LA PELIGROSA CEGUERA ANTE LA GRAN MANIPULACION GLOBAL

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10-estrategias-de-manipulacion-mediaticaCuando uno profundiza en el conocimiento  –me parece pedante decir “desarrolla”- de la percepción de la existencia de planos sutiles de la Naturaleza (y de las entidades que existen en esos planos) se encuentra atrapado entre dos fuegos, siendo éste el primer “disuasivo” que tiende a alejarnos de estas disciplinas. Pues mientras por un lado nuestra natural, obvia ignorancia de esos planos nos lleva a explorar en ocasiones callejones sin salida, a especular y teorizar, a malinterpretar fenómenos y tratar de decodificar vivencias, por otro el Paradigma Dominante tiende a señalarnos como irracionales y potencialmente desquilibrados, no siendo pocas las veces en que uno, tratando de ser sensato, se pregunta a sí mismo si no será así.
A medida que avanza casi explorando a tientas estos nuevos territorios, convive no solamente con otros “exploradores” en igualdad de condiciones sino también con sibilinos desorientadores: los gurúes con todas las respuestas y los mercachifles de la ilusiòn ajena. Ambos, sabiéndolo o no, terminan siendo funcionales al Paradigma Dominante. Este Paradigma Dominante es la construcciòn social que a través de los siglos crea la tendencia inconsciente colectiva de cuál es la manera “sensata” de percibir la Realidad. La política, la Historia y los medios de comunicación son las herramientas con las cuales se programa, profundamente, las características acordes a ese Paradigma en cada uno de nosotros.
Uno se pregunta cómo es posible que ante tantas evidencias, directas e indirectas, respecto a la Gran Manipulaciòn que somos objetos, tanta gente razonable y despierta sigue pensando que se trata de, simplemente, la “locura de las conspiraciones”. Cómo  es posible que no solamente no se rindan ante las evidencias, sino que ni siquiera se pregunten con objetividad cuánto puede haber de cierto y lo exploren, o busquen el debate –en el adecuado sentido de intercambio intelectual- con quienes somos conscientes de esos procesos. Y creo que la respuesta tiene que ver con la vulnerabilidad ante el obvio mecanismo manipulador.
La mentada Programaciòn (o Manipulaciòn) tiene una estructura obvia, sencilla y eficiente: por un lado, la sobredosis informativa. Nuestro cerebro alcanza a procesar un número dado de referencias simultáneas. Eso, como sociedad, hizo posible que en el pasado –y no necesariamente lejano- una sola de las evidencias que los teóricos de la Manipulaciòn presentamos ha desencadenado revoluciones o volteado gobiernos. Vicente Fuentes, investigador español, cita sensatamente el caso Watergate: la evidencia de micrófonos ocultos por parte de la administración Nixon basto para forzarle a la renuncia. Hoy en día esa historia parece casi una charada de estudiantes ante tanto espionaje, asesinatos por encargo, envenenamientos masivos, experimentaciones con la sociedad, endeudamientos salvajes de países incapacitados de defenderse, Wikileaks proporcionándonos miles de testimoniales escandalosos….. pero nadie “cae” por ello.
Esto es consecuencia directa de la sobrecarga de estímulos sensoriales a nuestro sistema nervioso e intelectual, es decir, esa sobresaturación informativa a la que hiciera referencia. Bombardeados por avalanchas de denuncias, cámaras ocultas, datos cruzados, nuestros cerebros reaccionan defensivamente reduciendo el nivel de “enfoque” (interés) y compromiso (respuesta emocional) que los mismos pueden causarnos.
A la sobrecarga informativa se agrega, socialmente, la adaptación colectiva del “lavado cerebral” más rancio. Cuando en los años ’50 se quería “reprogramar” un individuo, la técnica habitual era colocarle un casco con dos auriculares. Por un lado, escuchaba una afirmación. Por el otro, simultáneamente, otra afirmación pero totalmente opuesta a la primera. La conciencia no puede soportar demediado tiempo esta antinomia y se producía lo que se llama una “disrupción de la conciencia”: se cae en una especie de trance conciente, donde la capacidad de crítica objetiva se ve obnubilada y el sujeto, estando conciente, no puede construir razonamientos que no sean el reflejo de uno u otro auricular. Y,. en el mejor de los casos, esforzarse por autojustificar sus contradicciones y actuando bipolarmente. Entonces, quizás habrán notado ustedes, amigos lectores, cómo la “realidad” que se nos cuenta es también “bipolar”. Desde los bandos “buenos” (siempre muy buenos) y los bandos “malos” (siempre muy malos) de la Historia hasta el bipartidismo culturalmente dominante en la política de las naciones llamadas “democráticas”.
Así, gente que comparte no sólo educación y acceso a la información sino que pertenecen al mismo espectro psicosociológico (y donde ambos resultarían airosos en cualquier examen psiquiátrico) perciben dos Realidades completamente distintas. ¡Cuántas veces me ha ocurrido que, entrevistado por algún periodista entusiasmado por algún comentario mío sobre los Illuminati (y apoyando su entrevista en algunas de mis investigaciones) frunce el ceño con desagrado cuando llego al punto de vincular al Poder en las Sombras con entidades no físicas o no humanas!. Es “correcto” –desde su lectura- explorar las manipulaciones ocultas. Es “conspiranoico” –en sentido despectivo- es “poco serio” meter extraterrestres o entidades espirituales en la ecuación., aún cuando las líneas de razonamiento y evidencias que llevaron en determinada direcciòn original la indagación continúen, simple y obviamente, señalando  esa conclusión final…

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