De los dioses que se aferran al inconsciente colectivo
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Dejamos de lado de momento todo el proceso que hemos estado explicando de cómo potenciar la conexión con nuestro ser, Yo Superior, etc.,
esperando que, poco a poco, aquellas personas que lo vayan trabajando
sean capaces de establecer, aunque sea de forma esporádica, la
suficiente conexión directa y consciente para ir viendo cómo esa parte
más elevada de todos y cada uno de nosotros puede guiarnos y hacernos
caminar por los senderos que cada uno debe recorrer de la forma más
adecuada y alineada con la hoja de ruta que tengamos.
Puesto
que lo anterior es un proceso que depende del trabajo interior, y
conociendo lo que debe suceder, ya no tiene sentido estar repitiéndolo
una y otra vez, pues aunque los procesos y rutinas de la psique, y el
programa ego van a tratar de que todo lo anterior no se lleve a cabo, el
simple hecho de que todo lo que se ha explicado ya esté imbuido en
alguna parte de nosotros bastará para que, desde dentro,
puedan irse dando los pequeños cambios que llevarán a conseguir ese
enlace mente consciente-ser y se detonen más fácilmente, por ser
comprendidos a nivel consciente, las experiencias y vivencias necesarias
para completar lo que cada uno tenga que completar.
Que sucede en el inconsciente colectivo
Nuestro
siguiente objetivo es explicar porqué debemos hacer estos cambios
mencionados y porqué nos centramos en ellos, ya que están relacionados
con los movimientos que han de darse en el inconsciente colectivo del
que ya hemos hablado muchas veces. A este respecto, os decía en el
anterior artículo:
el inconsciente colectivo se nutre de las proyecciones de todos nosotros, y de ahí nace la realidad consensuada en la que vivimos, teniendo en cuenta que, además, contiene las formas mentales provenientes de las manipulaciones que insertan aquellos en el poder, para que pensemos en ciertas direcciones o tengamos ciertas ideas sobre ciertos temas.
La
razón principal por la que no tenemos aun el potencial de librarnos de
las grandes razas que gestionan el sistema de vida en nuestro planeta es
que tienen un agarre brutal y profundo sobre este inconsciente
colectivo. Debido a que hay muchas personas, sabiéndolo y sin saberlo,
que están conectando, llamando, vibrando, o pidiendo ayuda a diferentes
formas, energías, egregores, “dioses”, etc., creadas por estas razas,
estamos sosteniendo, sin ser conscientes de ello, el permiso que les
hemos dado, desde la antigüedad, para que puedan mantenerse en control.
Básicamente, cualquiera de estos Dracos, mantids, Anunnakis y demás dicen algo así como “no podéis echarnos porque hay muchas personas que siguen clamando nuestra ayuda”, mientras que en el otro bando dicen “si,
pero esas personas no saben que están clamando la ayuda de aquellos que
les someten y manipulan, y que están siguiendo engañadas para que os
permitan estar aquí”. Básicamente, ya os podéis imaginar que las
peticiones de ayuda o de conexión que se les hacen están imbuidas en la
mayoría de religiones, sistemas de creencias, plegarias y ritos del
planeta, donde, al solicitar asistencia de un Yahvé y sus derivados, de
un dios tal, o de un dios pascual, no hacemos más que pedir que sigan
conectados y presentes en nuestro sistema de creencias aquellos que en
su día se hicieron pasar por esos dioses arquetípicos, lo cual les
proporciona ese agarre que os comentaba directamente a la parte central
del inconsciente colectivo, desde donde se gestionan los arquetipos más
importantes que el ser humano usa para la proyección de la realidad
consensuada y general.
Una limpieza a cuenta gotas
Es
por esta razón que limpiar el inconsciente colectivo de nuestra especie
se hace tarea titánica, y solo lo vamos consiguiendo a cuentagotas,
sumando poco a poco, conocimiento y consciencia al porqué de la
situación planetaria y de porqué cuesta tanto “deshacerse” de los que
frenan este camino de crecimiento que estamos intentando transitar.
Ahora mismo, ninguno de nosotros podemos desmontar estos ritos,
religiones, plegarias y peticiones que millones de personas en el mundo
hacen a diario, pero si que podemos ir siendo conscientes poco a poco de
lo que significan estas peticiones a todo aquello que no sea nuestro
propio ser, nuestro propio Yo Superior, nuestra propia “chispa divina”
interior. La ayuda que se necesita, se solicita “hacia dentro”, hacia la
Fuente y la “divinidad” presente en nosotros mismos, ya que es el canal
directo hacia los recursos, conocimientos y herramientas que cada uno
precisa. Cuando se solicita hacia afuera, la llamada la responde aquello
que está más acorde a la vibración de la persona, lo cual a veces no es
del todo lo que está alineado con su bien mayor, ni con la
vibración-consciencia-ser que la persona cree que va a responder. Como
todo, forma parte de lo que nos han enseñado a hacer, buscar todo fuera,
y pedir ayuda siempre fuera, y hemos de hacernos conscientes que sigue
siendo necesario hacer lo contrario, trabajar desde dentro, pues no hay
nadie que no tenga un canal directo con cualquier fuerza alineada con
los poderes más elevados de la luz, amor y verdad, si lo hace desde la
parte suya que es pura luz, amor y verdad.
Seguiremos
imbuyendo todo este conocimiento en la psique común, y seguiremos
tratando de darnos cuenta de lo que proyectamos con lo que pedimos,
pensamos y solicitamos. En algún momento, conseguiremos que el amarre
del sistema de control a nuestro inconsciente colectivo se debilite, se
suelte y se disipe, haciendo más fácil entonces poder reducir el poder
de manipulación que aun tiene sobre nosotros, a través de nuestro
inconsciente y subconsciente. Luego, los siguientes pasos ya vendrán por
si solos a su debido tiempo.
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