Todos vamos a resucitar, según la física cuántica


La vida después de la muerte se puede conjeturar desde un punto de vista estrictamente científico, la teoría de los universos paralelos de la mecánica cuántica implica que un ser consciente puede vivir para siempre.
Todos somos inmortales
Venimos al mundo con una única certeza: Algún día moriremos. La buena noticia es que, -según el divulgador estadounidense Clifford A. Pickover, "podemos estar relativamente seguros de que todos nosotros vamos a resucitar”. 
Pickover cree que, en el plano teórico al menos, la inmortalidad se puede conjeturar desde un punto de vista estrictamente científico, gracias a lo que se conoce como resurrección cuántica. “Muchos astrofísicos de hoy en día sugieren que nuestro universo continuará expandiéndose para siempre y las partículas estarán cada vez más dispersas”, Explica en el libro 'A Beginner’s Guide to Immortality: Extraordinary People, Alien Brains, and Quantum Resurrection' (Basic Books) Esto parece un triste y aburrido final, sin embargo, incluso en este universo vacío, la mecánica cuántica nos dice que los campos de energía residuales tendrán fluctuaciones aleatorias. Las partículas brotarán del vacío, como de la nada”.
Según la física Katherine Freese, directora del prestigioso Instituto Nórdico de Física Teórica (Nordita), dado un tiempo infinito de tiempo, cualquiera de nosotros puede reaparecer. “Las fluctuaciones aleatorias pueden conducir incluso a un nuevo Big Bang, pero tendríamos que esperar mucho tiempo para que eso ocurra, cerca de 10 elevado a 1056 años”, explica Pickover.
Por desgracia, no sabemos de nadie que haya experimentado una de estas resucitaciones cuánticas, pero nuestro universo sólo tiene 13.700 millones de años de existencia: en un tiempo infinito, cree Freese, todos podríamos volver a la vida.
La existencia de una especie de “inmortalidad cuántica” es una idea recurrente de la física desde que el científico estadounidense Hugh Everett III propusiera en 1957 la popular teoría de los universos paralelosY la resurreción es sólo una de sus formas.
La teoría sugiere que en cualquier momento que un universo se enfrenta a una elección de caminos a un nivel cuántico sigue en realidad todas las posibilidades, dividiéndose en múltiples universos. Según esta teoría, existe un inmenso número de de universos y, si es cierta, significa que hay todo tipo de extraños mundos.
En su libro Coincidencias Imposibles, Josep Guijarro expone el caso de Gabriel Magee, un ejecutivo de la conocida empresa financiera J.P. Morgan que buscaba la inmortalidad y, para ello, no tuvo mejor ocurrencia que poner punto final a su existencia  saltando del techo de la sede londinense de la firma para la que trabajaba. Entre sus efectos la policía encontró un décimo de lotería.
Al parecer, no era un acto ritual, sino un “suicidio cuántico”.  Como explicamos anteriormente, la teoría sugiere que cada ejecución da lugar a dos nuevos universos. Por esa razón Magee se tiró al asfalto del Canary Wharf con un número de la lotería. Estaba convencido que si ponía fin a su vida, aunque el número premiado no fuera el que había comprado, estaría acabando con todos los universos en los que seguía siendo pobre como una rata. Y, al mismo tiempo, si es cierto que existía uno en el que siempre sobrevivimos, éste debía garantizarle la riqueza. Pobre codicioso. De nuevo el refranero es sabio. La avaricia rompe el saco.
FUENTE http://www.revistaañocero.com/

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