LA MEMORIA DEL AGUA Y EL ELECTROMAGNETISMO DE LOS PENSAMIENTOS
En junio de 1988, el científico francés, Dr. Jacques Benveniste, publicó un asombroso papel investigativo en la revista Nature, que indicaba que el agua tiene memoria. El papel inmediatamente causó un gran disturbio en la comunidad científica, en donde la oposición a sus hallazgos era sustancial.
Experimentos bioquímicos han confirmado que el anticuerpo IgE puede
estimular basophils para desgranular. Sin embargo, en el experimento de
Benveniste, después de ser diluida la solución IgE al 10-120, todavía
ocurría una active desgranulación de los basophils. En teoría, [basados
en el número de Avogadro del posible número de moléculas en una solución
de una sustancia] tal dilución no tendría moléculas del anticuerpo.
Esto demuestra que el agua preserva las características de las
sustancias con las cuales estuvo en contacto.
Esta conclusión parecería violar el sentido común. Mucha gente disputó
los resultados de Benveniste. Consecuentemente, el perdió su
laboratorio, el financiamiento, su trabajo y aún su credibilidad como
científico. Afortunadamente, una compañía privada, progresista de
investigación lo contrató para continuar su trabajo.
No ha habido ninguna resolución evidente para el “incidente Benveniste”,
hasta 1999, cuando cuatro laboratorios en diferentes países europeos
condujeron experimentos independientes. Sus hallazgos demostraron que
las soluciones extremadamente diluidas todavía preservaban los efectos
de las soluciones originales que desgranularon los basophils. La gente
comenzó a pensar que Benveniste estaba en lo correcto.
El experimento de Benveniste requería que en cada dilución, la solución
tenía que ser vigorosamente sacudida. Su experimento demostró que una
sustancia que es disuelta en agua pasa sus propias características al
agua. Inclusive si ya no queda nada de la sustancia original, sus
características todavía permanecen.
Los hallazgos de Benveniste no están aislados.
El Dr. Masaru Emoto, un investigador japonés, cuyos experimentos han
sido descritos hace algunas semanas en estas páginas, afirmó, en el
reporte sobre su experimentos con cristales de agua, que,
“Todas las características de sustancias afectarán la característica del agua.”
El experimento de Benveniste estudió la influencia de sustancias
diluidas y agitadas en agua, en donde el experimento con cristales de
agua de Emoto estudiaba los efectos de pensamientos y música en el agua.
Los hallazgos de Emoto son mucho más asombrosos porque parecen indicar
que el agua puede reconocer el contenido de pensamientos y palabras, y
distinguir las buenas de las malas.
Es difícil citar la teoría científica existente para explicar estos
resultados, y así, ciertamente proporcionar suelo fértil para más
investigación.
Traducido de: http://www.zhengjian.org/zj/articles/2003/3/9/20747.html
Apenas tres años después de recibir el Nobel por sus trabajos sobre el
"virus del SIDA" Luc Montagnier ha pasado de celebridad a ser visto con
recelo por buena parte de la comunidad científica.
Y es que su respaldo a la Homeopatía y su apoyo a los productos
naturales como herramientas terapéuticas para vencer al VIH - virus cuya
existencia muchos niegan - le han llevado a marcharse a China a
trabajar en uno de los centros tecnológicos más importantes del mundo
ubicado en la Universidad Jiao Tong de Shangai desde donde va a poner en
marcha un singular proyecto que, según sus propias palabras, está,
"en la encrucijada de la Física, la Biología y la Medicina".
Y es que según asegura ¡el ADN transmite electromagnéticamente información al agua!
Lo que explicaría, si igualmente ocurre lo mismo con otras sustancias
como todo parece indicar, los efectos biológicos que logran los
productos homeopáticos y la eficacia de las terapias y dispositivos que
funcionan mediante la emisión de frecuencias electromagnéticas.
Quienes no hace mucho hablaban de Luc Montagnier con admiración… hoy callan.
