La naturaleza cura

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Por Dr. Mercola / Mercola
Muchas personas sienten una gran atracción por pasar tiempo en la naturaleza y esto tiene mucho sentido. Su cerebro y su cuerpo están estrechamente conectados para sincronizarse con las leyes de la naturaleza – la salida y la puesta del sol, así como el cambio de estaciones, por ejemplo – y no con el mundo moderno en el que se trabaja 24/7.
No es de sorprender que cuando sus sentidos entran en contacto con la naturaleza en su máxima expresión – el sonido de un arroyo, el aroma de la tierra del bosque o incluso la vista de un oasis verde, un parque, en medio de la ciudad – desencadenan una casaca de beneficios dentro de nuestros cuerpos.
Leif Haugen, un vigía forestal en un lugar apartado en el Bosque Nacional Flathead en el noreste de Montana, comparte lo que se siente vivir solo en la naturaleza, que es una experiencia que muchos de nosotros viviendo en el siglo 21 jamás tendremos.
En un mundo en el que para el 2015 el 70% de la población vivirá en las áreas urbanas (y más de la mitad ya lo hacen), se está volviendo cada vez más importante entender la importancia de la presencia de la naturaleza en nuestras vidas, así como lo que sucede si nos separamos de ella.
La vida en la ciudad se relaciona con trastornos de la ansiedad y el estado de ánimo
Las personas que viven en la ciudad tienen una mayor probabilidad de padecer trastornos de estado de ánimo, ansiedad y esquizofrenia en comparación con las personas que viven en entornos más rurales.
Los investigadores del Instituto Universitario de Salud Mental Douglas en la Universidad McGill en Canadá se propusieron a determinar si los cambios en los procesos neurales podrían ser los responsables de estos hallazgos.
Utilizaron la imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) para monitorear los cerebros de 32 adultos sanos a quienes se les pidió que completaran problemas de matemáticas difíciles mientras eran cronometrados y escuchaban respuestas verbales negativas.
Aquellas personas que vivían en entornos urbanos tuvieron una mayor actividad en el área de la amígdala del cerebro, que está involucrada en emociones como el miedo y las respuestas a las amenazas.
Las personas que vivieron en ciudades durante los primeros 15 años de su vida también tuvieron una mayor actividad en la corteza circunvolución del cíngulo anterior, que ayuda a regular la amígdala. En pocas palabras, las personas que crecieron en entornos urbanos tuvieron una mayor sensibilidad al estrés.
En un editorial acompañante, Daniel Kennedy, Ph.D. y Ralph Adolphs, Ph.D., ambos del Instituto de Tecnología de California, explicaron que la vida en la ciudad afecta a las personas de diferente manera y que el nivel de autonomía puede desempeñar un papel muy importante en qué tan estresante es para usted.
“Existen grandes diferencias en las preferencias de los individuos y la capacidad para lidiar con la vida en la ciudad: a algunas personas les va bien viviendo en la ciudad de Nueva York, mientras que otras la cambiarían por la vida en una isla desierta.
Los psicólogos han encontrado que un factor importante que influye en esta variabilidad es el grado de control percibido que tienen las personas sobre sus vidas diarias.
La amenaza social, la falta de control y la subordinación son probables candidatos para la mediación de los efectos estresantes de la vida en la ciudad y probablemente son en gran parte responsables de las diferencias individuales observadas”.
La naturaleza al rescate
¿Qué más podría afectar su capacidad para progresar en un entorno urbano? El acceso a la naturaleza. Una gran cantidad de investigaciones demuestran los efectos calmantes y curativos que tiene la naturaleza en el cuerpo y la mente humana.
Por ejemplo, una investigación publicada en PNAS encontró que las personas que dieron una caminata de 90 minutos en la naturaleza reportaron niveles más bajos de rumia y tuvieron una menor actividad neural en el área del cerebro que se relaciona con el riesgo de enfermedades mentales como la depresión (la corteza prefrontal subgenual) en comparación con las personas que dieron caminatas comparables en la ciudad.
“Estos resultados sugieren que las áreas naturales accesibles podrían ser vitales para la salud mental en nuestro mundo en rápida urbanización”, señalaron los investigadores.
