Casos de posibles saltos temporales: ¿Portales al pasado o leyendas urbanas?
Sin lugar a dudas, el universo está
lleno de misterios que desafían nuestro conocimiento actual. Existen
numerosas historias sobre estos extraños fenómenos que estimulan la
imaginación y la abren a impensables posibilidades.
He aquí un vistazo a algunos reportes en
los que determinadas personas dicen haber viajado al pasado o al
futuro, mientras realizaban sus actividades cotidianas y que,
finalmente, pudieron retornar al presente.
Bold Street, Liverpool, Inglaterra
En Liverpool, Inglaterra, el diario
local Liverpool Echo recogió y analizó hace tiempo una serie de
historias de personas que, al parecer, se encontraron viajando al
pasado. Así, en el año 2006, un ladrón que huía de un guardia de
seguridad en el área de Bold Street, miró hacia atrás y observó que el
guardia ya no estaba persiguiéndole. El alivio que en principio sintió
se convirtió en desconcierto rápidamente al ver que los coches eran de
estilo antiguo y que la gente vestía de forma diferente.
El ladrón ojeó un periódico y vio que la fecha correspondía a 1967. Se apresuró hasta la calle Ranelagh y, de pronto, se encontró de nuevo en el 2006, a pesar de que, según aseguraba, todavía podía ser testigo del pasado al mirar hacia la calle que había dejado atrás.
El ladrón ojeó un periódico y vio que la fecha correspondía a 1967. Se apresuró hasta la calle Ranelagh y, de pronto, se encontró de nuevo en el 2006, a pesar de que, según aseguraba, todavía podía ser testigo del pasado al mirar hacia la calle que había dejado atrás.
Tras la investigación, el periódico inglés desveló que los detalles que el ladrón había aportado eran correctos
con respecto a dónde quedaban ubicadas varias tiendas y lugares de
interés en 1967. Asimismo, el guardia de seguridad declaró que el joven
pareció desvanecerse durante la persecución.
En otro caso, una mujer confesó que
había entrado en una tienda que le pareció nueva, pensando que dicho
negocio acababa de abrirse al público: los precios eran tan bajos que
llenó sus brazos con artículos, pero al ir a pagarlos tanto la cajera
como el gerente del establecimiento parecían desconcertados ante su
tarjeta de crédito, rechazándola. La señora no disponía de suficiente
dinero en efectivo, así que dejó allí los artículos y se marchó. Cuando
más tarde le comentó lo sucedido a su madre, ésta le replicó que aquella
tienda había cerrado hacía muchos años, y que ahora existía una
sucursal bancaria en aquel mismo lugar.
El vuelo del señor Victor Goddard al futuro
Victor Goddard, brigadier mayor de la
Real Fuerza Aérea Británica, vivió una extraña experiencia en 1935.
Volando sobre un campo de aviación abandonado cerca de Edimburgo,
Escocia, observó que los decrépitos hangares estaban descuidados y que
las vacas pastaban en el lugar. Pero de forma repentina se encontró con
una tormenta que parecía tirar de él hacia el campo de aviación.
La tormenta rápidamente se disipó, y al
pasar sobre el mismo campo éste parecía nuevo, albergando aviones
pintados de color amarillo (lo cual era algo muy inusual), un monoplano
que no reconoció como parte de la flota de la fuerza aérea y
trabajadores vestidos con overoles azules (lo que también era totalmente
anómalo, ya que los operarios generalmente vestían de color café).
Todas estas anomalías tuvieron sentido años más tarde, cuando la Fuerza Aérea comenzó a pintar los aviones de amarillo, adquirieron aviones del modelo que Goddard había visto
y los mecánicos comenzaron a usar uniformes azules. Una historia que ha
recuperado Stephen Wagner, escritor e investigador de fenómenos
paranormales, en un artículo publicado en About.com.
El incidente Moberly-Jourdain en Versalles, Francia
En 1901, Anne Charlotte Moberly y
Eleanor Jourdain estaban pasando un tiempo juntas en París, donde
Jourdain tenía un apartamento. Se estaban conociendo un poco mejor para
empezar a trabajar juntas en la facultad de St. Hugh, una facultad para
mujeres de la Universidad de Oxford. Un día decidieron visitar el
palacio de Versalles cuando, de repente, se perdieron entre sus jardines
y vagaron por un sendero que parecía llevarlas al pasado. Las damas se
encontraron con algunos jardineros, quienes les aconsejaron que
continuaran el camino que llevaban para llegar hasta el destino deseado.
“De repente, todo parecía poco natural y
desagradable; incluso los árboles detrás del edificio parecían haberse
vuelto desagradables y sin vida, como si estuviesen formados por madera
trabajada en la tapicería. No había efectos de luz y sombra, y el viento
no agitaba los árboles”, describían Moberly y Jourdain en su libro “Una
aventura”, publicado en 1911.
Una de las señoras recordó sentirse
inexplicablemente melancólica antes de supuestamente viajar al pasado.
En el prefacio de su libro se puede leer: “Algunas curiosas condiciones
psicológicas parecían presentes, ya fuera en nosotras mismas o en el
propio lugar.”
Un hombre descrito como “repulsivo”, con
la piel áspera, se sentó cerca de un quiosco. Las mujeres indicaron que
se parecía mucho al Conde de Vaudreuil: un noble del siglo XVIII,
cercano a la reina María Antonieta. Otro caballero, guapo y descrito en
detalle, corrió hasta las señoras con las mejillas encendidas y les rogó
que permanecieran a la derecha y no fueran por la izquierda. Poco
después se encontraron con una mujer dibujando que parecía vestir de
forma muy anticuada.
“La miré directamente; pero una
sensación indescriptible me hizo girar la cara y me molestó que
estuviera allí”, cuenta Moberly. En realidad, la descripción que realizó
de aquella mujer se parecía y encajaba mucho con la de la desaparecida
María Antonieta.
A continuación un joven las llevó hasta una sala donde se celebraba una boda. Luego tomaron un carruaje para volver al apartamento de Jourdain en París. Ambas relataron que fue una experiencia muy extraña, pero que no sabían explicar por qué.
A continuación un joven las llevó hasta una sala donde se celebraba una boda. Luego tomaron un carruaje para volver al apartamento de Jourdain en París. Ambas relataron que fue una experiencia muy extraña, pero que no sabían explicar por qué.
Al volver días después a los jardines,
las dos damas encontraron muchas cosas diferentes con respecto a su
visita anterior. Antes, aparte de las personas con quienes se
tropezaron, los jardines aparecían vacíos, y ahora sin embargo estaban
llenos de visitantes. Además, investigaron si una parte de los jardines y
de los edificios había sido reservada para una fiesta privada ese día,
verificando que en aquella fecha no se había programado ningún evento.
FuenteTara MacIsaac
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