Los mismos que le dieron el Premio Nobel en el 2008 se niegan ahora a
escucharle. Algunos de sus colegas incluso ya hablan de él con
decepción. Y los mismos medios de comunicación que le ensalzaron y le
hicieron mundialmente famoso han levantado un muro de silencio en torno a
sus - para ellos - sorprendentes afirmaciones.
Pero él, ajeno a todo ello, se dispone a afrontar el que probablemente
sea el reto más importante de su vida al frente de un centro de
investigación que lleva su propio nombre en la Universidad Jiao Tong de
Shangai y que está ya considerado uno de los más importantes del mundo.
Y es que su investigación podría revolucionar el mundo de la Biología y de la Medicina tal y como hoy las conocemos.
Hay quienes pretenden alegar que se ha embarcado en esta aventura porque
las leyes francesas no le permiten - tiene ya 78 años y cobra la
jubilación - seguir trabajando en organismos públicos y beneficiarse de
financiación estatal pero la realidad es que ha sido su nueva manera de
enfocar las cosas en los últimos años - sobre todo en lo que se refiere
al SIDA - lo que le ha cerrado las puertas de acceso a los fondos de las
grandes multinacionales farmacéuticas y otros organismos privados.
Además el hecho de que con su nuevo trabajo pueda dar "soporte
científico" a la Homeopatía - ya ha dicho públicamente que puede
fundamentarse científicamente - le ha convertido en un compañero
demasiado incómodo para muchos colegas.
Y es que los médicos e investigadores más conservadores y escépticos -
prestos siempre a acusar de estafadores a todos aquellos que defiendan
la Homeopatía - no han superado aún el shock que les produjo a finales
del pasado 2010 leer en Science la respuesta que dio a la pregunta ¿No
le preocupa que sus colegas crean que ha caído en la pseudociencia?
Porque fue clara y contundente:
"No, porque no es pseudociencia. No es charlatanería. Estos son fenómenos reales que merecen mayor estudio".
Una declaración que le hubiera costado hace sólo unos años el descrédito personal y profesional.
Como
le sucedió a su colega y compatriota Jacques Benveniste que pasó de ser
Director de Inmunología del Instituto de la Salud e Investigación
Médica (INSERM ) de Francia al ostracismo más absoluto por formular su
teoría de la "memoria del agua" que permite entender algunas de las
propiedades de la Homeopatía.
Tal atrevimiento le costó perder la financiación para sus
investigaciones, tener que cerrar su laboratorio y soportar que se le
concediesen dos IG Nobel, "premio parodia" que pretende ridiculizar a
quien es galardonado con él.
El primero en 1991,
"por su persistente creencia de que el agua es un líquido inteligente",
...y el segundo en 1998 por,
"su descubrimiento homeopático de que el agua no sólo tiene memoria sino
que la información que contiene puede ser transmitida por las líneas
telefónicas y por Internet".
Por supuesto de si existe alguna neurona en el interior de los cerebros
de quienes otorgan esos premios no hay científicamente constancia.
Afortunadamente para Montagnier, la Ciencia y la Medicina de la sociedad
siguen evolucionando y las nuevas ideas se abren hoy paso con más algo
más de facilidad.
De hecho el rechazo científico a Montagnier no ha sido total.
En Oriente, donde los científicos y médicos están mucho más abiertos -
así ha sido siempre - al concepto de energías subyacentes más allá de la
materia como explicación a una enfermedad, sus palabras fueron acogidas
con normalidad.
SEÑALES ELECTROMAGNÉTICAS QUE CREAN ADN
En suma, con la libertad que dan los años y tener el futuro asegurado
Montagnier ha decidido iniciar una nueva línea investigación que sabía
bien le iba a exponer a todo tipo de críticas al tiempo que le acercaba
al ya citado Jacques Benveniste de quien - según el diario francés Le
Monde - Montagnier ha dicho:
"Para mí Jacques Benveniste, cuyo trabajo fue criticado inicialmente
como ‘herejía’, fue un gran científico (...) Y es realmente sorprendente
la forma en que fue tratado.
Murió en el 2004 como ustedes saben, probablemente agotado por tanta
lucha, pero espero que pronto sea completamente rehabilitado".
