15 preguntas que debes hacerte para definir el rumbo de tu vida
harmonia.la
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Cuando
vamos a la escuela, entre otras muchas cosas, aprendemos sobre los
diferentes sistemas del cuerpo y sus funciones. La información que
integramos sobre los sistemas endocrino, respiratorio, circulatorio,
nervioso y reproductivo nos permite comprender mejor cómo funciona
nuestro cuerpo, dándonos también algunas claves sobre qué aspectos
debemos cuidar para mantenerlo en óptimo estado. Esto es muy razonable
porque después de todo cuidar nuestro cuerpo y su salud es nuestra
responsabilidad pero, interesantemente, no hemos aprendido de la misma
manera sobre nuestro cuerpo sutil o energético.
Ello
obedece a diferentes razones: por un lado su invisibilidad para el ojo
humano hace que dudemos seriamente de su existencia; por otro lado ese
razonamiento proviene de un paradigma ideológico derivado de ciertos
eventos históricos que han moldeado el mundo tal y como lo conocemos.
Antes que nada vale la pena recordar que al igual que las ondas de
radio, televisión y Wi-Fi que están a nuestro alrededor constantemente
pero que no vemos, este campo
electromagnético no se expresa dentro del espectro visible para el ojo
humano, lo cual no significa que no exista. En segundo lugar es oportuno
recordar que conforme la ciencia comenzó a hacer avances cada vez
mayores en el conocimiento del mundo que nos rodea emergió un conflicto
con las instituciones religiosas, que fue mediado a través de una
repartición de las áreas de conocimiento: la ciencia estudiaría las
leyes naturales del mundo material y la iglesia se dedicaría a todo lo
que abarcara el mundo del espíritu, lo invisible.
Desafortunadamente
esto ha dado lugar a numerosas confusiones que han moldeado la forma en
que nos vemos a nosotros mismos y al mundo, de tal manera que al
concentrarnos excesivamente en el mundo material y nuestra propia
dimensión material nos desconectamos de nuestra dimensión espiritual,
sutil e invisible para nuestros ojos pero que constantemente nos da
información sobre nosotros mismos y los objetos y seres que nos rodean.
Además, a través del sistema de chakras y el aura nos conectamos con la
Tierra, la divinidad mediante nuestro ser superior y los otros seres,
que en realidad también somos nosotros, lo cual nos conecta a la
conciencia de unidad con todo lo que nos rodea. Por esta razón, enteder
este sistema es crucial para lograr nuestro equilibrio y desarrollo
espiritual, mental y físico. Este cuerpo o sistema está conformado por
diferentes componentes y los dos principales son el aura y los chakras.
El aura
El
aura es un campo de energía eléctrica que emana de nuestro cuerpo y
forma una suerte de burbuja o huevo áurico. Está conformado de varias
capas que provienen de los chakras.
Los chakras
Son vórtices de energía en diferentes puntos del cuerpo. Puedes leer más con respecto a los chakraa aquí. Los colores que se pueden ver en el aura están basados en las vibraciones que se expresan a través de los chakras,
de tal manera que la información del aura cambia constantemente,
reflejando estados físicos y emocionales. Además, las principales
funciones del cuerpo energético o sutil son protección e intercambio de
información.
Protección
El
aura forma una barrera de energía entre tu cuerpo físico y el resto del
mundo. Cuando está sana, logra aislarte de las diferentes energías que
te rodean. Por otro lado, cuando su salud se ve vulnerada podemos
sentirnos ansiosos, atacados y confundirnos al experimentar
constantemente emociones, pensamientos y conflictos de otros.
Intercambio de información
El
aura es como un campo interactivo con mucha información de todo tipo,
incluida tu salud física o tu estado emocional, tus pensamientos e
intenciones, cómo te sientes con respecto a ti mismo u otras personas y
un largo etcétera. El aura de cada persona recibe información de todo lo
que le rodea, tanto personas como animales, plantas, guías y lugares.
También nos permite influenciarlos, tal y como Ramana Maharishi indicó
cuando dijo:
Un iluminado emana ondas de influencia
espiritual desde su aura que atraen a muchas personas hacia a él. Pero
él puede sentarse en una cueva y mantener completo silencio.
Quizá
la próxima vez que pensemos en nosotros lo podamos hacer desde un punto
de vista más amplio y recordar las palabras del reconocido
neurocientífico Oliver Sacks:
Tenemos cinco sentidos
que glorificamos, reconocemos y celebramos, sentidos que constituyen el
mundo sensible para nosotros. Pero hay otros sentidos, sentidos
secretos, sextos sentidos, si así lo desean, igualmente vitales pero no
reconocidos y descartados.
Con información de Chakra Anatomy y The History of Western Philosophy de Bertrand Russell
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