y hacen que los humanos actúen física y mentalmente con las crías para un correcto desarrollo híbrido”; 3) un programa de hibridación en el cual los alienígenas hibridan y alteran genéticamente a los humanos durante generaciones, dándole a las crías una apariencia más humana; y 4) un programa de integración para preparar a los abducidos para algunos eventos posteriores.
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El Dr. Jacobs describe esta cuarta fase de la siguiente manera: “Eventualmente, los híbridos o los mismos alienígenas se integran en la sociedad humana y asumen el control”. Y luego observa que algunos de ellos ya han completado esta fase. Aparentemente son indetectables. Basado en sus observaciones, concluye que los objetivos de los alienígenas no son para un futuro distante sino que, habiendo completado esta cuarta fase, están listos para cumplir con sus expectativas. Muchos de los abducidos concuerdan en sus testimonios que los alienígenas los han adoctrinado con respuestas tales como: “Todo está listo, será muy, muy pronto”, o “próximamente no habrá sino un sistema y un objetivo”. ¿Será el famoso Nuevo Orden Mundialcon la implantación de un gobierno universal,  que figura en el billete de 1 dólar?  De acuerdo con los testimonios de las personas vecinas al pueblo de Roswell, desde el 25 de junio hasta el 2 de julio de 1947, noche en que sucedió el incidente de Roswell, extrañas luces y objetos se vieron a plena luz del día y también de noche, en el cielo oscuro del desierto y los alrededores de Roswell. Algunas veces parecían confundirse con los relámpagos de las tormentas de verano sobre el desierto de Nuevo México y otras simplemente aparecían a intervalos,  moviéndose a fantásticas velocidades entre 1000 y 3000 millas/hora, lo cual era muy rápido para esta época. Los mejores testimonios visuales de aquellas luces provienen de un dentista, un médico, un electricista, un comandante del ejército norteamericano, un granjero, un capitán piloto de caza, otros militares, un ferroviario, una secretaria, un ejecutivo de la Cámara de Comercio de Albuquerque, dos granjeros con sus esposas y el farmacéutico del pueblo. No existe precisión sobre la fecha del accidente. Unos testimonios hablan de una fecha tan temprana como el 2 de julio y otros del 3 o el 4 de julio. Esta última fecha fue utilizada por la famosa película de Steven Spielberg, Independence Day, por coincidir ese día con el aniversario de la independencia americana. Sin embargo, la fecha más probable en que tuvo lugar el incidente fue hacia la medianoche entre el 2 y el 3 de julio de 1947. Dicha fecha fue confirmada por el radar del campo de aterrizaje 509, localizado en las afueras de Roswell. La noche del accidente es recordada por todos los testigos como una noche extremadamente oscura y solamente iluminada por los rayos de una violenta tormenta eléctrica de verano, típica de esa época sobre el desierto de Nuevo México. Cadenas de tormentas que se extendían por casi 1000 kilómetros. Los rayos iluminaban las siluetas de los techos del pueblo de Roswell y los borrosos perfiles del horizonte. En Roswell no había televisión en aquel entonces y las diversiones eran muy escasas. Uno de los habitantes del pueblo se hallaba sentado en el porche de su casa, observando el espectáculo que le ofrecían las descargas eléctricas cuando sintió el zumbido de uno de los objetos, al que vio pasar gracias a uno de los rayos que iluminaron el escenario en ese momento.
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Al noroeste de Roswell, en dirección a Corona, en medio de la oscuridad de la noche, una explosión de luz fue presenciada por varias personas, entre ellos unos campistas, que enseguida se movilizaron a prestar ayuda a lo que ellos supusieron era el accidente de un avión militar. Por otra parte, el radar del pequeño aeropuerto 509 de Roswell había detectado dos naves y sus impactos sobre el suelo, distantes 240 km la una de la otra. Las naves se movilizaban a velocidades fantásticas para aquel entonces (3000 millas/hora). La segunda guerra mundial había terminado hacía sólo un par de años y el mundo entero aún tenía muy presente los horrores de la guerra y el espectro de la devastación atómica sobre Japón, por lo que se había comenzado a conformar una nueva visión de la historia. Los desarrollos conseguidos por la aviación y la aparición de nuevas armas y tecnología armamentista habían obtenido notables logros,  y la industria y el Gobierno de los Estados Unidos estaban ávidos de nuevos descubrimientos a fin de mantener su poderosa maquinaria industrial. Los sueños de dominación universal por parte de las dos grandes potencias se comenzaban a perfilar en las amenazas mutuas de guerra nuclear. Estaba naciendo la guerra fría. El desarrollo industrial había dado campo a la desconfianza. La paranoia americana había dado inicio a un sistema de espionaje interno en donde todos eran sospechosos de ser comunistas o de estar espiando a su gobierno, vendiéndole secretos al enemigo. Los cohetes alemanes V2 y el indulto a grandes mentes brillantes, como la de Wernher von Braun, que había trabajado para el gobierno nazi, dejaban entrever el desarrollo de una nueva fase bélica aún más peligrosa. La sociedad americana había dado un salto, al pasar de ser una sociedad eminentemente civil a una militar. Con el desastre de la guerra de Vietnam se dio el primer paso para ver los horrores de la guerra y, al mismo tiempo, la fragilidad americana. Probablemente con el desastre ocasionado por el atentado a las Torres Gemelas se dio el siguiente paso. En el camino histórico de su lucha por la dominación universal, bajo el pretexto de organizar un Nuevo Orden Mundial en donde reinaran la paz, la prosperidad y la justicia, quedaron devastados países, ciudades y pueblos enteros entre 1945 y hoy día. La conquista del espacio en 1947 era aún un sueño lejano.
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Roswell se halla situado cerca a la base militar de White Sands, donde se estaban realizando los experimentos con los cohetes V2, herencia de la guerra con los alemanes, y la base de Alamogordo, desde donde se inició la misión militar que efectuó el bombardeo de Hiroshima. Estos hechos hicieron pensar a las autoridades que se encontraban frente a un clásico caso de espionaje de un avión militar ruso que había partido desde Suramérica o de la frontera con Canadá, a fin de lograr fotografías aéreas de sus instalaciones militares ultra-secretas. El ejército entonces respondió con presteza y envió una misión de reconocimiento con la orden de mantener todo el asunto bajo estricta vigilancia y el más completo secreto. Nunca imaginaron lo que iban a encontrar y que el espionaje no estaba siendo realizado por los rusos sino por un grupo de pequeños tripulantes con sofisticada tecnología y origen desconocido. Este fantasma de la segunda guerra fue el que llevó a un soldado a literalmente asesinar a uno de los testigos más importantes del siglo XX: uno de los tripulantes de la nave de Roswell. El soldado disparó su M-1 varias veces contra una pequeña figura humanoide que más semejaba la de un niño, con 1,20 m de estatura. Del soldado que disparó al tripulante de Roswell nunca más se supo y su nombre desapareció de los anales de la historia. Cuando llegó el ejército al lugar del accidente, una de las versiones afirma que la nave había sido movida con la ayuda de un tractor por el granjero que la encontró, unos pocos metros del lugar de donde había caído y se hallaba bajo el techo de su granero. Tenía unos diez metros de diámetro y su interior unos siete metros. El elemento más importante recuperado de la nave de Roswell fue, sin duda, la misma nave. Sin embargo, fragmentos de varias clases y tamaños se encontraron diseminados en un área de cientos de metros alrededor del punto de impacto. Los restos fueron cuidadosamente empacados en cajas de madera por el personal militar y llevados en casi una decena de camiones a la base del Área 51. Algunos civiles lograron eludir la vigilancia militar en el lugar del accidente, consiguiendo de esta manera sustraer algunos fragmentos de la nave. Un bombero de Roswell fue una de estas personas, logrando camuflar una pieza parecida a una tela de color rosado y apariencia brillante. Al arrugarla podía hacer una pequeña bola que cabía en su puño y al soltarla, recuperaba su apariencia inicial sin mostrar ningún doblez o arruga. Su hija, 45 años después, dio testimonio por televisión ante más de 1 millón de personas. Este material con memoria molecular, sin duda recuerda el famoso “auricalco” atlante descrito por Platón en el diálogo del Critias. Cientos de pequeños fragmentos fueron recuperados y sometidos a ingeniería inversa. Llama la atención una especie de varilla metálica de un material muy liviano, en la cual aparecen inscritos o fundidos algunos signos y caracteres, que, de acuerdo con el extraño testimonio de la persona que los estudió, incluirían la palabra Yahvé.
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La nave de Roswell se dibujó en base a los informes de las personas que la vieron. El barón alemán Nicolás von Poppen tomó para el Gobierno americano más de 5000 fotografías y posteriormente dio una descripción detallada, que concuerda con el testimonio de otros testigos. La Associated Press y el New York Times recogieron y publicaron el suceso, antes de que se efectuara el encubrimiento por parte del Gobierno de los Estados Unidos. De acuerdo con los informes del teniente Philip James Corso, su superior, el general Trudeau, le remitió una serie de elementos para su estudio inmediato. Los elementos recibidos por el teniente Corso cabían en un archivador. De acuerdo con el testimonio del teniente Corso, los siguientes inventos y patentes se derivaron de los hallazgos de Roswell:  Láseres;  Redes de fibra óptica;  Elementos para producir rayos aceleradores de partículas con fines defensivos; Aleaciones metálicas con alineamiento molecular; Circuitos integrados y microprocesadores o miniaturización en paneles lógicos; Proyecto HAARP; Generadores atómicos portátiles; Comida irradiada o radiactiva; Sistema de guía conocido como “tercer cerebro” (EBE headbands); Sistemas electromagnéticos de propulsión; Proyectiles atómicos sin uranio; Material conocido como kevlar, utilizado en la fabricación de chalecos antibalas; Sistemas electrónicos de detección de misiles dirigidos con cabezas nucleares;  Aviones equipados con muchas de las características del “Stealth” (avión invisible);  Sistemas identificadores de imagen, conocidos como de “visión nocturna”. Es como si una mente superior hubiera planeado todo esto en el momento preciso de la historia, con una humanidad preparada, dispuesta y capaz de poner en práctica estos conocimientos, la mayoría de los cuales tienen un impacto directo y magnificador en los arsenales de guerra. No parece concordar la investigación de Berlitz con lo expuesto por el coronel Corso, pues mientras el primero afirma en su libro que la autopsia realizada a los alienígenas mostraba características de seres iguales a nosotros, el segundo afirma algo sorprendente, totalmente diferente a los seres humanos. Philip J. Corso relata lo leído en los documentos que tuvo en su poder por orden del general Trudeau. Por otra parte, él mismo cuenta cómo ingresó clandestinamente al hangar de la base donde se guardaron los cuerpos embalsamados en una especie de gelatina azul, los cuales se encontraban en unas pequeñas urnas de vidrio, contenidas a su vez en cajas de madera. Algunos testigos oculares afirman que fueron nueve los cuerpos recuperados, cuatro de los cuales habían sido lanzados fuera de la nave y uno estaba vivo. Otros testimonios, como el del ranchero donde cayó la nave, hablan de seis tripulantes dentro de la nave y cuatro arrojados fuera de ella. Había algunos de sexo femenino, siendo claramente visibles las diferencias orgánicas, aunque  con características similares a las de los seres humanos.
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El tamaño de los seres oscilaba entre los 90 y los 120 cm de altura, siendo sus cabezas muy grandes para el tamaño del cuerpo. Sus ojos eran de un negro profundo y muy grandes y desprovistos de pestañas. Algunos dejaban ver sobre su cabeza algo parecido a una pelusilla. Sus brazos eran muy largos y sus piernas cortas y delgadas. En cuanto al número de dedos de sus manos hay también discrepancias. El teniente Corso afirma haber visto seis, mientras que otros testigos afirman que eran iguales a los nuestros y con uñas bien cortadas. Otro más, afirma que sólo tenían cuatro dedos muy largos, unidos entre sí por una especie de tela digital, parecida a la de los peces que evolucionaron durante el período devónico, antes de que las aletas se convirtieran en las patas y las manos de los seres que lograron salir a la superficie. El color de sus pieles era gris, así como el de sus vestimentas, parecido al de algunos peces de piel lisa como el tiburón o la de algunos mamíferos como los delfines. Su ropa estaba muy ajustada al cuerpo y a su vez muy flexible y resistente. El informe  de la autopsia es sorprendente y bastante incompleto debido a la velocidad con que se empezaron a descomponer los cuerpos, al igual que sucede con los organismos de los peces cuando mueren y son expuestos al aire de la superficie. Desgraciadamente, la falta de instrumentos de resonancia magnética, que hubieran sido de gran utilidad en el estudio del cerebro de los humanoides, no existían en aquella época. El corazón y los pulmones eran de gran tamaño, especialmente si se comparan con relación al tamaño de sus cuerpos, lo cual hizo suponer a los médicos que se hallaban ante organismos preparados para largos viajes interestelares. Al decir de algún médico, así como el camello almacena agua, estos seres tenían un metabolismo muy bajo y almacenaban aire o un compuesto parecido en sus enormes pulmones que les permitían usarlo lentamente. Nunca pensaron los médicos que se hallaban ante organismos con sistemas similares de supervivencia acuática al de los delfines o al de las focas marinas. Lo más insólito es que los seres tenían una estructura ósea descrita como huesos livianos y muy flexibles, más parecidos a un cartílago que a otra cosa. Entonces los médicos asumieron que se trataba de seres producto de una ingeniería genética con fines específicos. Parece que no estaban equivocados del todo. Aunque el fin primario no era el viaje interestelar. Las aves y los peces presentan estas características de liviandad y flexibilidad en su estructura ósea, capaz de resistir grandes impactos. ¿Por qué los médicos no pensaron en esto?
Una de las grandes sorpresas fue descubrir que los seres no tenían un sistema digestivo como el nuestro. No se encontraron ni letrinas, ni sistemas de evacuación o almacenaje de residuos orgánicos en la nave. Tampoco se encontraron alimentos de ninguna índole. Al parecer los seres lograban su proceso de eliminación de desperdicios a través de la piel y la nave tenía un carácter de nave exploradora, adecuada para misiones cortas de reconocimiento terrestre, debiendo regresar a una base no distante, ya estuviese situada en una órbita geoestacionaria o en algún lugar bajo la superficie terrestre. Al examinar la piel se encontró una especie de capa de grasa fina y uniforme recubriendo el cuerpo. Entonces los médicos asumieron que servía de regulador térmico. La piel y la vestimenta parecían tener algo en común, pues la vestimenta hecha de fibras elásticas, parecida en su resistencia y flexibilidad a las de las telarañas, se ajustaba perfectamente al cuerpo, permitiendo a su vez una protección contra los impactos,  y al organismo eliminar a través de la piel las sustancias tóxicas. La descripción del cerebro y otros órganos internos era incompleta y muy pobre. La composición del fluido que cumplía funciones comparables a la sangre de los seres humanos era distinta a la nuestra y de un color más claro, más parecida al agua del mar que a la sangre. Esto es comprensible debido a no requerir la cantidad de glóbulos rojos que nosotros necesitamos para llevar el oxígeno a los tejidos. El compuesto que los seres respiraban era de una composición distinta al aire que nosotros estamos acostumbrados. Los tripulantes que lograron escapar de la nave con vida, mostraron signos de asfixia. El oxígeno parecía envenenarlos u oxidarlos de alguna manera. Es posible que estos signos de fatiga y asfixia observados por los soldados que intervinieron en la recuperación de cuerpos se hayan debido también a los impactos de bala sufridos por los humanoides. Y hasta aquí lo que cabe decir de Roswell. El color de la piel de los seres humanos es algo que merece más atención de lo que se le ha dado en el pasado. La piel negra apareció en el África ecuatorial debido a la gran cantidad de radiación solar, comparada con la del hemisferio norte, que dio lugar a pieles más claras. Esta generalización no explica del todo el color de la piel en otras áreas del globo en donde la radiación es menor y los continentes se acercan más a la latitud norte o sur. La capa de ozono protectora que impide que los rayos ultravioleta nos alcancen en forma fulminante se regenera de múltiples maneras, en donde los rayos de las tormentas eléctricas son una fuente de producción. Es obvio que las pieles oscuras que se dieron en donde los huecos dejados en la capa de ozono por las catástrofes cósmicas, hicieron necesaria una defensa de la piel, con la consecuente producción de grandes cantidades de melanina a fin de proteger a los habitantes de ciertas zonas geográficas contra la radiación ultravioleta. Ante la ausencia del sol, los seres humanos presentarían, con el tiempo, una mutación y la piel se volvería blanca o casi transparente, y se les caería el pelo de la cabeza, que es otra de las protecciones ofrecidas por la selección natural contra los rayos ultravioleta. Asimismo se agrandarían los ojos para poder ver mejor en la oscuridad.

