Cumbre de Ruta de la Seda: último paso hacia la quiebra del dominio de EEUU
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El Foro Internacional "Cinturón y Ruta de la Seda" celebrado el 14 y 15 de mayo en Pekín, es un paso decisivo en el viraje global a favor de los países emergentes y en desarrollo. La Ruta terrestre y marítima conecta China y Asia con Europa, incluye 65 países con 4.400 millones de habitantes, el 63% de la población mundial, y casi el 30% del PIB global.
En Pekín se dieron cita 28 presidentes y primeros ministros, cien ministros y unos 1.200 delegados de todo el mundo. Entre las presencias destaca la de Vladimir Putin, lo que implica la consolidación de la alianza estratégica Rusia-China, mientras la ausencia más notoria fue la de Donald Trump.
Fotos: El Primer Foro Internacional de la Ruta de la Seda
Los seis corredores de la Ruta pasan por Rusia o por las repúblicas de Asia Central (Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán), además de Sri Lanka, Turquía y Mongolia. Las obras de la Ruta de la Seda consisten en ferrocarriles, carreteras, puertos, aeropuertos, oleoductos y redes de internet con los que China apuesta a lubricar el comercio mundial y potenciar la globalización, mientras Estados Unidos tiende a aislarse en un proteccionismo defensivo.
En opinión de Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, "la Franja y la Ruta tiene la potencialidad para modificar el mapa económico mundial y proyectar un nuevo modelo de globalización. Incluso sus más aciagos detractores lo reconocen".
Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de la iniciativa es que "está ayudando a los países a unirse", como sostiene el oficialista Global Times. En su discurso de apertura del Foro, el presidente Xi Jinping explicó que el Cinturón y la Ruta es "el proyecto del siglo", que definió como "un camino de paz" que busca convertir "la actual gobernanza global en una versión más inclusiva y más justa".
Lea más: Banco de Desarrollo chino inyectará $36.200 millones en proyectos de la Franja y la Ruta
Según Escobar, estamos ante un proyecto de "globalización inclusiva" que pasa por "des-americanizar la globalización", lo que supone un fuerte contraste con la política de Washington (goo.gl/G5i7tn).
Incluso el ascenso de Estados Unidos al rango de gran potencia, fue posible porque esa sociedad había realizado notables conquistas en el terreno científico y en el cultural, convirtiéndose en polo de atracción para muchísimas personas alrededor del mundo.
En los hechos ambos países se posicionan de la misma manera en los más conflictivos escenarios, como en la guerra siria, y apuntan a profundizar la cooperación económica y energética a la vez que tienden a elevarla hacia otras áreas, como la innovación y las tecnologías. En los hechos, está naciendo un mundo centrado en Eurasia.
El Foro Internacional "Cinturón y Ruta de la Seda" celebrado el 14 y 15 de mayo en Pekín, es un paso decisivo en el viraje global a favor de los países emergentes y en desarrollo. La Ruta terrestre y marítima conecta China y Asia con Europa, incluye 65 países con 4.400 millones de habitantes, el 63% de la población mundial, y casi el 30% del PIB global.
En Pekín se dieron cita 28 presidentes y primeros ministros, cien ministros y unos 1.200 delegados de todo el mundo. Entre las presencias destaca la de Vladimir Putin, lo que implica la consolidación de la alianza estratégica Rusia-China, mientras la ausencia más notoria fue la de Donald Trump.
Entre
los europeos predomina la división. Asistieron mandatarios de primer
nivel de España, Italia, Grecia, Suiza, Polonia, Hungría, República
Checa y Serbia, mientras Alemania, Francia, Gran Bretaña y Japón
enviaron delegaciones de menor nivel. La ausencia de India es la más
notoria, molesta por el "corredor económico" que China construye en
Pakistán, uniendo Xinjiang con el estratégico puerto de Gwadar en el mar
Arábigo.
En América Latina destacó la presencia de Chile y
Argentina, países que apuestan fuerte al comercio con China y a las
inversiones del dragón en sus economías. Brasil envió una delegación
simbólica y México estuvo también ausente.Fotos: El Primer Foro Internacional de la Ruta de la Seda
Los seis corredores de la Ruta pasan por Rusia o por las repúblicas de Asia Central (Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán), además de Sri Lanka, Turquía y Mongolia. Las obras de la Ruta de la Seda consisten en ferrocarriles, carreteras, puertos, aeropuertos, oleoductos y redes de internet con los que China apuesta a lubricar el comercio mundial y potenciar la globalización, mientras Estados Unidos tiende a aislarse en un proteccionismo defensivo.
