¿Hecatombe y abismo u oportunidad y salida social de la crisis?
En
el siguiente párrafo exponemos una visión que puede ser calificada de
pesimista por muchos, pero incluso de demasiado "suave" por otros.
España vivirá sus días más negros, de eso no cabe duda, pero de nosotros
depende elegir si queremos que sea así simplemente, o si aprovecharemos
la situación para lograr lo que, de otra manera, tampoco sería posible.
¿Seremos capaces, como pueblo, de lograr una salida social y potenciar
todo aquello que estaba deprimido y en declive?
► En España se empiezan a seguir -tétricamente de la misma manera- los pasos que llevaron a situaciones más que previsibles en otros países.
* Estamos en la antesala de lo que ocurrió en Grecia para que dejasen de recibir suministro farmacéutico por parte de Roche. (http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/roche-asegura-dejara-...)
* Las escenas de "invasión" de entidades bancarias y su cierre forzoso, tan vistas en la Argentina del corralito, empiezan a ser parte del paisaje habitual en varias regiones de nuestro país
(http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/sombra-del-corralit...; http://www.europapress.es/galicia/noticia-grupo-afectados-preferent...)
Decían que era "técnicamente imposible que hubiese corralito en España"... ¿Qué está ocurriendo con los afectados por las preferentes? ¿O con aquellos que invirtieron en acciones en Bankia? ¿Están pudiendo recuperar sus ahorros o dar salida al dinero invertido?
► Seamos claros: estamos en la antesala del corralito español. Los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles, se disparan los saqueos en un clima de caos general.
► Revisemos la historia: 2001. Buenos Aires, Argentina. Economía mundial en proceso de recuperación post-burbuja tecnológica, economía argentina en grave recesión por diferentes motivos: la deuda externa dispara el déficit fiscal. La administración falsea cuentas públicas, generando desconfianza entre los inversores internacionales. Con un gobierno que miente de forma compulsiva los acreedores perciben mayor inestabilidad, exigen a cambio un retorno más elevado. Fernando de la Rúa, presidente argentino, pide desesperado ayuda al Fondo Monetario Internacional. Se aprueba un plan de estabilización (más impuestos y menos gasto público), el objetivo pasa por reducir el déficit minimizando el pago de intereses. Los funcionarios de Washington vigilan atentamente su cumplimiento, no regalarán más ayudas si los argentinos no cumplen las condiciones. El gobierno presenta una reforma ficticia del sistema, los políticos argentinos no quieren perder sus privilegios. Todos los impuestos aumentan; los recortes, en cambio, resultan limitados y mal enfocados. El paro llega al 18%. La situación requiere la aparición de un líder fuerte (que genere confianza) pero el presidente resta ausente, sobrepasado por las circunstancias. Los aumentos impositivos no juegan nunca a favor de la economía y la situación se agrava, los intereses exigidos resultan cada vez mayores. Los burócratas no consiguen engañar más tiempo al mercado: la prima de riesgo (comparada con la deuda pública americana) se dispara. Una retirada a tiempo es una victoria y el FMI decide cerrar el grifo, la deuda no será ya devuelta en su totalidad. Nadie cree que la cotización del peso siga ligada al dólar estadounidense y empieza la fuga de capitales, la ciudadanía busca refugiarse en una moneda más segura antes de que llegue la tormenta (evitando así la depreciación). Domingo Cavallo, ministro de economía, impone restricciones a la retirada de capitales al extranjero. El pánico crece ante la sensación generalizada de que el gobierno no controla el devenir de la economía. Los argentinos acuden de forma masiva a retirar sus fondos pero los bancos no tienen suficiente dinero. Se limitan los retiros en efectivo a 250 pesos semanales (cantidad que garantiza cubrir necesidades básicas). Ya ha llegado el corralito: los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles en las principales ciudades del país, se disparan los saqueos en un clima de anarquía general; la policía no logra controlar la situación. El comercio se paraliza debido a la restricción monetaria, muchas empresas se ven obligadas a cerrar. El estado del bienestar se desploma (sin dinero con el que financiarse), la crisis social se agudiza. La realidad resulta insostenible, llegamos al punto de no-retorno: el peso se desvincula oficialmente del dólar americano con una fuerte devaluación (con un cambio de 1 dólar = 1,40 pesos). Los ciudadanos pierden gran parte de su poder adquisitivo por culpa de la mala gestión del gobierno. El pesimismo se extiende entre la población. Argentina vivirá sus días más negros.
