Bar España: un caso demasiado atroz para ser creíble
ara.cat
En 2008 Valentí Figueres, autor del premiado documental El Efecto K. El montador de Stalin, desarrolló el guión de una ficción llamada La depuradora.
Lo hizo inspirado por los chismes que se contaban sobre un importante
cargo político del PP en Castellón. No encontró ninguna productora que
apostara por su proyecto, principalmente porque, a pesar de que se
trataba de una de esas películas que se presentan con un rótulo que
asegura que cualquier parecido con la realidad es una coincidencia, la
descripción del personaje y la ambientación de la historia evidenciaban a
quién hacía referencia el protagonista del film, y la trama contenía
pasajes demasiado delicados.
Figueres quería
distanciar al espectador de cualquier simpatía con el personaje, y lo
imaginó en la situación más deplorable y obscena en la que lo podía
envolver: una orgía con drogas y abusos a menores. Todo respondía a un
rumor que su suegro le había contado sobre la presencia de altas
personalidades de la sociedad castellonense en un bar de carretera de
Vinaròs donde a menudo se veía a grupos de niños entrando y saliendo a
horas intempestivas. Con el guión de La depuradora
guardado en un cajón, el director quiso averiguar qué había detrás de
aquella historia de la que todo Castellón hablaba. "Cuando descubrí qué
se comentaba sobre el Bar España, el corazón me dio un vuelco. Todo lo
que yo había imaginado podría haber sucedido realmente", recuerda.
¿La alcantarilla más apestosa?
En los últimos dos años Figueres se ha adentrado en una investigación
en torno al caso, recogiendo los documentos y testigos que Reinaldo
Colás, padre de dos de las supuestas víctimas, recopiló en los años 90.
Según la hipótesis de La manada, el documental que
ilustrará esta investigación, a finales de los 90 unos ochenta niños de
la residencia de menores Baix Maestrat de Vinaròs fueron torturados,
violados y grabados en vídeo en orgías que tenían lugar en este bar y en
la masía Mas del Coll de Rossell, y en las que habrían participado
poderosas y conocidas personalidades del País Valenciano. Se calcula que
cinco menores perdieron la vida víctimas de los excesos de sus
verdugos. "Si los hechos son terribles, los nombres que citan las
supuestas víctimas son realmente preocupantes, ya que, si su vinculación
es cierta, pondrían en seria duda los fundamentos de nuestro sistema
democrático", afirma Figueres. De las ochenta víctimas que habrían
sufrido abusos durante aquella época, diecisiete, de nueve familias
diferentes, presentaron denuncia. Además, tres personas se han inculpado
por haber presenciado estas orgías. Según denuncia Figueres, "ninguna
denuncia ha ido acompañada de una investigación rigurosa". Y es que los
residentes del Baix Maestrat eran niños de familias desestructuradas,
vulnerables y con un nivel sociocultural muy bajo. Todos excepto dos
niñas, hijas del citado peluquero y empresario Reinaldo Colás.
Discípulo de Llongueras, Colás tuvo una gran popularidad en Castellón
de finales de los 90. Pero todo se torció cuando sus dos niñas, que
entonces tenían 3 y 5 años, confesaron que la nueva pareja de su madre,
un empresario italiano , había abusado de ellas. La denuncia que
interpuso contra este hombre supuso la primera de las muchas veces en
las que Colás recurrió a la justicia. Y es que destapar estos supuestos
abusos sirvió para abrir la caja de Pandora: varios niños del Baix
Maestrat reconocían al italiano como uno de los hombres que abusaban de
ellos cuando, noche tras noche, eran llevados por sus monitores a los
pisos superiores del Bar España.
La distorsión
Uno de los hechos que más sorprenden a Figueres es que, veinte años
después, muchos de aquellos menores mantienen invariable su testimonio.
La justicia, sin embargo, no ha considerado nunca que exista un caso Bar
España. Al contrario, la juez Sofía Díaz, identificada por las
supuestas víctimas como una de las participantes en las orgías, ha
interpuesto varias demandas contra algunos de los denunciantes y ha
ordenado el cierre de aquellas webs que la relacionan con la trama, ya
que considera que han vulnerado su honor.
Internet ha
sido sin duda el terreno donde se ha cultivado esta leyenda negra. Las
sorprendentes interpretaciones que desde páginas como Un técnico
preocupado se han hecho de los testimonios de los niños han terminado
distorsionando la historia, relacionándola con el satanismo o con una
conspiración de escala muy superior de lo que las denuncias permiten
imaginar. "No han hecho ningún favor al caso: sea cierto o no lo que han
publicado, lo han convertido en un relato de literatura fantástica",
afirma Figueres.
¿Qué fue de los niños?
La vida de los que aseguran que han sido víctimas de abusos y
vejaciones se ha convertido, en la mayoría de casos, en un auténtico
calvario. Muchos han acabado cayendo en la delincuencia o la
drogadicción, Mari Carmen Moreno, que es entrevistada en La manada,
sobrevive mendigando en las calles de Oropesa, y los hermanos Miguel
Ángel y Domingo Maura llevan una década encerrados en la prisión de
Albocàsser condenados por delitos menores. En diciembre del año pasado
la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, se
comprometió con un grupo de víctimas y familiares a estudiar su caso.
Las cosas no han ido mucho mejor para Colás, que, totalmente arruinado y
enfermo, cumplió en 2008 quince meses de cárcel por denuncia falsa, un
delito por el que se le volverá a juzgar el 25 de septiembre.
"Yo no sé si estos hechos son reales. Quizás estoy ante la historia de
un gran manipulador, Reinaldo Colás, que ha logrado convencer a toda
esta gente para que siga diciendo estas cosas veinte años más tarde. O
quizás estoy filmando un documental sobre una de las atrocidades más
grandes de la historia de este país", explica Figueres, que tiene la
intención de empezar a montar La manada después del verano.
Epílogo
Desde que Antena 3 trató el caso en el reportaje Pederastas al
descubierto en 2008, varios medios como El Triangle, Aquí Actualidad o
Kale Gorria lo han abordado en los últimos años. En los reportajes de
estos tres medios se repiten varios nombres como supuestos implicados en
la trama de Castellón: Bernard Alapetite, pederasta condenado vinculado
a la extrema derecha francesa; Giuseppe Farina, empresario italiano y
expresidente del Milan, y Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de
Castellón, entre otros.
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