¿Y por qué se ha producido el acercamiento de Montagnier al mundo de la Homeopatía?
Pues por la investigación que hizo y plasmó en dos artículos:
Electromagnetic Signals Are Produced by Aqueous Nanostructures Derived from Bacterial DNA Sequences - publicado en el 2009
DNA Waves and Water - aparecido en diciembre del pasado 2010
Y es que en ellos Montagnier explica que ¡la información del ADN se transmite electromagnéticamente al agua!
Resulta que trabajando con células de "enfermos de SIDA" había observado
en ellas la presencia de algunos micoplasmas y decidió someter el
fluido biológico a varios procedimientos de filtraje para esterilizarlo
por completo.
Sin embargo se encontraría con la sorpresa de que en el líquido
resultante, en teoría estéril, ¡se volvía a reproducir la infección!
"La filtración de un sobrenadante de cultivo de linfocitos humanos
infectados con pirum micoplasma - microorganismo de unos 300 nanómetros
de tamaño - usando filtros de 100 nanómetros o porosidades de 20
nanómetros debía dar lugar a un líquido estéril.
Sin embargo fue capaz de regenerar el micoplasma original cuando se
incubó con un cultivo negativo en micoplasma de linfocitos humanos al
cabo de 2 a 3 semanas", explica Montagnier en la Introducción de su
trabajo del 2009.
Y el mismo sorprendente resultado lo obtuvo con partículas virales de
100-120 nanómetros de diámetro usando filtros de 20 nanómetros.
El producto final, a pesar de la aparente imposibilidad de contener
material original, ¡reproducía en condiciones adecuadas la infección al
igual que las partículas virales originales!
Y fue buscando respuestas a tan extrañas infecciones "imposibles" como
el equipo del Nobel francés encontraría que los líquidos filtrados
¡emitían ondas electromagnéticas de baja frecuencia que podían
reproducirse!
Lo que pronto atribuirían a la presencia en ellos de ¡nanoestructuras
poliméricas capaces de reproducir las señales del ADN original!
Lo inconcebible es que este estudio de Montagnier, que se publicó hace
ya casi dos años y fue revisado a finales del 2010, no ha tenido apenas
eco en los grandes medios de comunicación ni en las revistas
científicas. La mayoría de los médicos ni se ha enterado.
¿Y cómo explica Montagnier lo descubierto?
En primer lugar afirma haber constatado que algunas secuencias de ADN
bacteriano son capaces de inducir ondas electromagnéticas en diluciones
acuosas que permanecen en ellas mucho tiempo después de que todo resto
biológico haya desaparecido físicamente de la dilución.
"La filtración de líquido - se explica en el estudio - fue primero
realizada con filtros de 450 nanómetros para eliminar residuos y
posteriormente a 100 nanómetros o a través de filtros Whatman de 20
nanómetros para eliminar las células de micoplasma. De hecho los dos
filtros de 100 y 20 nanómetros se confirmaron estériles.
La búsqueda de rastros de ADN del micoplasma por PCR y PCR anidada fue
consistentemente negativa. Sin embargo cuando los filtros fueron
incubados durante dos semanas (100 nanómetros) o tres semanas (20
nanómetros) con un cultivo de linfocitos T humanos activados el
micoplasma se recuperó en el medio con todas sus características
originales, como ya se había observado previamente".
Otro dato sorprendente:
los investigadores no sólo utilizaron soluciones acuosas sino que las
agitaron y diluyeron ampliamente por considerarlo ¡imprescindible para
la generación de señales!
Es decir, "dinamizaron" los líquidos - es lo que se hace en Homeopatía -
para obtener diluciones de mayor o menor intensidad; en otras palabras,
para obtener distintas "potencias homeopáticas" aunque lo cierto es que
ni los términos "homeopatía" ni "homeopático" se mencionan en ninguno
de los dos artículos.
"Lo que hemos encontrado - contaría Montagnier a Science - es que el ADN
produce cambios estructurales en el agua que persisten en diluciones
muy altas y conducen a señales electromagnéticas resonantes que podemos
medir.