Otra investigación ha demostrado que incluso el hecho de ver imágenes de paisajes naturales activa áreas del cerebro relacionadas con la empatía y el altruismo. Por el contrario, ver imágenes urbanas activa el flujo sanguíneo en la amígdala relacionada con el miedo.
“Shinrin-yoku”, que es el término japonés para “baño de bosque” o pasar tiempo en el bosque, también se dice que beneficia la salud física y mental porque a través del aire del bosque se pueden inhalar bacterias beneficiosas, aceites esenciales derivados de plantas, así como iones con carga negativa.
Vivir cerca de la naturaleza podría extender su esperanza de vida
En un estudio que siguió a más de 100 000 mujeres, aquellas que vivían cerca de una vegetación verde tuvieron una tasa 12% menor de muerte prematura no-accidental en comparación con las personas que vivían en áreas con una menor vegetación. En concreto, las personas que viven en áreas más verdes tuvieron una:
  • Tasa de muerte 41% menor de enfermedad renal
  • Tasa de muerte 34% menor de enfermedad respiratoria
  • Tasa de muerte 13% menor de cáncer
Los investigadores sugirieron que el 30% de los beneficios de longevidad podrían deberse al efecto beneficioso en la salud mental. Una mayor vegetación también podría afectar la esperanza de vida al fomentar una mayor actividad física y compromiso social, así como una menor exposición a la contaminación del aire.
La función cognitiva también podría mejorar. En un estudio de 2 600 niños de entre 7 y 10 años de edad, aquellos con mayor exposición a los espacios verdes, particularmente mientras están en la escuela, mostro una mejora en la memoria de trabajo y una menor falta de atención.
En ese caso, una gran parte del beneficio (desde el 20% al 65%) se atribuyó a una reducción en la exposición a la contaminación del aire como resultado de los espacios verdes, pero también hay investigaciones previas que sugieren que “la entrada de microbios” a causa de pasar tiempo en la naturaleza desempeña un papel importante en el desarrollo del cerebro.
Un estudio realizado en el 2014 encontró de manera similar que los niños que van a escuelas que tienen mucha vegetación tuvieron una mayor puntuación en las pruebas académicas tanto de inglés como de matemáticas.
Sin mencionar que los adultos mayores que pasan más tiempo al aire libre tienen menos dolor, duermen mejor y tienen un menor deterioro funcional en su capacidad para realizar sus actividades diarias.
4 beneficios adicionales de pasar tiempo en la naturaleza
Las personas que viven en un entorno más verde reportan menos problemas de salud y una mejor salud mental.Y todos los tipos de espacios verdes – parques en la ciudad, zonas agrícolas, bosque y otros – son igual de beneficiosos.
Además, en la primera revisión sistemática sobre los beneficios para la salud de los espacios verdes, se encontró que vivir en entornos más verdes se relaciona con una mejor salud mental y una menor mortalidad por cualquier causa.
Así que si puede tener al menos unos minutos al día para entrar en contacto con la naturaleza, probablemente obtendrá grandes beneficios, incluyendo:
  • 1.Mejorar atención: Entre los niños con TDAH, pasar tiempo en la naturaleza produce mejoras en la atención y mejores puntuaciones en las pruebas de concentración. Richard Louv, in su libro titulado “Last Child in the Woods”, incluso utilizó el término “trastorno por déficit de naturaleza” para describir los problemas de comportamiento que según él se derivan de pasar menos tiempo al aire libre.
  • 2.Mayor creatividad: Un estudio encontró que caminar aumentó un 81% la creatividad de los participantes, pero caminar al aire libre produjo “las antologías más novedosas y de la más alta calidad”.
  • 3.Mejor entrenamiento: Un meta-análisis de 10 estudios encontró que tan solo cinco minutos de actividad física al aire libre produce mejoras medibles en el estado de ánimo y autoestima. Los niveles de la hormona del estrés, cortisol, también se reducen cuando las personas hacen ejercicio al aire libre a diferencia de cuando se ejercitan en espacios cerrados.
