El cerebro espiritual
ojodeltiempo.com
Así que en un mundo con predominio materialista, en donde, debido a que se ha privilegiado el tener más que el ser, empezamos a reencontrar la importancia que tiene la espiritualidad, y claro que al referirme a ella, me refiero a formas de ver y enfrentar la vida.
Así que agradecí a mi amigo por compartir esta información de carácter científico porque va de acuerdo a muchas enseñanzas y filosofías practicadas hace mucho tiempo atrás.
Mucha gente piensa que el Espíritu se encuentra únicamente en la cima de la montaña, y no es así. Para el desarrollo espiritual es tan importante la sexualidad como la meditación. Es preciso que el desarrollo de la persona sea lo más integral posible.
Además, hay que advertir que el pie de la montaña sostiene la cima, por tanto, para una espiritualidad sana y fructífera es necesario tener en cuenta todas las dimensiones del Ser.
A la hora de definir cómo vamos a educar a las y los hijos y a escolares tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué tipo de hombre y mujer queremos que desarrollen nuestros niños y niñas. Con todo lo que sabemos actualmente sobre el ser humano, gracias a la investigación y los conocimientos que nos aportan las ciencias, debemos revisar, actualizar, refundar la educación que venimos ofreciendo.
El ser humano sin su dimensión espiritual es un ser parcializado, recortado precisamente en la dimensión que más le caracteriza y le sitúa por encima de los demás mamíferos y seres vivos conocidos.
Si la antropología general y cultural, la biología y genética, la neurología y psicología transpersonal, la epistemología, psicología existencial y logoterapia, el focusing, la bioenergética, la física, la pedagogía holística, etc., afirman la dimensión espiritual del ser humano, ¿por qué nuestro sistema educativo la elimina, prescinde de ella y pretende formar a los educandos “integralmente” apuntandoles esta dimensión constituyente de su ser?
Algunos elementos de una educación de la espiritualidad para nuestros días:
por Pablo Klte
Se
habla de la creación del primer mapa del cerebro místico en donde
científicos de grandes universidades, tales como Pennsylvania, Johns
Hopkins o Harvard, utilizando tecnologías de punta trabajan para
analizar el cerebro de personas que afirman haber conocido la
espiritualidad. Entre los estudios mencionan que las personas que
meditan o que hacen oración intensifican la actividad neuronal en la
parte frontal del cerebro, lugar de las funciones superiores de las
personas.
Otro aspecto de la espiritualidad humana, cuya relación
con el cerebro se está investigando, es el del efecto de los
pensamientos espirituales y de las oraciones sobre la capacidad del ser
humano para recuperarse de las enfermedades.Así que en un mundo con predominio materialista, en donde, debido a que se ha privilegiado el tener más que el ser, empezamos a reencontrar la importancia que tiene la espiritualidad, y claro que al referirme a ella, me refiero a formas de ver y enfrentar la vida.
Así que agradecí a mi amigo por compartir esta información de carácter científico porque va de acuerdo a muchas enseñanzas y filosofías practicadas hace mucho tiempo atrás.
Mucha gente piensa que el Espíritu se encuentra únicamente en la cima de la montaña, y no es así. Para el desarrollo espiritual es tan importante la sexualidad como la meditación. Es preciso que el desarrollo de la persona sea lo más integral posible.
Además, hay que advertir que el pie de la montaña sostiene la cima, por tanto, para una espiritualidad sana y fructífera es necesario tener en cuenta todas las dimensiones del Ser.
A la hora de definir cómo vamos a educar a las y los hijos y a escolares tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué tipo de hombre y mujer queremos que desarrollen nuestros niños y niñas. Con todo lo que sabemos actualmente sobre el ser humano, gracias a la investigación y los conocimientos que nos aportan las ciencias, debemos revisar, actualizar, refundar la educación que venimos ofreciendo.
El ser humano sin su dimensión espiritual es un ser parcializado, recortado precisamente en la dimensión que más le caracteriza y le sitúa por encima de los demás mamíferos y seres vivos conocidos.
Si la antropología general y cultural, la biología y genética, la neurología y psicología transpersonal, la epistemología, psicología existencial y logoterapia, el focusing, la bioenergética, la física, la pedagogía holística, etc., afirman la dimensión espiritual del ser humano, ¿por qué nuestro sistema educativo la elimina, prescinde de ella y pretende formar a los educandos “integralmente” apuntandoles esta dimensión constituyente de su ser?
Algunos elementos de una educación de la espiritualidad para nuestros días:
- Educación para amar y respetar a todas las personas y a todo el universo.
- Desarrollo e investigación sobre las preocupaciones últimas o más profundas.
- Educación de la atención y el autodominio. (Tan necesario y diferente a la cultura del clik).
- Capacidad progresiva de escuchar la voz del silencio y observación de la propia mente. (Aunque con tanto ruido de los medios, poco entramos a escucharnos)
- Aprender cómo mantener la mente lúcida. (Y no sólo hacerla revolotear de lado a lado).
- Respeto y aprecio de la sabiduría de los mayores. (Algo que hemos perdido)
- Saber escuchar y tener paciencia.
- Saberse finito con un espíritu eterno.
- Sencillez, esencialidad, ligereza de equipaje (aunque nos quieran vender todo).
- Crítica social, consecuencias de nuestros hábitos y modos de vivir (así no dañaríamos a nadie y menos a nuestro mundo).
- Educación de la integridad, coherencia, unificación de pensamiento y acto.
Todo ello se logra sólo con una verdadera educación integral.
¿No
será que andamos transitando por otros caminos, buscando reformas
educativas de diversas formas, cuando estamos dejando de lado partes
esenciales del propio ser humano? ¿No será que con una educación
integral no se necesitarían leyes anticorrupción?. Bueno, sólo son
algunas de las preguntas que me permito proponer en esta ocasión.
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