► Volvamos a la actualidad: 2012. Madrid, España. Economía mundial en proceso de recuperación post-crisis financiera, economía española en grave recesión por diferentes motivos: la deuda externa dispara el déficit fiscal. La administración falsea cuentas públicas, generando desconfianza entre los inversores internacionales. Con un gobierno que miente de forma compulsiva los acreedores perciben mayor inestabilidad, exigen a cambio un retorno más elevado. Mariano Rajoy, presidente español, pide desesperado ayuda a la Unión Europea. Se aprueba un plan de estabilización (más impuestos y menos gasto público), el objetivo pasa por reducir el déficit minimizando el pago de intereses. Los funcionarios de la Troika vigilan atentamente su cumplimiento, no regalarán más ayudas si los españoles no cumplen las condiciones. El gobierno presenta una reforma ficticia del sistema, los políticos españoles no quieren perder sus privilegios. Todos los impuestos aumentan; los recortes, en cambio, resultan limitados y mal enfocados. El paro llega al 25%. La situación requiere la aparición de un líder fuerte (que genere confianza) pero el presidente resta ausente, sobrepasado por las circunstancias.
(http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/sombra-del-corralit...; http://www.europapress.es/galicia/noticia-grupo-afectados-preferent...)
► Hablemos de futuro. Los aumentos impositivos no juegan nunca a favor de la economía y la situación se agrava, los intereses exigidos resultan cada vez mayores. Los burócratas no consiguen engañar más tiempo al mercado: la prima de riesgo (comparada con la deuda pública alemana) se dispara. Una retirada a tiempo es una victoria y la UE decide cerrar el grifo, la deuda no será ya devuelta en su totalidad. Nadie cree que España siga ligada al euro y empieza la fuga de capitales, la ciudadanía busca refugiarse en una moneda más segura antes de que llegue la tormenta (evitando así la depreciación). Luis de Guindos, ministro de economía, impone restricciones a la retirada de capitales al extranjero. El pánico crece ante la sensación generalizada de que el gobierno no controla el devenir de la economía. Los españoles acuden de forma masiva a retirar sus fondos pero los bancos no tienen suficiente dinero. Se limitan los retiros en efectivo a 250 euros semanales (cantidad que garantiza cubrir necesidades básicas). Ya ha llegado el corralito: los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles en las principales ciudades del país, se disparan los saqueos en un clima de desorden público; la policía no logra controlar la situación. El comercio se paraliza debido a la restricción monetaria, muchas empresas se ven obligadas a cerrar. El estado del bienestar se desploma (sin dinero con el que financiarse), la crisis social se agudiza. La realidad resulta insostenible, llegamos al punto de no-retorno: España se desvincula del euro y vuelve a una peseta fuertemente devaluada. Los ciudadanos pierden gran parte de su poder adquisitivo por culpa de la mala gestión del gobierno. El pesimismo se extiende entre la población.
Evitémoslo. Permanezcamos unidos. Organicémonos.
Somos un pueblo. Ellos una casta minoritaria que no nos representa.
¡Nunca más seremos mercancía en manos de políticos y banqueros!
— con mariano rajoy.
DRY Democracia real YA
TOMADO DE STOP SECRETS
► En España se empiezan a seguir -tétricamente de la misma manera- los pasos que llevaron a situaciones más que previsibles en otros países.
* Estamos en la antesala de lo que ocurrió en Grecia para que dejasen de recibir suministro farmacéutico por parte de Roche. (http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/roche-asegura-dejara-...)
* Las escenas de "invasión" de entidades bancarias y su cierre forzoso, tan vistas en la Argentina del corralito, empiezan a ser parte del paisaje habitual en varias regiones de nuestro país
(http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/sombra-del-corralit...; http://www.europapress.es/galicia/noticia-grupo-afectados-preferent...)
Decían que era "técnicamente imposible que hubiese corralito en España"... ¿Qué está ocurriendo con los afectados por las preferentes? ¿O con aquellos que invirtieron en acciones en Bankia? ¿Están pudiendo recuperar sus ahorros o dar salida al dinero invertido?
► Seamos claros: estamos en la antesala del corralito español. Los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles, se disparan los saqueos en un clima de caos general.
