EL VATICANO “SECRETUM OMEGA” EXPEDIENTE: NIBIRU
Aunque
la religión católica es teóricamente antropocentrista y predica que
Dios sólo creó al ser humano, desde lo más profundo del Vaticano no se
cree exactamente eso. El interés por el cosmos de la santa sede guarda
varios motivos, como por ejemplo la confección de calendarios, pero
también el interés por el culto ancestral por las estrellas y la
astrología, así como también la verificación de la existencia de vida
extraterrestre y los ancestrales dioses paganos. A raíz de la
implicación del Vaticano en la Conspiración del Secreto Extraterrestre,
guardando silencio sobre el Caso Roswell o el Encuentro entre el
Presidente Eisenhower y una delegación alienígena en 1954, conjuntamente
con las Comisiones secretas del Gobierno de los Estados Unidos, el
Vaticano desarrolla un programa secreto de seguimiento extraterrestre y
exploración espacial. Tras el incidente Roswell, el Papa Pío XII junto
con los obispos norteamericanos Mc Intyre y Mooney, crean el SIV
(servicio de inteligencia vaticano) para coordinar la información en
materia extraterrestre junto con las comisiones secretas de la CIA. En
1993 se termina la construcción del Telescopio Vaticano en Monte Graham,
Arizona, que es el primer telescopio de infrarrojos del mundo y
el más sofisticado, después del descubrimiento de que ciertos cuerpos
sutiles y energías de origen desconocido sólo eran captados por el
infrarrojo (y justo después de que dicha tecnología infrarroja es
retirada de las cámaras de fotos de uso civil de todo el mundo). Otro
observatorio del VORG (Grupo de investigacióndel observatoriodel
Vaticano) se encuentra en Alaska aunque, al igual que el Área 51 de
Nevada, ha sido siempre negada su existencia. En 1990, el Vaticano y las
comisiones secretas USA deciden dar un paso más y crear el programa
“Siloé” que consistió en enviar una sonda del mismo nombre al espacio
exterior con el objetivo de fotografiar un supuesto cuerpo celeste que
estaría en aproximación a la Tierra y que se conoce con diversos nombres
tales como el Ajenjo bíblico, el Nibiru de los sumerios o el Gran
Kachina de los indios Hopi. Este tipo de proyectos gozan de la
clasificación “Secretum Omega” por el Vaticano y reciben millonarios
presupuestos “negros”
así como financiación privada a través de la Fundación Observatorio
Vaticano, institución libre de impuestos. La opacidad de estos secretos
se vio entorpecida inesperadamente en 1997, cuando el padre jesuita
Malachi Martin, una eminencia dentro del Vaticano, uno de los pocos
conocedores del tercer secreto de Fátima y con acceso directo al Papa,
habló en algunas polémicas entrevistas y camufló en algunos de sus
libros, la supuesta amenaza del planeta X para la Tierra. En 1999,
Martin falleció inesperadamente, lo que llevó a que muchos pensaran que
quisieron silenciarlo y que el tercer secreto de Fátima tenía relación
con la llegada del amenazante planeta. Desde el SPT, Telescopio del Polo
Sur, el Gobierno de Estados Unidos, a través de la agencia militar
Nasa, está siguiendo, en secreto, permanentemente el recorrido del
planeta X, Nibiru, en aproximación a la órbita de la Tierra.