Ahora bien, no todo el ADN produce señales que podamos detectar con
nuestro dispositivo: las señales de alta intensidad provienen de ADN
bacteriano y viral".
El equipo de investigadores de Montagnier constató también que las
bacterias y virus patógenos - al menos con los que trabajaron - dejan
una especie de "firma electromagnética" en las diluciones que van de la
5D a la 12D (1 centímetro cúbico de principio activo o tintura madre en 9
centímetros cúbicos de alcohol es lo que se conoce como "1D"; y 1
centímetro cúbico de éste (es decir, de 1D) en 9 centímetros cúbicos de
alcohol sería 2D; y así sucesivamente), así como que son pequeños
fragmentos del ADN patógeno los que emiten esas señales
electromagnéticas.
También comprobaron que pueden encontrarse efectos electromagnéticos
significativos incluso en diluciones 18D. La firma electromagnética se
mantuvo incluso después de que los fragmentos de ADN restantes fueran
destruidos por agentes químicos.
Es más, en el estudio se afirma haber demostrado que esa información
electromagnética puede transmitirse ¡entre envases separados!
"A continuación - comentan en el trabajo los investigadores - nos
preguntamos si era o no posible generar nuevas estructuras de tubo a
tubo enviando transferencias de onda. Y el siguiente experimento - que
se repitió varias veces - demostró que, efectivamente, así sucede".
La explicación estaría en que las moléculas de agua influidas por las
ondas electromagnéticas procedentes del tubo emisor se organizarían en
el tubo receptor bajo condiciones adecuadas en nanoestructuras capaces
de reproducir la señal original.
Cabe añadir que en esta primera fase de la nueva línea de investigación
los científicos encontraron huellas electromagnéticas procedentes de
especies bacterianas como,
- la E Coli
- el Streptococcus beta hemolítico
- el Staphylococcus aureus
- el Pseudodomonas aeroginosa
- el Proteus mirabilis
- el Bacillus subtilis
- la Salmonella
- el Clostridium perfringens,
...pero están convencidos de que existen en todas las especies.
"Los experimentos de transferencia de información a través de tubos de
plástico - se lee en el estudio - indican que, redefiniendo el análisis y
eliminando la variabilidad de las señales excitantes, podemos detectar
diferencias específicas entre las señales electromagnéticas de las
especies e, incluso, entre las secuencias.
De hecho esta propiedad puede ser de carácter general compartida por todos los ADNs de doble hélice, incluido el ADN humano".
Tratando luego de buscar una aplicación práctica a su hallazgo
detectaron rastros de especies bacterianas en el cuerpo humano mediante
sus huellas electromagnéticas.
"Esta detección se aplica también a escala del cuerpo humano - puede
leerse en el trabajo de Montagnier y sus colaboradores. Hemos detectado
la misma señal electromagnética en el plasma y en el ADN extraído del
plasma de pacientes que sufren Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple
y artritis reumatoide lo que sugiere que las infecciones bacterianas
están presentes en esas enfermedades.
Además la señal electromagnética puede detectarse también procedente de
ARN, tales como el VIH, el virus de la influenza A o la hepatitis C".
Siendo en este momento de la investigación cuando apuntan en una
dirección sorprendente: la posibilidad de que determinadas señales
electromagnéticas sean capaces de actuar como reservorios víricos.
"Un caso especial - se dice en el trabajo ya citado DNA Waves and Water - es el del VIH.
Se han detectado señales regularmente procedentes de secuencias de ADN
del VIH en la sangre de los pacientes tratados con terapia
antirretroviral que han respondido bien a ese tratamiento con la
desaparición de copias de ARN viral de la sangre circulante.
Esto indicaría que el ADN proviene de un reservorio al que no se puede
acceder con el tratamiento clásico y no a las partículas virales que
circulan en la sangre (…)
Sea cual sea el origen de este ADN la fácil detección de señales
electromagnéticas puede representar un marcador biológico único para
atacar el reservorio viral".