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El hombre del futuro descrito por un grupo de paleontólogos y científicos de la Unión Soviética, es un ser no distante del que acabamos de describir. Sus brazos serían largos y delgados por manejar computadores y consolas situadas frente a él y a una distancia razonable de sus cuerpos. Su cabeza sería relativamente grande en relación con su cuerpo al tener un cerebro más desarrollado. Sus ojos estarían adaptados a la luz artificial y serían más grandes que los actuales. Su boca sería pequeña al alimentarse de concentrados y multi-vitaminas. No necesitaría su boca para hablar, ya que le sería posible comunicar sus pensamientos y emociones mediante señales eléctricas emitidas por microchips instalados en su cerebro. Sus piernas serían más cortas y delgadas, por no necesitarlas para recorrer grandes distancias. Los humanoides de Roswell coinciden perfectamente con las descripciones anteriores. ¿Acaso unos pocos sobrevivieron a una gran catástrofe se hundieron en una especie de gigantesco submarino, dentro de una gran burbuja hermética con miles de toneladas de aire en su interior? Del millón de habitantes que parece contaba Poseidonia, la capital de la Atlántida, asumamos que sólo un puñado se hundió escapando de la muerte y sobrevivió atrapado entre las enormes bóvedas de piedra del puerto principal, en los canales subterráneos, o en las entradas subterráneas y sótanos del templo de Poseidón. Eso haría que unas cuantas personas sobrevivieran entre hombres, mujeres y niños. Los sobrevivientes se vieron obligados a organizarse con presteza, nombraron un líder que tomó el control de las labores de supervivencia y de rescate. Los heridos y los más débiles fueron sacrificados. El infierno submarino para la raza condenada a vivir bajo la superficie había comenzado. El infierno de Dante no hubiera podido ser mejor descrito que el terrible desbarajuste en que quedó convertida la ciudad más hermosa del mundo. Algo similar a lo descrito por el apóstol Juan para la gran ciudad del futuro descrita en el Apocalipsis. La mano de Dios había pasado implacable sobre aquella generación malvada. Desde entonces las personas se refieren al Hades o al infierno señalando el centro de la Tierra, la profundidad del abismo. Seguramente es parte del inconsciente colectivo de la humanidad. El evangelio Mormón, cuando cita la oscuridad tan completa que reinó sobre la Tierra después del diluvio, dice que “se podía palpar el espesor de las tinieblas”.
De acuerdo con el relato de Philip J. Corso, cuando el militar que recuperó uno de los cuerpos de los tripulantes de Roswell, que quedaron heridos y fuera de la nave, hizo su informe de lo que había visto, al describir la expresión en el rostro del herido dijo: “lo que más me impresionó de su rostro, fue cuando me miró con una expresión de profunda tristeza”. El hecho de haberse sentido descubiertos tal vez no es suficiente para manifestar una “profunda tristeza”. ¿De dónde venía esa profunda tristeza? ¿De haber perdido a sus compañeros? ¿De haber fallado en la misión que tenían? Tal vez, pero hay algo más. El tripulante supo que los secretos encerrados en su nave serían de alguna manera descifrados y que alguien, ya fuera un grupo de científicos o de soldados, terminaría conociendo el trasfondo de la historia. El tripulante tal vez también supo que el conocimiento almacenado en esa nave podría llevar a la humanidad a un gran avance, pero también a su propia destrucción y, por consecuencia, a terminar con la Tierra y poner a su propia raza en peligro. Si lo indicado entes fue lo que ocurrió, con el tiempo esta humanidad, castigada y sumergida, aprendió a sobrevivir en la oscuridad y tuvo que adaptarse, sufriendo mutaciones inevitables. Su tórax se hizo más angosto, debido a tener que respirar en un ambiente húmedo, en donde la presión es más alta y la mezcla de oxígeno está en proporciones diferentes a las encontradas en la superficie. Su piel se volvió blanca, y suave, casi transparente por la falta de sol y perdió el pelo. Su boca se hizo más pequeña debido al cambio de dieta y al hecho de comunicar sus pensamientos y emociones utilizando microchips implantados en el cerebro. Sus ojos se hicieron grandes para ver mejor en la oscuridad o en ambientes con luz artificial. Perdieron sus orejas por ser innecesarias en el hábitat en que vivían, siendo reemplazadas por pequeños orificios. Su cuerpo se hizo más pequeño debido al cambio de presión, a la dieta y a la cantidad de oxígeno que necesitaba para sobrevivir. Sus brazos se hicieron largos y sus piernas cortas y delgadas por no tener que recorrer grandes distancias. Los dedos de su mano se volvieron largos y afilados, habiendo desarrollado el índice y el anular y, por efectos de la humedad, con una especie de entretela digital entre los mismos. ¿No es más factible todo esto que aceptar la teoría de extraterrestres que vienen viajando millones de años para llegar a este pequeño planeta azul?  Es factible aceptar la realidad matemáticamente demostrada de la curvatura de espacio y tiempo de acuerdo con la teoría de la relatividad propuesta por Einstein. Sin embargo, es imposible viajar a través de un agujero negro debido a que la gravedad aplastaría a cualquier máquina o cuerpo vivo. Los agujeros negros funcionan como inmensas aspiradoras espaciales, desintegrando y succionando toda materia que se cruza en su camino y esa materia es muy posible que sea enviada a otra dimensión o universo.