El año pasado los bancos estatales chinos
anunciaron
que disponen de 900.000 millones de dólares para financiar mil
proyectos de la Ruta de la Seda, en la que participa también el Banco
Asiático de Infraestructura e Inversiones (AIIB). Muchos de los
proyectos incluyen empresas estatales chinas de petróleo y gas, pero
también han confirmado su participación las occidentales General
Electric y Siemens, entre otras.
En el largo plazo, la Ruta de la
Seda "podría impulsar la internacionalización del yuan fomentando su uso
tanto en transacciones comerciales como financieras", sostiene
Tianjie He, de Oxford Economics. La internacionalización de la moneda
china, clave en su ascenso al rango de potencia global, se verá
facilitada porque las enormes obras que requiere la Ruta serán préstamos
chinos en su propia moneda.En opinión de Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, "la Franja y la Ruta tiene la potencialidad para modificar el mapa económico mundial y proyectar un nuevo modelo de globalización. Incluso sus más aciagos detractores lo reconocen".
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REUTERS/ Kim Kyung-Hoon
Uno
de los hechos que más sorprende es la rapidez con que ha despegado la
Ruta de la Seda. Cuando se lanzó la iniciativa, en 2013, apenas 17
trenes de carga unieron China con Europa. En 2016, fueron 1.702, cien
veces más en cuatro años. "Frenética" es la palabra
usada
por el analista Pepe Escobar para explicar la construcción de 51 líneas
de trenes que unen 28 ciudades de Europa y 27 de China.
Considera
que las inversiones en la Ruta "serán un impulso para las economías,
desde Bangladesh hasta Egipto y desde Myanmar hasta Tajikistan".
En el mismo lapso de solo cuatro años, China abrió
356 líneas internacionales de transporte de mercancías y pasajeros a lo
largo de las carreteras del Cinturón y la Ruta y opera 4.200 rutas
aéreas semanales entre el dragón y sus socios de la Ruta.Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de la iniciativa es que "está ayudando a los países a unirse", como sostiene el oficialista Global Times. En su discurso de apertura del Foro, el presidente Xi Jinping explicó que el Cinturón y la Ruta es "el proyecto del siglo", que definió como "un camino de paz" que busca convertir "la actual gobernanza global en una versión más inclusiva y más justa".
Lea más: Banco de Desarrollo chino inyectará $36.200 millones en proyectos de la Franja y la Ruta
Según Escobar, estamos ante un proyecto de "globalización inclusiva" que pasa por "des-americanizar la globalización", lo que supone un fuerte contraste con la política de Washington (goo.gl/G5i7tn).
Ningún
país puede alcanzar el rango de potencia hegemónica en base a la fuerza
militar. Por el contrario, para alcanzar la hegemonía sin dominación
una nación debe encarnar visiones del mundo capaces de atraer el interés
de millones de personas en los más remotos rincones.
Algo así
sucedió con la Revolución de Octubre, un siglo atrás. El poder de los
soviets entusiasmó y enamoró (literalmente) a millones de obreros y
campesinos en todo el mundo, ya que era la primera vez en la historia
que los de abajo ejercían el poder y lo hacían a favor de los
desheredados.Incluso el ascenso de Estados Unidos al rango de gran potencia, fue posible porque esa sociedad había realizado notables conquistas en el terreno científico y en el cultural, convirtiéndose en polo de atracción para muchísimas personas alrededor del mundo.
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REUTERS/ Nicolas Asfouri
Por
el contrario, la actual supremacía estadounidense, anclada en la
potencia de sus armas, es un síntoma de decadencia, como lo fue el poder
militar de los nazis. Nunca en la historia el dinero y las armas fueron
suficientes para sostener una supremacía, que siempre se asentó en el
resplandor de una nueva cultura política.
La milenaria China
parece haber comprendido que debe mostrarle al mundo que su superioridad
económica debe jugar a favor de la mayoría de las naciones. En
paralelo, la colaboración estratégica entre Rusia y China es la
"salvaguarda de la paz y la estabilidad regionales y mundiales", según afirmó Xi en su discurso.En los hechos ambos países se posicionan de la misma manera en los más conflictivos escenarios, como en la guerra siria, y apuntan a profundizar la cooperación económica y energética a la vez que tienden a elevarla hacia otras áreas, como la innovación y las tecnologías. En los hechos, está naciendo un mundo centrado en Eurasia.
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