EL CAMPO MÓRFICO
"Morfo viene
de la palabra griega morphe, que significa forma. Los campos mórficos
son campos de forma; campos, patrones o estructuras de orden. Estos
campos organizan no solo los campos de organismos vivos sino también de
cristales y moléculas. Cada tipo de molécula, cada proteína por ejemplo,
tiene su propio campo mórfico, un campo de hemoglobina, un campo de
insulina, etc. De igual manera cada tipo de cristal, cada tipo de
organismo, cada tipo de instinto o patrón de comportamiento tiene su
campo mórfico. Estos campos son los que ordenan la naturaleza. Hay
muchos tipos de campos porque hay muchos tipos de cosas y patrones en la
naturaleza..."
Últimamente
estuvimos nombrando y hablando mucho de los campos mórficos, y si bien
la mayoría comprende de que estamos hablando, no hemos desarrollado en
profundidad el tema como para comprender conscientemente que es y cómo
funciona un campo mórfico. Hoy intentaremos adentrarnos en las
profundidades de su comprensión, aunque para ello tengamos que salirnos
de la tridimensionalidad y sus acotados límites. Para que esto sea
posible, comencemos por el principio, el diseño de la materia.
Hace muchos
años, cuando aún ignoraba la mayoría de lo aquí expuesto, llegaron a mis
manos por motivos que no vienen al caso, unos libros de “ciencia
ficción” de los años cincuenta, de una colección inédita y de edición
privada, de un autor desconocido (O.P), que escribió solamente cinco
libros y montó su propia editorial para publicarlos. Los cinco libros
estaban todos relacionados entre sí, y su contenido me sorprendió a tal
punto, que dudé si lo escrito no serían verdades ocultas en ficción,
disfrazadas de relatos fantásticos. De esos cinco libros, yo disponía de
tres, los dos restantes de la colección, no logré conseguirlos. En el
tercer libro de la saga se describía de una forma gráfica y sencilla,
cómo la creación utilizaba una sola ecuación físico-matemática para
construir todas las formas que la componen, siendo una sola ecuación la
que enlazaba entre sí a todas las leyes físicas del universo, o en otras
palabras, que una única fórmula geométrica traducía los planos de todas
y cada una de las creaciones del mundo físico, mediante campos
electromagnéticos que las interpretaban penetrando en la materia y
formando, mediante campos mórficos estipulados, las formas geométricas
de la naturaleza. Lamentablemente la explicación completa de la ecuación
estaba en el quinto libro de la saga que jamás conseguí. Mucho tiempo
después, y luego de un largo y costoso camino interior y exterior de
años de estudio y entrenamiento, descubrí cómo funcionaba la matemática del Do,
y comprendí la fórmula utilizada por la naturaleza para proyectar la
materia, comprobando que lo expuesto en el libro era real y que la
creación usaba una sola ecuación físico-matemática-geométrica para
construir todo lo conocido.
Luego de la
proyección de la materia comienza el trabajo de construcción y es aquí
cuando se necesita y es indispensable un campo mórfico, pues son los
“moldes de arena que delimitan la figura construida”. Esta plantilla de
patrones o estructuras de orden, que no es física sino energética, está
formada por un entramado de campos electromagnéticos, por no encontrar
una analogía mejor, de geometría hexagonal de base tres, formado por
triángulos equiláteros, o tetraedros si lo observamos en tres
dimensiones. Estas celdas tetraédricas están formadas por cargas
positivas y negativas distribuidas de la siguiente forma: cara interna
expuesta a la forma, negativa; cara externa expuesta al entorno,
positiva; cara oblicua a los planos expuestos, carga variable que
equilibra la ecuación; cara perpendicular a los planos anteriores, carga
igual al potencial de interrelación entre campos mórficos. De esta
forma se logra que lo de adentro (cargas positivas) se iguale a lo de
afuera (cargas negativas) y se mantenga la relación pese a cualquier
desequilibrio del entorno, mediante la tercera energía.
Estos campos
mórficos fluctúan continuamente según la interrelación con otros campos
mórficos y con el efecto Tesla (eT) del planeta. Las cargas de los
tetraedros que forman los hexaedros, fluctúan logrando que el campo sea
elástico y se adapte a la forma que contiene, mientras esta forma va
creciendo o cambiando hasta su estado final, donde el campo llega a su
máxima elasticidad y se detiene, marcando el contorno finito a la
materia y delimitando su forma. No es necesario comprender esto, pero es
fundamental saber que el campo mórfico es el responsable de mantener
las formas en los distintos estratos o niveles de los nueve cuerpos del
hombre y de los distintos estratos físicos de la materia, incluidas
todas sus formas, desde la mental hasta la psíquica superior.
Para trabajar
sobre el campo mórfico se deben desactivar los escudos protectores
naturales y detener la fluctuación del mismo, para ello los ingenieros
deben trabajar en “fotogramas” que son coordenadas estáticas
espacio-temporales marcadas por los vaet del sujeto u objeto, en un
sector específico de la línea espacio-tiempo de una forma determinada y
particular, donde el tiempo pierde la continuidad que le da la
consciencia colectiva a través del inconsciente colectivo y adquiere la
eternidad de la consciencia del Quantum primordial
donde la imagen estática obtenida, es la impresión grabada en la
librería de horizonte del Quantum adquirida de la imagen móvil de la
realidad subjetiva en que se trabaja. Una vez reajustado el campo en un
fotograma, es automáticamente proyectado a los demás componentes de la
serie, siendo el sujeto u objeto un todo dentro de la continuidad
espacial de la línea temporal en donde se desplaza. El reajuste de los
campos mórficos es de una octava comenzando en (sol), exactamente 7,82Hz
± 1,42857Hz.
Un campo
mórfico no sólo delimita materia, sino estados mentales; arquetipos y
paradigmas tienen sus propios campos mórficos y están también sujetos a
estos cambios para su correcto funcionamiento. Nosotros como Seres que
anhelamos un estado de consciencia superior, Seres inmersos en la
inconsciencia de nuestros actos, podemos y debemos ayudar para que esta
calibración del campo sea correcta. La forma más consciente de hacerlo,
es evitando que pensamientos que no son nuestros nos desvíen del camino
que nos propusimos recorrer, haciéndonos creer que todo esto es fantasía
de una novela más de “ciencia ficción” de los años cincuenta.
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