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Podemos imaginar el universo como una especie de guante, con un revés y un derecho. El universo que conocemos es para nosotros la superficie externa del guante, pero el revés del universo sería la superficie interna. Ambas superficies son parte de la misma forma, pero no se encuentran nunca sino a través de los poros de esa piel que son los agujeros negros. Pero no debemos descartar la posibilidad de una puerta electromagnética más pequeña. Una especie de agujero negro en miniatura producida por los campos magnéticos y eléctricos de nuestro planeta o de cualquier otro planeta, como la que podría existir sobre el triángulo de las Bermudas,  y que permitiría viajar en el tiempo. Algo similar al resultado obtenido con el Experimento Filadelfia. Sin embargo, esta puerta electromagnética no permitiría viajar millones de años en sólo unas horas o días, debido a su poca magnitud, aunque sí permitiría moverse dentro de distancias más cortas dentro del ámbito electromagnético y geográfico terrestre o del interior al exterior del planeta, alterándose también el tiempo y perdiéndose o ganándose minutos, o inclusive días o semanas, pero no millones de años. Por otro lado tenemos el concepto moderno de agujero de gusano, también conocido como unpuente de Einstein-Rosen. Es una hipotética característica topológica de un espacio-tiempo, descrita por las ecuaciones de la relatividad general, la cual es esencialmente un «atajo» a través del espacio y el tiempo. Un agujero de gusano tiene por lo menos dos extremos, conectados a una única «garganta», pudiendo la materia ‘desplazarse‘ de un extremo a otro pasando a través de ésta. Hasta la fecha no se ha encontrado ninguna evidencia de que el espacio-tiempo conocido contenga estructuras de este tipo, por lo que en la actualidad son sólo una posibilidad teórica. El primer científico en advertir de la existencia de agujeros de gusano fue Ludwig Flamm en 1916. En este sentido la hipótesis del agujero de gusano es una actualización de la decimonónica teoría de una cuarta dimensión espacial que suponía -por ejemplo-, dado un cuerpo toroidal en el que se podían encontrar las tres dimensiones espaciales comúnmente perceptibles, una cuarta dimensión espacial que abreviara las distancias, y así los tiempos de viaje. Esta noción inicial fue plasmada más científicamente en 1921 por el matemático Hermann Weyl en conexión con sus análisis de la masa en términos de la energía de un campo electromagnético a partir de la teoría relativista de Albert Einstein publicada en 1916. En la actualidad la teoría de cuerdas admite la existencia de más de 3 dimensiones espaciales, pero las otras dimensiones espaciales estarían contractadas o compactadas a escalas subatómicas,  según la teoría de Kaluza-Klein, por lo que parece muy difícil aprovechar tales dimensiones espaciales «extras» para viajes en el espacio y en el tiempo.
Parece que los nefilim habrían descubierto, en un punto de su historia, una especie de máquina del tiempo, utilizando las fuerzas gravitatorias y electromagnéticas. En un mundo de invisibilidad real o simulada y de viajes en el tiempo, el Experimento Filadelfia o Project Rainbow, en 1943, fue la llave que destapó otra de las cajas de Pandora, con resultados aún desconocidos. Los experimentos en electromagnetismo, basados en los hallazgos y teorías del genial Nicolás Tesla, utilizando el desarrollo de la “teoría del campo unificado” propuesta por Einstein y un conocimiento profundo de la antimateria, dieron como resultado, entre otros, el aterrador experimento HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program). Este proyecto ha sido objeto de críticas por numerosas teorías de conspiración, acusándosele de ocultar su verdadero propósito. A mediados de los años 1990 fue objeto de controversia debido a la hipótesis de que las antenas de la Estación podrían usarse como armamento. En agosto de 2002, la tecnología HAARP tuvo una mención como tema crítico en la Duma (parlamento) de Rusia. La Duma elaboró un comunicado de prensa sobre el programa HAARP, escrito por los comités de defensa y asuntos internacionales, firmado por 90 representantes y presentado al entonces presidente Vladimir Putin. El comunicado de prensa indicaba lo siguiente: “Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas de radio de baja frecuencia… La importancia de este salto cualitativo es comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Este nuevo tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocido en que la tropósfera y sus componentes se convierten en objetos sobre los cuales se puede influir“. Durante el Experimento Filadelfia, efectuado con la fragata de guerra U S Eldridge 173, se produjo un hecho increíble.  Literalmente desapareció ante los ojos incrédulos de los observadores navales y tuvo resultados desconcertantes. Dos enormes generadores eléctricos fueron colocados sobre la cubierta, en lugar de la torre, y puestos a trabajar en sentido inverso. Acto seguido, a los marineros se les ordenó caminar en ambos sentidos atravesando el fuerte campo magnético, con terribles consecuencias. Hay testimonios de unas cincuenta personas involucradas directa o indirectamente en los hechos que tuvieron lugar. Ante el extraño y desconcertante resultado obtenido, que podría considerarse como un fracaso en cuanto a los objetivos perseguidos inicialmente, la marina americana trató de encubrir lo sucedido. Sin embargo, nos llevaban a uno de los saltos tecnológicos más grandes de la historia,  abriendo un mundo que sospechábamos que existía pero al que no teníamos acceso.