Obviamente el hecho de que señales provenientes de ADN bacteriano hayan
sido encontradas en el plasma de muchos pacientes con autismo así como
en la mayoría - sino en todos - de los pacientes con Alzheimer,
parkinson y esclerosis múltiple dotan a los hallazgos de Montagnier de
una dimensión práctica.
"Parece que las bacterias que estamos detectando - explicaría el
investigador francés a Science - proceden del intestino. Por tanto es
muy posible que los productos derivados de las bacterias intestinales
terminen en el plasma y causen daños en el cerebro.
Las ondas nos dan un marcador biológico para detectar la presencia de
estas bacterias aún cuando no las podamos detectar con técnicas clásicas
como la PCR. Así que cuando tratamos estas enfermedades con
antibióticos nuestra esperanza es ver desaparecer el patógeno. Una idea
es la creación de un ensayo clínico sobre autismo aquí en Francia.
En primer lugar demostraremos que podemos detectar ADN bacteriano en el
plasma de los niños autistas y no en el grupo de control sano. Y
entonces, si se contara con el permiso de un comité de ética, los niños
autistas podrían ser tratados con antibióticos para ver si la señal de
ADN desaparece y mejora su estado clínico.
Y en el futuro podremos utilizar estos hallazgos no sólo para el
diagnóstico sino también para el tratamiento. Es posible que ondas
electromagnéticas de determinadas frecuencias anulen las ondas
producidas por el ADN bacteriano".
Especial atención merece esta última frase porque Montagnier está
hablando de utilizar frecuencias electromagnéticas como herramienta
terapéuticas.
Y a poco que se relean sus palabras y se revise su investigación con
mente abierta es evidente que el camino emprendido por él no sólo puede
significar un definitivo respaldo a la Homeopatía - que también - sino
un claro respaldo a otras terapias y dispositivos que trabajan
precisamente contrarrestando las frecuencias de virus y bacterias, como,
- el Par Biomagnético
- el Zapper
- el MORA
- el Quantum-SCIO
- el Quantec, etc.
Y tan convencido está Montagnier de sus descubrimientos que en la
reunión que tuvo lugar en julio de 2010 en Lindau (Alemania) - en la que
se dieron cita unos 60 premios Nobel y otros 700 científicos de
renombre para discutir los últimos avances en Medicina, Química y Física
- no dudó en admitir que las soluciones conteniendo el ADN de bacterias
patógenas y virus,
"podrían emitir ondas de radio de baja frecuencia que indujeran a las
moléculas de agua que las rodean a organizarse en nanoestructuras".
Sugiriendo además que esa agua podría mantener sus propiedades incluso
después de que las soluciones originales se hubieran disuelto de forma
masiva hasta el punto de que hubiera desaparecido completamente el ADN
original.
Sugeriría así que el agua puede pues conservar la ‘memoria’ de todo ADN
con el que haya estado en contacto. Y los médicos utilizar por tanto sus
"firmas electromagnéticas" para detectar una patología, incluso antes
de que se manifieste (Benveniste debe estar exhibiendo en el "otro lado"
una amplia sonrisa).
Cuando el periodista de Science interrogó a Montagnier sobre el
escepticismo con el que sus colegas iban a recibir sus descubrimientos
éste respondió:
"Bueno, yo era escéptico al principio. Pero tales son los hechos. Los
resultados son completamente reproducibles y estamos esperando la
confirmación de otros laboratorios".
Posteriormente, refiriéndose ya concretamente a la Homeopatía, añadió:
"No puedo decir que la Homeopatía tenga razón en todo.
Lo que puedo decir ahora es que en las altas diluciones tienen razón.
Las altas diluciones de algo no son nada. Son estructuras de agua que
imitan las moléculas originales.
Nosotros con el ADN no podemos trabajar con diluciones tan altas como
las que se utilizan en Homeopatía. No podemos ir más allá de una
dilución de 18D o perdemos la señal. Pero incluso a 18D se puede
calcular que no hay una sola molécula de ADN y, sin embargo, se detecta
la señal".
El periodista de Science volvería entonces a la carga:
"¿No le preocupa que sus colegas crean que ha caído en la pseudociencia?"
