¿Aliens detrás de inexplicables explosiones fuera de la galaxia?
Inquietante fenómeno recientemente descubierto podría aclarar si hay más vida inteligente en el universo
Se les conoce como fast radio burst
(FRB) o explosiones rápidas de radio y fueron descubiertas por primera
vez durante el 2007, en el radiotelescopio Parkes de Australia y el
telescopio de Arecibo en Puerto Rico. Las describen como liberaciones de
ondas de radio extremadamente cortas (duran apenas unos milisegundos) y
muy intensas que provienen de una fuente desconocida en el universo.
Por
más que distintos investigadores y astrofísicos han intentado explicar
su causa u origen aún se aventuran diversas teorías, sin que se haya
llegado a una conclusión determinante. Varios grupos de astrónomos desde
diferentes observatorios del mundo, coordinados por la investigadora
Emily Petroff de la Swinburne University of Technology en Melbourne,
dieron seguimiento al fenómeno estudiándolo con diferentes longitudes de
onda como luz visible, infrarroja, ultravioleta y rayos X, descubrieron
muy poco sobre este intrigante fenómeno.
Estas
explosiones expiden en unos cuantos milisegundos tanta energía como
nuestro Sol en todo un día, pero no arrojan una cantidad de luz
equivalente. Esto hace que se descarte alguna relación con nacimientos
de estrellas o supernovas a través de explosiones de rayos gamma.
Esta teoría
apuesta por su relación con colisiones o sismos estelares o un posible
vínculo con objetos compactos con alta concentración energética, como
agujeros negro o estrellas de neutrones.
Otra teoría,
formulada por dos físicas de Harvard, Avi Loeb y Manasvi Lingam, es que
la explicación podría hallarse en la suposición de que que el origen de
dichas explosiones es artificial, es decir, que podría tratarse de un
evento provocado, a través de tecnología desarrollada para ello, por una
civilización más avanzada. En otras palabras: aliens.
Aunque
para muchos esta postura pueda sonar disparatada, siempre vale la pena
agotar las posibles respuestas a preguntas tan amplias. Después de todo,
los datos duros son los que tienen la última palabra en la ciencia.
En una entrevista, Loeb dijo: “La ciencia no es un asunto de creencias, es un asunto de evidencias”.
Hasta
ahora sólo se han podido detectar 17 explosiones. De acuerdo con estas
investigadoras, por la brevedad del fenómeno, su anomalía y poder, bien
podría tratarse de energía utilizada para impulsar las “velas” de
grandes naves espaciales de aproximadamente 1 millón de toneladas,
suficiente peso como para cargar seres vivos y llevarlos por distancias
intergalácticas con todas sus posibles necesidades cubiertas.
¿Será ésta la respuesta correcta?
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