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En el año de 1950, Carlos Miguel Allende, aunque su nombre real era Carl Meredith Allen, aseguró haber sido, en 1943,  uno de los testigos de una serie de experimentos mediante fuertes campos electromagnéticos, que probarían la “teoría dieléctrica”. Dicha teoría propone que, dadas ciertas circunstancias de fuertes campos electromagnéticos generados en sentido inverso, uno frente al otro, y estando sobre la superficie del mar, se obtiene una ionización del aire, pudiéndose refractar la luz reflejada, creando una virtual invisibilidad del objeto sobre la superficie. En otras palabras, la luz reflejada de un objeto podría ser refractada, o curvada, de tal manera que el objeto se haría virtualmente invisible, algo similar a un espejismo sobre las arenas del desierto. Los experimentos tuvieron como actor principal a la fragata US Eldridge 173, y su objetivo principal era el poder ocultar los barcos al radar. Durante el experimento la fragata desapareció para luego aparecer a muchas millas de allí, en Norfolk, Virginia. Una vez allí volvió a desaparecer y reapareció en su base de Filadelfia. A esto se debe el nombre con que se conoce el experimento. Allende se hallaba prestando servicio como marinero a bordo del SS Furuseth cuando tuvo lugar el más asombroso de los acontecimientos por él presenciados hasta entonces. Durante una de las pruebas, algo salió mal y fuera de control,  y algunos de los hombres ardieron en llamas, se enloquecieron o desaparecieron hasta la cintura, como si hubieran sido incrustados sobre la cubierta del barco. Otros aparecían y desaparecían de “esta realidad” (o dimensión) y sus manos era lo único que permanecía visible de sus cuerpos”.  De alguna manera, la materia sufrió una desintegración y recomposición, pero al no estar la Marina norteamericana  preparada tecnológicamente, los átomos de los cuerpos orgánicos se “mezclaron” o fusionaron en un orden distinto con las partes inorgánicas de la cubierta de la fragata. Algo así como una baraja de naipes que se mezcla para alterar el orden pero continúa siendo la misma. La historia de los sobrevivientes fue en extremo azarosa. Los marineros fueron retirados del servicio por su incapacidad cerebral de coordinar debidamente. Algunos fueron encerrados en sanatorios y tenidos como locos, otros lograron escapar para morir luego asesinados y a otros más, días después del experimento, se les volvían invisibles partes de su rostro y de su cuerpo. Al final todos perecieron en extrañas circunstancias, con excepción de Carlos Allende, que aparentemente logró escapar. El Experimento Filadelfia también es conocido como Project Rainbow (“Proyecto Arco Iris”) y la fragata US Eldridge 173 completó varias misiones exitosas durante la guerra para luego ser vendida como chatarra.
Allende escribió posteriormente una serie de extrañas cartas al científico y escritor Morris K. Jessup, un investigador serio interesado en el fenómeno UFO (ovni), quien había escrito un libro al respecto,  en el que analizaba la teoría de la propulsión utilizada por los ovnis y se refería al manejo controlado de fuertes campos electromagnéticos capaces de contrarrestar la gravedad, permitiendo el desplazamiento de objetos físicos (o naves) a gran velocidad. Allende, por otra parte, estaba convencido que la misma tecnología era utilizada por los ovnis y, al descubrir que Jessup había sido llamado para experimentar en ese campo, Allende entró en pánico e intentó comunicarse con el científico. Jessup comenzó a sentirse muy enfermo y murió asesinado posteriormente con monóxido de carbono en su propio vehículo, negándose a sus familiares el derecho a una autopsia. Allende desapareció misteriosamente para no correr el mismo fin. Otras fuentes afirman que también murió asesinado. Las apariciones y desapariciones de la fragata, que pudo ser vista en diferentes lugares, distantes el uno del otro hace pensar en una especie de “memoria magnética terrestre” relacionada con los sitios vinculados a los recorridos usuales de la nave. Algo similar a la grabación de una película de la luz reflejada por un objeto que pasó por ese sitio pero que ya no está allí. Si existe una relación entre la memoria de los tripulantes y el hecho que la nave fuera vista en su base de Filadelfia después de haber sido vista casi simultáneamente en Norfolk, Virginia, no lo sabemos. Pero si la memoria humana está almacenada de alguna manera en una serie de combinaciones en las neuronas del cerebro, estas neuronas tienen una estructura física que podría haber sido aprovechada en el proceso de recomposición lumínica, basándose en un fenómeno electromagnético. El hecho de que parte de los cuerpos de los marineros se hubieran recompuesto como fusionados con la cubierta de la fragata, hace pensar que ciertos detalles escaparon a esa “memoria magnética terrestre” en la formación correcta de las nuevas imágenes o cuerpos. El fenómeno físico electromagnético no distinguió entre materia orgánica e inorgánica. Por otra parte, el hecho de que algunos cuerpos ardieran en llamas hace pensar también en un fenómeno calórico vinculado al efecto eléctrico, en el que los cuerpos actuaron como condensadores o receptores de una descarga de alto voltaje, al igual que sucede con el impacto de un rayo muy potente sobre un cuerpo.