  • 4.Menos dolor y mejor sueño: Los adultos mayores que pasaron más tiempo al aire libre tuvieron menos dolor, durmieron mejor y tuvieron un menor deterioro funcional en su capacidad de realizar sus actividades cotidianas.20 De acuerdo con la investigación publicada enBioPsychoSocial Medicine:
“El poder curativo de la naturaleza, vis naturae medicatrix, tradicionalmente se ha definido como una respuesta de curación interna diseñado para restaurar la salud.
Hace casi un siglo, el famoso biólogo Sir John Arthur Thomson proporcionó una interpretación adicional de la palabra naturaleza dentro del contexto de vis medicatrix, al definirla como el entorno externo natural, sin construir.
Mantuvo que el poder curativo de la naturaleza también se relaciona con el contacto consciente con las porciones naturales animadas y no animadas del entorno exterior.
…Con las preocupaciones ambientales, las rápidas expansiones urbanas y los trastornos de salud mental en niveles de crisis, un menor contacto con la naturaleza puede tener consecuencias en la salud en las personas y el planeta”.
Incluso un rápido “escape a la naturaleza” podría proporcionarle una restauración física y mental
Un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health (IJERPH) también resaltó la necesidad para los residentes de los entornos urbanos de encontrar alivio a los estresores urbanos, de preferencia al tener acceso a espacios abiertos al aire libre. Los investigadores explicaron:
“Cada vez hay más evidencia científica de que los espacios abiertos con elementos naturales o vegetación, es decir espacios verdes, proporcionan oportunidades para la restauración.
Numerosos estudios… han demostrado que el contacto con los entornos verdes reales o simulados, a diferencia de entornos construidos tiene efectos positivos en el estado de ánimo, autoestima y sentimientos autoreportados de estrés y depresión y puede ayudar a recuperarse del estrés y la fatiga de atención”.
El estudio se enfocó en el sistema nervioso simpático y parasimpático, que controla el estrés ya sea activando la “respuesta de lucha o huida” o al aumentar la calma fisiológica, respectivamente.
Los estudiantes portaron sensores para monitorear su ritmo cardíaco y otras funciones y posteriormente les mostraron fotos de espacios verdes y urbanos. Las fotos se mostraron antes y después de que los estudiantes resolvieran problemas de matemáticas difíciles diseñados para elevar los niveles de estrés.
Cuando vieron las fotos de los espacios verdes después de la prueba de matemáticas, el sistema nervioso parasimpático se activó y sus ritmos cardíacos disminuyeron. Los investigadores concluyeron:
“Este estudio indica que cinco minutos de ver imágenes de espacios verdes puede reforzar la recuperación del estrés como con una mayor actividad parasimpática. Estos hallazgos fortalecen y profundizan el creciente número de evidencia sobre los beneficios de salud de los espacios verdes en el espacio vital. En particular, los presentes hallazgos señalan la importancia del acceso visual a los espacios verdes al proporcionar oportunidades micro—restauradoras de fácil acceso”.
Haga de la naturaleza una parte regular de su día
De ser posible, trate de pasar más tiempo en la naturaleza todos los días. Esto puede ser algo tan simple como caminar por una calle arbolada, pasar tiempo en su patio trasero y comer al aire libre en el parque de la ciudad.
Cuando el tiempo se lo permita, trate de sumergirse aún más en la naturaleza, puede hacer una excursión en una reserva natural, ir en canoa por el río o incluso acampar al aire libre durante un fin de semana.
Su cuerpo puede decirle cuánta naturaleza necesita para sentirse completamente recargado, así que trate de respetar lo que su cuerpo le dice. Incluso una pequeña dosis de naturaleza es mejor que nada y si por alguna razón no puede entrar en contacto con la naturaleza, el simple hecho de ver fotos o videos de paisajes podría ayudarle a reducir el estrés.
Puede utilizar la Técnica de Liberación Emocional (EFT) para aliviar el estrés causado por la vida urbanizada. Esto podría ser especialmente útil para esos momentos en los que se siente “atrapado” en la ciudad, pero una vez que aprenda a hacerlo, puede practicar el EFT al aire libre en la naturaleza para obtener aún más efectos curativos.
Visto en : Sott.net

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