Esta misión astronómica en la base de observación espacial de la
Antártida se puso en marcha el 16 de febrero de 2007. Pero este es un
asunto en el que quien mejor información maneja es el propio Vaticano,
pues la Santa Sede tiene a su disposición una red de observatorios
astronómicos y cuenta con sus propios proyectos espaciales. En 1997, el
padre jesuita Malachi Martin, un sacerdote muy cultivado y bien
relacionado, conocedor del Tercer Secreto de Fátima, y con acceso al
Papa, explicó en algunas entrevistas, que el planeta Hercóbulus
causaría millones de muertos dentro de una década. Pero el padre Martin
falleció súbitamente en 1999, y muchos piensan que quisieron silenciar
al jesuita por haberse ido de lengua, ya que la hecatombe que se oculta
en el Tercer Secreto de Fátima podría estar relacionada con el planeta
X. Pocas personas saben que el Telescopio espacial Hubble tiene un
hermano gemelo secreto, el “SkyHole 12”. Pero éste solo es uno de los
ojos secretos con los que el Vaticano vigila el cielo. El Vaticano
realiza el seguimiento de los movimientos de Hercóbulus,
fundamentalmente desde dos bases secretas vaticanas de exploración
espacial, convenientemente camufladas: una de ellas se encuentra en
Chile, y la otra en Alaska. Estos dos observatorios secretos vaticanos
están manejados exclusivamente por la sección de científicos astrónomos
de la Orden de los Jesuitas. Ya en tiempos del Papa Pío XII, el SIV
(Servicio Secreto Vaticano) estaba al corriente de la aproximación hacia
la Tierra de un planeta que implicaba serios peligros. Fue por ello que
en los primeros años de la década de 1990, el Vaticano puso en marcha
el Programa
Espacial “Siloé”, una misión secreta que formaba parte de un gran
proyecto espacial vaticano más amplio, denominado “Kerigma”. Para el
programa secreto espacial del Vaticano “Siloé”, fue construida en
secreto una nave sonda dentro del Área 51, lejos de las miradas de los
científicos civiles de la Nasa, que podrían filtrar la información hacia
el público. Para el lanzamiento de la sonda vaticana “Siloé” al
espacio, con la misión de búsqueda del Planeta X, no se utilizó ningún
cohete de la Nasa, sino que fue llevada al espacio por un avión militar
supe secreto “Aurora”, que es un tipo de aeronave que puede salir de la
atmósfera de la Tierra y viajar por el espacio. El avión espacial supe
secreto “Aurora” es utilizado para las misiones “Secretum Omega” del
Vaticano. Así salió al espacio la nave-sonda vaticana “Siloé”, sin pasar
siquiera por la Nasa. El proyecto ultra secreto Aurora tiene su propio
departamento militar, y su propio presupuesto, dentro del gobierno
estadounidense, al más alto nivel. El objetivo de la nave Siloé fue
aproximarse a Nibiru y fotografiar el cuerpo celeste. Una vez realizada
la primera fase de la misión, la nave Siloé invirtió de nuevo su rumbo y
se acercó a La Tierra para transmitir sus imágenes a la base de
observación espacial del Vaticano en Alaska, la cual empezó a recibir
la información de Siloé en octubre de 1995. Las tomas fotográficas de la
nave vaticana revelaron la realidad de un planeta de dimensiones
enormes en rumbo de aproximación hacia la Tierra. Esta información
secreta se consideró muy peligrosa, ordenándose inmediatamente desde el
Vaticano la clasificación de “Secretum omega” con nivel 1, es decir, el
máximo secreto, para el expediente vaticano Nibiru.¿Es Hercóbulus una
Intoxicación vaticana y de las sociedades secretas? Se ha intentado
asociar al Planeta X con Ajenjo, el cuerpo celeste del que se habla en
la Biblia en el libro de Apocalipsis. Pero Ajenjo es descrito en
Apocalipsis más bien como la caída de un gran meteorito a la Tierra, y
no como un planeta que se acerca y que después pasa de largo, causando
ciertos desequilibrios. Ambos casos no coinciden como si fueran el mismo
caso. De hecho, en los supuestos informes del SIV, servicio secreto
vaticano, previos al envío de la nave Siloé, se hablaba
que dicho planeta, Hercóbulus, estaba habitado por seres
extraterrestres muy belicosos para los habitantes de la Tierra. Pero si
el Planeta X se ha descrito como un cuerpo tóxico, ardiente, que va
sembrando lluvias de bolas de fuego y de nubes venenosas de polvo rojo,
piedras y rocas, entonces no tiene cabida alguna en ese supuesto planeta
ningún tipo de vida para civilización alguna. Esta contradicción,
además de la procedencia de la fuente, el Vaticano, nos pone en guardia
acerca del asunto del planeta X.Si usted es una de esas personas que
alguna vez ha depositado dinero en los cepillos u ofrendas que se
recogen en las Iglesias Católicas, quizás debería tener en cuenta que
seguramente su dinero irá destinado a la Red VATT de Exploración
Espacial del Vaticano y contacto extraterrestre…
FUENTE https://rey55.wordpress.com
FUENTE https://rey55.wordpress.com
Me gusta el articulo interesante por el fundamento Biblico
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