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Si vemos los programas de Discovery Channel sobre la fauna marina del fondo marino, uno no puede menos que maravillarse al ver cómo en las profundidades del Atlántico medio, cerca al sitio donde pudo haber estado la Atlántida, existen unas especies de gusanos y camarones tranparentes por la falta de Sol, que soportan altísimas temperaturas a punto de ebullición y gases venenosos para el hombre, nutriéndose de bacterias y microorganismos que viven en ese medio. Eso demuestra que el poder de adaptación de las especies es casi ilimitado. Dadas las condiciones mínimas que se requieren para sobrevivir, una especie se aferra a la vida con todas sus fuerzas. Por otra parte, entre los casos de animales que han desarrollado un gran cerebro, enormes ojos, como nuestros alienígenas, y están considerados entre los más inteligentes del mar, se encuentran los pulpos, los calamares y los camarones.  Conocemos que la Atlántida se hundió “en un día, en una noche fatal”, o sea, no se hundió de repente sino en un proceso que fluctuó  entre las 24 y 36 horas. Del millón de habitantes de Poseidonia, unos pocos lograron escapar en barcos, otros perecieron por la explosión del gran volcán descrito por Platón, muriendo asfixiados por la ceniza o quemados por la lava, y otros más murieron por causa de los terremotos que sobrevinieron y que podemos estudiar en los petroglifos de la isla del Hierro.  Ahora bien, de acuerdo con los Diálogos de Platón y con la reconstrucción efectuada, hemos deducido que una tercera parte de Poseidonia era subterránea. También parece que la dársena del puerto principal podía albergar 130 barcos que contenían enormes cantidades de alimentos para la supervivencia, como  granos, sal, vino y miel. Hemos visto la arquitectura de enormes piedra poliangulares, ensambladas herméticamente, en sitios tan distantes como Egipto, Delfos, Cuzco y Sacsahuamán. Hemos comprobado cómo entre esas piedras no pasa ni una hoja de afeitar y cómo el mortero entre las enormes piedras de la gran pirámide es fino y uniforme de 1/50 de pulgada, impidiendo el paso del agua. Hemos analizado también la sofisticada construcción de la Gran Pirámide de Giza con piedras, una de ellas de 880 toneladas de peso, y algunos de sus extraordinarios mensajes cifrados, a los que no encontramos una explicación posible sin ayuda de una extraordinaria tecnología, heredada de la civilización atlante. El vidente Édgar Cayce llega más lejos, al hablar del esfuerzo combinado de atlantes y egipcios en la construcción de las pirámides y de cómo los primeros hicieron levitar las enormes piedras para colocarlas en su sitio.  Asimismo, todos los astronautas terrestres han visto ovnis en sus viajes por el espacio e inclusive existen testimonios en que afirman haber visto y fotografiado ruinas de construcciones, pirámides y otras estructuras sobre la superficie de la Luna. Dos presidentes norteamericanos han visto la nave de Roswell y han visitado el hangar donde se guardan más de 30 cuerpos recuperados en diferentes accidentes. Son D. Eisenhower y Jimmy Carter. Asimismo, muchos senadores, bajo juramento de no revelar lo visto, han tenido también acceso a estas piezas, naves y cuerpos recuperados.
Es significativo tener en cuentas las propiedades del “auricalco” atlante en la construcción de objetos con memoria molecular. Por otra parte, la avanzada tecnología atlante que les permitía fundir el platino hace suponer que conocían la electricidad, como lo demuestran los altorrelieves egipcios, entre otras cosas,  y la electrólisis, pudiendo producir agua potable y oxígeno. También llegamos a la conclusión que la Atlántida no es otra cosa que el Paraíso Terrenal, el jardín de las Hespérides, descrito en la mitología griega y perdido para siempre en las profundidades del mar. Es desde allí, antes del hundimiento, que los nefilims o “hijos de Dios” salieron a conquistar la Tierra y tomaron a las hijas de los hombres de los pueblos conquistados. Esto concuerda con la Biblia (Génesis) y con la somera descripción de los nefilim y sus descendientes. Creemos que son los atlantes que habitaron la isla-continente y  Poseidonia. . En las crónicas de Abideno, historiador de Babilonia,  afirma que “son tan antiguos los babilonios que han reinado 19 saris (o dinastías)”. Pero lo más extraño y peculiar del recuento es la referencia que hace a unos seres extraños que, al comienzo de su civilización, salían durante el día del fondo del mar y les enseñaron las artes de la escritura y las artes, regresando de noche a sus naves para internarse en las profundidades del océano. Existen pinturas rupestres en Cape York,  Australia, y esculturas de hombres babilonios, que dan testimonio de seres con extraños cráneos y grandes ojos que, de alguna manera, los influenciaron. Al igual que el “astronauta de Pakal”, estos son testimonios que nos llegaron desde la Antigüedad. Somos conscientes que los múltiples avistamientos de naves no convencionales, no identificadas o desconocidas tienen una presencia muy frecuente entre nosotros, con más de 10 000 casos documentados desde que se inició el proyecto Blue Book, y que sus tripulantes han raptado personas, mutilado ganado, y perpetrado experimentos sexuales y de toda índole con sus víctimas.  Algunas veces los tripulantes dejan extrañas marcas o códigos implantados en la piel, en las manos, en el cuello o en el cerebro. Estas marcas que se asemejan al símbolo chino Shu, dando una pista sobre la posible relación de la cultura atlante, o cultura de Orión, con los nefilim.