Ante lo que Montagnier sentenciaría:
"No, porque no es pseudociencia. No es charlatanería. Estos son fenómenos reales que merecen mayor estudio".
Palabra de premio Nobel.
Y, por cierto, no debemos olvidar que ya Brian Josephson, Nobel de
Física en 1973, defendió también en su día la Homeopatía llegando a
afirmar en New Scientist que la mayor parte de los científicos sufre de
"incredulidad patológica", es decir, que mantienen una actitud
acientífica encarnada en la declaración "aunque sea verdad no me lo
creo".
CONFIRMACIÓN DE LA EXISTENCIA DE LAS NANOESTRUCTURAS
Por nuestra parte no debemos olvidar decir que Montagnier no es el único
que en los últimos meses ha coincidido en encontrar en la existencia de
nanoestructuras la posible explicación de los tratamientos
homeopáticos.
Un grupo de investigadores hindúes del Instituto de Tecnología de Bombay
publicó el pasado año en la revista Homeopathy el trabajo Extreme
homeopathic dilutions retain starting materials - A nanoparticulate
perspective en el que confirmaron con la más moderna tecnología la
presencia de nanoestructuras intuida por Montagnier.
"A partir de muestras comerciales de medicinas homeopáticas derivadas de
metales de conocidos fabricantes - explican en él - hemos demostrado
por primera vez la presencia de entidades físicas en diluciones extremas
en forma de nanopartículas de los metales de origen y sus agregados
mediante,
Microscopía Electrónica de Transmisión (TEM)
Difracción de electrones (SAED)
Análisis de Inducción de Plasma Acoplada junto a Análisis por Espectroscopia de Electrones (ICP-AES)"
Los medicamentos seleccionados estaban basados en metales y se eligieron
de modo que no surgieran como impurezas o como contaminantes.
Los seis metales y sus respectivos medicamentos homeopáticos fueron,
- oro (Aurum metallicum)
- cobre (Cuprum metallicum)
- estaño (Stannum metallicum)
- zinc (Zincum metallicum)
- plata (Argentum metallicum)
- platino (Metallicum Platino)
Y trabajaron con tres potencias homeopáticas: 6CH, 30CH y 200CH.
"La presencia confirmada de nanopartículas - se asegura en las
conclusiones del trabajo desafía el pensamiento corriente sobre el papel
de la dilución en los medicamentos homeopáticos. Hemos encontrado que
las concentraciones alcanzan una meseta en la potencia 6CH.
Además hemos demostrado que a pesar de grandes diferencias en el grado
de dilución de 6CH a 200CH no hubo diferencias importantes en la
naturaleza de las partículas (forma y tamaño) del material de inicio y
sus concentraciones absolutas (en pg/ml). Cómo esto se traduce en un
cambio en la actividad biológica con un incremento de potencia necesita
más estudio.
La evidencia concreta de la presencia de partículas que hemos encontrado
podría ayudar a llevar un paso adelante la investigación en homeopatía y
el entendimiento de los medicamentos dinamizados así como a ayudar
positivamente a cambiar la percepción de la comunidad científica hacia
este tipo de tratamiento".
Como se ve, Montagnier no está sólo.
Y en la India - más cerca de China que de Francia - seguro que sus
investigaciones avanzan más rápido de lo que hubieran podido hacerlo en
la vieja Europa que, para algunos planteamientos científicos, comienza a
estar demasiado vieja. Los escépticos podrían aducir que aún en el caso
de la existencia de nanoestructuras las dosis homeopáticas serían
demasiado pequeñas para tener acción a nivel biológico pero también
existen respuestas a ese argumento.
De hecho cabría simplemente recordarles que el efecto de medicamentos en
dosis pequeñas es algo demostrado, se conoce como "hormesis" y hay
cerca de un millar de estudios en una amplia variedad de especialidades
científicas que lo avala.
Lográndose efectos biológicos significativos y sustanciales (lea El
tratamiento con microdosis, una alternativa sorprendentemente eficaz
dedicado a la relación entre hormesis y homeopatía ya que la mayor parte
de los textos de ese número verifican el poder de las dosis
homeopáticas de diversas sustancias).
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