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El físico Bob Lazar, en un vídeo titulado “Testimonio de Roswell”, afirma haber formado parte de un equipo del Gobierno de los Estados Unidos que realizó una serie de experimentos de ingeniería inversa a partir de una nave, según él interestelar. El término interestelar supone tripulaciones foráneas a la Tierra. Según el reporte de Lazar, había 9 tripulantes en el interior de la nave de Roswell, los cuales, junto con el objeto y los restos dejados por el impacto, fueron trasladados a una instalación militar ultra-secreta de los Estados Unidos, conocida como S4, contigua a lo que se conoce como el Área 51,  en el área central del estado de Nevada. En su libro El incidente, Charles Berlitz afirma que los restos de la nave y los cuerpos de los tripulantes fueron trasladados inicialmente al cuartel general de la CIA, en Langley, Virginia. El término de ingeniería inversa es usado por los científicos para designar el proceso de desarmar y analizar una tecnología existente, para detectar cómo fue creada. De acuerdo con el informe, Lazar, se centró en el estudio del reactor de la nave y descubrió que tenía “un sistema de propulsión de un elemento estable que se encuentra en la Tierra.  El reactor genera ondas gravitatorias, las cuales modifican el “continuo espacio-tiempo”, permitiendo a la nave atravesar grandes distancias en un corto lapso, utilizando o degradando una combinación de antimateria, que, a medida que se descompone o transmuta, permite una conversión de energía del 100%”. Lo más sorprendente es que la antimateria es bastante abundante y está diseminada ocupando, según parece, un 10% del espacio del universo. En otras palabras, el espacio no es tan vacío como parece. Algunas de las personas que lograron penetrar en el interior de la nave de Roswell hablan de unos símbolos o lenguaje ideográfico en las consolas de mando y en las paredes, impresos sobre un especie de “pergamino” hecho de algo que parecía un plástico muy delgado. Había escritos unos caracteres rojizos que “parecían chinos, pero no era chino, parecían griegos pero no era griego, parecían rusos pero tampoco era ruso”. Otra descripción los asemejaba a jeroglíficos egipcios sin animales y, según otros, a caracteres japoneses. Estaban escritos en columnas verticales. En otras palabras, había mucho de humano en aquel lenguaje escrito. Pero se necesitaría una nueva piedra de la Rosetta para poder descifrarlos. En el análisis de las viguetas metálicas estructurales de la nave de Roswell, se hallaron extraños signos fundidos que se asimilaban a la escritura rúnica del norte de Europa. Por otro lado, sabemos que el hombre se adapta a cualquier hábitat, desde el Polo Norte y la Antártida hasta las candentes arenas y los desiertos del África.
Los atlantes o nefilim pudieron escapar de su encierro y salir a la superficie hace miles de años. Sin embargo, sus cuerpos y su sistema pulmonar y metabólico ya se habían adaptado a las profundidades del mar, habiendo encontrado un nicho biológico estable y seguro donde no eran molestados por las guerras o enfermedades sufridas por los humanos de la superficie. Es importante mencionar que en el fondo del mar existen enormes cantidades de minerales, tales como platino, oro, titanio y manganeso, que bien han podido utilizarse en la construcción de naves y otros instrumentos. Asimismo hay varios descubrimientos derivados de la tecnología de Roswell, y el desarrollo tecnológico del siglo XX, basado en circuitos integrados, fue posible gracias a las piezas recobradas del accidente. También tenemos el proyecto HAARP, con sus logros escudriñando el interior de la Tierra y algunas de sus terribles consecuencias. Tenemos la existencia de la misteriosa Área 51, donde se guardaron algunos de los cuerpos de los tripulantes, así como la nave y cientos de objetos y fragmentos que componen el secreto de Roswell o de los nefilims. Hoy día esos cuerpos y fragmentos se hallan en diferentes bases y laboratorios norteamericanos. Es posible que ni el mismo Gobierno de los Estados Unidos conozca a fondo el origen de los humanoides y si lo conoce lo haya mantenido como su secreto mejor guardado desde la segunda guerra mundial, a fin de evitar el pánico. Según John Ankerberg, en su libro La realidad sobre los ovnis y otros fenómenos sobrenaturales: “El fenómeno ovni, simplemente no se comporta como si fueran visitantes extraterrestres. Más bien se adaptan para encajar en una determinada cultura”.  El Dr. Jacques Vallee, en su libro Mensajeros de la decepción, nos dice: “Los seres humanos están bajo el control de una extraña fuerza que los doblega de manera absurda, obligándolos a participar en una insólita maniobra de decepción”. Terence McKenna, en una de sus conferencias, nos explica que: “Somos parte de una relación simbiótica con algo que se disfraza asimismo como una invasión extraterrestre para no alarmarnos”.  Arthur C. Clarke, en el New York Times Book Review, del 27/07/75, nos dice: “Una teoría que no puede seguirse tomando en serio es que los ovnis son naves interestelares.  Los nefilim o “hijos de Dios” ( “ángeles caídos”) fueron los causantes directos de su propia desaparición de la superficie de la tierra, debido a una utilización equivocada de su tecnología, produciendo una gran catástrofe que prácticamente los eliminó como raza antediluviana. Esa catástrofe, según el relato de Platón, fue una consecuencia de su perversión moral. Esos nefilim parece que subsistieron en un nicho biológico submarino o subterráneo, del cual, con el tiempo, lograron escapar y tener contacto con la superficie y con el propio Sistema Solar.

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Otra posibilidad es que la causa de la catástrofe de la Atlántida hubiera sido debida a la erupción de un enorme volcán o a la activación simultánea de los casi 400 volcanes conocidos, producida por el impacto de un enorme aerolito al chocar contra la Tierra. Esta catástrofe, causante de la mal llamada edad del hielo, es titulada por Ignatius Donelly como la edad del fuego y la gravilla. El agua de mar hirvió en algunos puntos y fue tal el calor, el polvo y el humo contenidos en la atmósfera, que el sol desapareció por algún tiempo y sobrevino la catástrofe. – Los nefilim fueron los habitantes iniciales del paraíso terrenal descrito en el Génesis. Otra posibilidad es que hubiesen sido los descendientes directos, o producto de la manipulación genética, de los anunnaki de Nibiru, el décimo planeta, narrado en la mitología sumeria y descrito en la Estela de Naramsin. Los cientos de avistamientos de ovnis y seres extraños, registrados en las últimas décadas no dejan lugar a dudas que otra civilización, diferente a la nuestra y posiblemente proveniente de nuestro propio planeta o de otros lugares de nuestro sistema solar, está influyendo y manipulándonos de una manera que sirve a sus propios fines.  Las anomalías y los avistamientos de naves y extrañas estructuras en Marte y en la Luna, demuestran que existieron ruinas prehistóricas. Y aún existen extrañas anomalías que sugieren vida bajo la superficie o protegida bajo inmensos túneles y sofisticadas estructuras. Tal vez estos alienígenas son los descendientes directos de los anunnaki de Nibiru o si son nativos del propio planeta Marte, y han establecido bases en la Luna y bajo la superficie del mar en nuestro propio planeta. Lo que parece innegable es la existencia de otra realidad o civilización paralela a la terrestre. Los antiquísimos recuerdos fragmentados alrededor del globo demuestran que hubo “otra humanidad”. Las huellas entremezcladas de hombres y dinosaurios en el lecho del río Paluski y cientos de pruebas erráticas, así lo demuestran. Asimismo, los textos védicos hablan de una gran guerra en la antigua India, tal vez  ocurrida  entre hace 6000 y 30000 años de antigüedad. Los estudios geológicos demuestran la existencia de los continentes de Pangea, Gondwana, Mu o Lemuria, hace millones de años, y cuyos fragmentos o pistas geológicas aún aparecen diseminados alrededor del globo en lugares tan distantes el uno del otro como la India o Suramérica. Esa otra humanidad desapareció después de la catástrofe del hundimiento de la Atlántida y la mayoría de sus vestigios fueron sepultados por la lava, los terremotos, por el peso de enormes glaciales y arrastrados por las corrientes durante la época del deshielo. Esa otra humanidad de alguna manera está vigente y su conexión ha llegado hasta nosotros.
Algunos hechos parecen apuntar a una conexión entre una hipotética civilización de Marte y la de la Atlántida. Asimismo la de la Atlántida con el resto de civilizaciones terrestres desde hace unos 12 000 años. Los cráneos de las momias de los indios guanches en las islas Canarias, con su enorme capacidad de 2000 cm3 comparados con los 1600 cm3 del hombre actual y unos cuerpos con estaturas superiores a los 2,10 m, junto con muchas otras pruebas erráticas como huellas y manos fosilizadas con 130 millones de años, son remanentes que prueban la existencia de seres tal vez extraterrestres.  Una de las geometrías estructurales más exóticas y llamativas de los ovnis ha sido la que conocemos como piramidal. Con el conocimiento que se tiene hoy día sobre las extrañas formas piramidales en el planeta Marte, nos es fácil vincular el tamaño y las formas observadas en la Tierra y vincularlas con las descubiertas en ese planeta. Durante 1967 hubo mucho revuelo en España causado por el avistamiento de un gran objeto piramidal que se desplazaba a gran altura. La primera reacción de las autoridades fue culpar a los globos meteorológicos por semejante escándalo, sin embargo, la fotografía captada por un sacerdote de nombre Antono Felices y los posteriores avistamientos sobre las islas de Vieques y Culebra, junto a Puerto Rico, comenzaron a vincular estos objetos entre sí. Los misteriosos objetos captados sobre las costas del Perú, todos ellos de forma piramidal, así como las posteriores fotografías captadas por los americanos y los rusos de gigantescas formas piramidales, algunas alineadas sobre la superficie de Marte, parecen vincular estos objetos a una especie de enormes “naves nodriza”. En 1969, a cientos de kilómetros, al este de la isla de Puerto Rico, sobre las islas de Vieques y Culebra, tuvo lugar un incidente captado por los medios periodísticos, cuando una mañana, los radares detectaron una señal sobrevolando a gran altura. De inmediato se despachó un avión T-33, que no pudo llegar hasta el objeto.
El avión interceptor piloteado por el oficial Fredd Brown, pudo ascender hasta unos 60000 pies de altura (1 pie = 0,3048 metros), pero el objeto había ascendido a unos 90000 pies de altura. Las autoridades federales confiscaron posteriormente el material fotográfico tomado por la cámara del avión del oficial. Pero, sin embargo, ya era tarde.
Una de las fotografías publicadas por los medios daba un asombroso testimonio de ese inmenso objeto piramidal. En 1969, Puerto Rico contaba con una fuerte presencia militar, producto de la guerra fría. La base Ramey, en la costa oeste, albergaba una poderosa fuerza de aviones B-52, equipados con cargas nucleares y una de las pistas de aterrizaje más grandes del mundo.
Al Este, las islas de Vieques y Culebra eran utilizadas para prácticas de tiro. San Juan era frecuentemente visitado por buques de guerra y submarinos nucleares que visitaban la base naval, mientras que decenas de bases militares y de inteligencia estaban esparcidas por toda la isla. Los expertos que analizaron la foto a continuación, concluyeron que se trataba de un objeto que sobrepasaba los 5000 pies de longitud.

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Vieques es una isla cercana a Puerto Rico, de 21 millas de largo por 4 millas de ancho. El periodista Jorge Martín, en su libro Vieques: Polígono del tercer tipo, se ha dedicado a exponer lo que él considera como la primera civilización “extraterrestre” en las proximidades y en el fondo marino a dicha isla. Su denuncia ha cristalizado en un extenso libro sobre el tema, y nos explica que, en la actualidad y según la Marina de los EE. UU., Vieques es una región de gran valor estratégico.
Se efectúan numerosos ejercicios de tiro en las áreas militares, que constituyen campos de prueba para la aviación naval. Pero toda esta actividad militar en la isla ha estado acompañada de innumerables incidentes muy extraños, relacionados con la presencia ovni / alienígena en la zona, y que motivaron la investigación  de Jorge Martín. Estos incidentes podrían ser la explicación del inusitado interés que la Marina de los EE. UU tiene por esta isla. Corcino, pescador en el sector de La Esperanza, en Vieques, relató una historia impresionante:

Una noche estábamos pescando junto a Carlos Zenón y otros, mar afuera, y observamos a la distancia una luz grande y brillante. El compañero Zenón dijo “Vamos para allá, puede ser uno de los pescadores, que se quedó varado”. Pero al acercarnos vimos que aquello era algo raro que estaba en el aire, no era una lancha. Era un objeto bien grande, redondo, como un platillo volador enorme y con muchas luces de colores que se encendían y apagaban alrededor del objeto, por todo el borde. Eran luces amarillas, verdes y rojas. Por debajo tenía una sola luz bien grande en el mismo centro del platillo, que se dirigía hacia el agua del mar. Era una luz verdosa. No pudimos ver claramente de qué material estaría hecho ese objeto. No estaría a más de 100 pies de altura sobre el mar. Pero aquello no era de este mundo”. Continuó explicando: “Lo que más nos impactó fue ver que aquel objeto tan enorme estaba suspendido, quieto en el aire. y absorbiendo agua del mar. Se veía agua subir y entrar por debajo del aparato, por donde salía la luz verde. Era una columna de agua bien grande, no se veían peces ni nada más. y todo sin sonido alguno. Al acercarnos más al platillo, se quedó quieto y entonces se fue de golpe hacia la zona de las montañas de El Yunque o hacia Ceiba. Fue algo bien rápido, cosa de segundos, algo increíble. Esa noche estaban conmigo mi papá y el compañero pescador Carlos Zenón. Recuerdo que Zenón dijo: “Mira, hemos visto algo que nunca se había visto. No digamos nada allá en tierra, porque no nos lo van a creer”. Y así nos quedamos, callados. Sólo se lo dije a mi familia”.
El hecho de que Corcino y sus compañeros observasen un gran objeto volador de gran tamaño sobre el mar, con diferentes tipos de luces, y que tras absorber el agua se dirigiera velozmente hacia la zona de la Estación Naval Roosevelt Roads, localizada en Ceiba, es sumamente importante, y tiene grandes implicaciones, ya que estas zonas son conocidas como puntos de alta actividad ovni en Puerto Rico.
En otra ocasión, también pescando de noche, Corcino y sus compañeros observaron una brillante luz verdosa que subía desde el fondo marino. Conjeturaron que tal vez podría ser un submarino de la Marina de los EE. UU., en la zona, que emergía a la superficie, pero justo en el momento en que aquel objeto debía salir a la superficie la luz se apagó y todo quedó a oscuras. Acto seguido todos sintieron el ruido de un gran chorro de agua cayendo al mar cerca de ellos.
 Fuese lo que fuese lo que emergió, se elevó en el cielo en medio de la oscuridad de la noche y se perdió en las alturas en total silencio, mientras Corcino y los demás sentían caer sobre ellos una fina llovizna. El cielo estaba claro y sin nubes esa noche, aunque un poco oscuro. Después del incidente se fueron del lugar cuanto antes, impresionados por lo sucedido. A preguntas nuestras, Corcino indicó que lo que salió del mar y se elevó era un objeto oscuro de forma discoidal, de gran tamaño.

Mire, aparte de eso -dijo Corcino - hemos visto unas bolas de luz, muchas, que salían de los caños, de las lagunas. Se mueven con inteligencia y se van a una velocidad rápida, enorme, y se pierden. Son unas luces brillantes de color azul-blanco. Podrían ser cosas de la Marina, ya que han hecho muchas cosas de las que no sabemos nada. Pero lo que vimos en el mar era similar a lo que algunos llaman platillo volador. No tengo dudas sobre eso. Y no creo que sea de la Marina, porque nadie en la Tierra puede fabricar, entiendo yo, algo así. Aquello se perdió en segundos en el cielo. Se fue hacia El Yunque”.

 Las palabras de Corcino son sorprendentes. Un enorme disco volador que absorbía una gran cantidad de agua del mar, misteriosas esferas luminosas que parecen comportarse con inteligencia, con movimientos y dirección muy definidos y obviamente dirigidos por alguna voluntad. Este mismo cuadro nos ha sido descrito antes en otras áreas de Puerto Rico. Y siempre ha estado ligada a la fenomenología de los llamados objetos voladores no identificados. Corcino fue una de las primeras personas entrevistadas por Jorge Martín en Vieques durante su investigación. Y lo cierto es que lo relatado por Corcino abrió un atisbo hacia una increíble realidad que por mucho tiempo ha estado manifestándose en Vieques y que, hasta ahora, había sido mantenida oculta tanto por la Marina de Guerra de los EE.UU., como por las autoridades político-militares de los EE. UU. y de Puerto Rico.

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Jorge Martín obtuvo también evidencia testimonial de la presencia de entidades no humanas en Vieques. Ejemplo de ello fue la conversación que sostuvo con Mercedes Sanés y su esposo Luis Ortiz:
 ”Ahora que usted nos pregunta sobre esto -dijo Luis Ortiz- le diré que he visto unos objetos extraños en el cielo. Son grandes y muy luminosos, y van siempre seguidos de otros cuatro objetos más pequeños, también luminosos. A la distancia que los he visto son más grandes que mi Jeep. Eso le da una idea del tamaño que tienen esas cosas. Siempre los he visto a eso de las 9:00 – 9:30 de la noche, muchas veces cuando estoy trabajando en Sun Bay, y vienen del oeste hacia el este de Vieques, entrando hacia la zona del Campamento García y del campo de tiro de la Marina. Los he visto muchas veces y desde hace años. Siempre me he preguntado qué son, porque no son aviones ni helicópteros, ni nada conocido. No hacen ruido, no tienen motores ni turbinas, nada. Son de forma ovalada y redondeada. Y los otros objetos más pequeños van siempre siguiendo al grande, como en una formación. El grande tiene una iluminación muy fuerte de una tonalidad amarilla-anaranjada, y las otros cuatro son también luminosos, tan brillantes como estrellas, y cada uno tiene una tonalidad diferente: blanco, amarillo, rojo y azul… y a veces se paran en el aire”.

Por su parte, Mercedes Sanés nos indicó que en una ocasión ella y su esposo los vieron desde el balcón de su residencia en el sector La Mina:

 “Él me llamó -dijo ella- y al salir lo pude ver. Es una luz muy grande, amarilla-dorada, muy brillante. Iba en dirección al este, hacia el Campamento García. Siempre va hacia allá o viene de allá hacia el oeste. Esa vez se quedó suspendido en el aire, quietecito por más o menos media hora… y entonces se fue.
 Es algo bien raro, pero pensábamos que a lo mejor era algo de la Marina y por eso lo dejábamos ahí y no lo comentábamos con nadie”. ”En una ocasión -añadió  Luis Ortiz- vi pasar no uno, sino a dos de esos objetos, seguidos cada uno por la hilera de objetos luminosos más pequeños. Pasaron volando hacia el este, hacia el campamento, y poco después pasaron dos jets militares en esa misma dirección. Los jets seguramente eran de la base Roosevelt Roads. Bueno, el asunto es que los jets pasan hacia allá y poco después se escucharon explosiones. Eso fue como a las 8:00 de la noche. Yo pensé que estaban haciendo ejercicios de bombardeo en el campo de tiro. 
Una media hora después pasó de regreso hacia el oeste uno de los objetos. No los dos que pasaron originalmente, sino solamente uno, y los aviones no se  escucharon ni se vieron más. Qué pasó realmente no lo sé, pero todo fue tal y como le digo. No recuerdo si cuando pasó eso había ejercicios de la Marina, fue hace unos tres años, allá por el 1998. Hace dos semanas, ahora, a principios del mes de julio, se vio otro de esos objetos. Teníamos aquí, en la casa, el velorio de nuestro hijo y todos los que estábamos aquí lo vimos. Estaba suspendido un poco más hacia el sureste, como hacia Sun Bay. Eso fue justo cuando terminaron los ejercicios más recientes de la Marina”.
Pero si lo anterior era importante, lo que Luis Ortiz reveló a continuación lo es mucho más. Conversaban sobre los diferentes testimonios que se habían recogido de los viequenses, entre ellos algunos incidentes de encuentros con criaturas humanoides en algunas lagunas, y en ese momento él se exaltó, y muy excitado nos dijo:
 “¡Eso es cierto, esos hombrecitos se ven aquí, y no es de ahora, sino que se están viendo desde hace tiempo, hace muchos años!”.

Interesado por su aseveración y su súbito nerviosismo,  Jorge Martín le preguntó por qué lo decía. Luis Ortiz reveló algo que ni siquiera  había revelado a su esposa hasta ese momento:

 ”Se lo digo porque yo los he visto -indicó. Y no solo yo, sino todos los que íbamos a pescar a la laguna Kianí. Muchas veces íbamos a pescar allí, de día, y los veíamos. Son bien rápidos y tienen una agilidad increíble. Son raros. Se ven flacos y con las piernas flacas  como las de los pollos. Digo eso porque tienen en los pies unos deditos largos, como tres o cuatro, y se ven como los pies de los pollos, por eso de los dedos larguitos y abiertos. Son pálidos, blancos o grises, y chiquitos. No miden más de tres a tres y medio pies de alto. Y tienen una carita como la de un ser humano, con ojos, una boquita y nariz, pero con las caritas achatadas, aplastaditas, no como las de nosotros, en que la nariz sobresale. Los ojos se les ven obscuritoNo tenían pelo, y sus cabecitas son bastante grandes para el tamaño de sus cuerpecitos, y son lisas, calvitas”.

 Ortiz añadió que cuando iban a la laguna Kianí, que está localizada en el extremo oeste de Vieques, siempre veían a varias de estas criaturas:

 “Veíamos a unas cuantas -dijo-, pero corrían una velocidad increíble y saltaban y se zambullían en las aguas de la laguna. Sus bracitos son flaquitos también y tienen algo. No sé explicarlo bien, porque estaba obscuro, pero era como unos flecos o una aleta o una membrana en los brazos. Y me pareció también que en las manos tenían como membranas, pero no estoy muy seguro”.

 Ante las importantes declaraciones de Luis Ortiz hay que aclarar que la laguna Kianí está situada junto a una reserva o refugio natural de pájaros, y aunque el sector recientemente fue devuelto por la Marina al pueblo de Vieques, el acceso al área de la laguna Kianí ha sido restringido al público por las autoridades federales, bajo la alegación de que la laguna y sus terrenos aledaños están fuertemente contaminados con químicos tóxicos y metales pesados derivados de las armas que la Marina de Guerra de los EE. UU. mantenía en el sector.
Esta misma situación se ha producido en el sector suroeste de Puerto Rico, específicamente en el área de otra laguna conocida con el nombre de laguna Cartagena, y del litoral costero de esa zona. Tiene gran similitud con la situación de Vieques. Luis Ortiz afirmó que en ninguna de las ocasiones en que vieron a las criaturas en la laguna Kianí, estas intentaron agredirles o se mostraron hostiles hacia ellos:

 ”Ellos -dijo él- sencillamente se dejaban ver por nosotros y entonces corrían y se lanzaban al agua. Nunca nos hicieron daño ni nos atacaron. Si están aquí, y están, porque los vimos muchas veces, no le han hecho daño a nadie. Aquí en Vieques quien ha hecho daño es la Marina, y en eso estamos claros”.

 Por otro lado, es significativo que cada uno de los testigos de los casos presentados dio descripciones similares a las ofrecidas por los demás por separado, y se pudo corroborar que ninguno de ellos conocía las experiencias vividas por los demás. Esto plantea un patrón recurrente en el tipo de seres avistados en Vieques, en su comportamiento y en los lugares donde se manifiestan, así como también sobre la actividad ovni en la zona y la aparente intervención de la Marina de los EE. UU. en todo el asunto. Por ello puede decirse que lo que ocurre en Vieques no es algo casual.
Los militares norteamericanos, sin embargo, han pretendido desvirtuar los fenómenos de las extrañas luces y otras anomalías submarinas, pretendiendo hacer creer al mundo entero que esos fenómenos se deben a una extraña biodiversidad luminiscente de origen orgánico.


Fuente: http://oldcivilizations.wordpress.com/2013/05/18/que-sabemos-sobre-...

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