► Revisemos la historia: 2001. Buenos Aires, Argentina. Economía mundial en proceso de recuperación post-burbuja tecnológica, economía argentina en grave recesión por diferentes motivos: la deuda externa dispara el déficit fiscal. La administración falsea cuentas públicas, generando desconfianza entre los inversores internacionales. Con un gobierno que miente de forma compulsiva los acreedores perciben mayor inestabilidad, exigen a cambio un retorno más elevado. Fernando de la Rúa, presidente argentino, pide desesperado ayuda al Fondo Monetario Internacional. Se aprueba un plan de estabilización (más impuestos y menos gasto público), el objetivo pasa por reducir el déficit minimizando el pago de intereses. Los funcionarios de Washington vigilan atentamente su cumplimiento, no regalarán más ayudas si los argentinos no cumplen las condiciones. El gobierno presenta una reforma ficticia del sistema, los políticos argentinos no quieren perder sus privilegios. Todos los impuestos aumentan; los recortes, en cambio, resultan limitados y mal enfocados. El paro llega al 18%. La situación requiere la aparición de un líder fuerte (que genere confianza) pero el presidente resta ausente, sobrepasado por las circunstancias. Los aumentos impositivos no juegan nunca a favor de la economía y la situación se agrava, los intereses exigidos resultan cada vez mayores. Los burócratas no consiguen engañar más tiempo al mercado: la prima de riesgo (comparada con la deuda pública americana) se dispara. Una retirada a tiempo es una victoria y el FMI decide cerrar el grifo, la deuda no será ya devuelta en su totalidad. Nadie cree que la cotización del peso siga ligada al dólar estadounidense y empieza la fuga de capitales, la ciudadanía busca refugiarse en una moneda más segura antes de que llegue la tormenta (evitando así la depreciación). Domingo Cavallo, ministro de economía, impone restricciones a la retirada de capitales al extranjero. El pánico crece ante la sensación generalizada de que el gobierno no controla el devenir de la economía. Los argentinos acuden de forma masiva a retirar sus fondos pero los bancos no tienen suficiente dinero. Se limitan los retiros en efectivo a 250 pesos semanales (cantidad que garantiza cubrir necesidades básicas). Ya ha llegado el corralito: los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles en las principales ciudades del país, se disparan los saqueos en un clima de anarquía general; la policía no logra controlar la situación. El comercio se paraliza debido a la restricción monetaria, muchas empresas se ven obligadas a cerrar. El estado del bienestar se desploma (sin dinero con el que financiarse), la crisis social se agudiza. La realidad resulta insostenible, llegamos al punto de no-retorno: el peso se desvincula oficialmente del dólar americano con una fuerte devaluación (con un cambio de 1 dólar = 1,40 pesos). Los ciudadanos pierden gran parte de su poder adquisitivo por culpa de la mala gestión del gobierno. El pesimismo se extiende entre la población. Argentina vivirá sus días más negros.
► Volvamos a la actualidad: 2012. Madrid, España. Economía mundial en proceso de recuperación post-crisis financiera, economía española en grave recesión por diferentes motivos: la deuda externa dispara el déficit fiscal. La administración falsea cuentas públicas, generando desconfianza entre los inversores internacionales. Con un gobierno que miente de forma compulsiva los acreedores perciben mayor inestabilidad, exigen a cambio un retorno más elevado. Mariano Rajoy, presidente español, pide desesperado ayuda a la Unión Europea. Se aprueba un plan de estabilización (más impuestos y menos gasto público), el objetivo pasa por reducir el déficit minimizando el pago de intereses. Los funcionarios de la Troika vigilan atentamente su cumplimiento, no regalarán más ayudas si los españoles no cumplen las condiciones. El gobierno presenta una reforma ficticia del sistema, los políticos españoles no quieren perder sus privilegios. Todos los impuestos aumentan; los recortes, en cambio, resultan limitados y mal enfocados. El paro llega al 25%. La situación requiere la aparición de un líder fuerte (que genere confianza) pero el presidente resta ausente, sobrepasado por las circunstancias.
(http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/sombra-del-corralit...; http://www.europapress.es/galicia/noticia-grupo-afectados-preferent...)
► Hablemos de futuro. Los aumentos impositivos no juegan nunca a favor de la economía y la situación se agrava, los intereses exigidos resultan cada vez mayores. Los burócratas no consiguen engañar más tiempo al mercado: la prima de riesgo (comparada con la deuda pública alemana) se dispara. Una retirada a tiempo es una victoria y la UE decide cerrar el grifo, la deuda no será ya devuelta en su totalidad. Nadie cree que España siga ligada al euro y empieza la fuga de capitales, la ciudadanía busca refugiarse en una moneda más segura antes de que llegue la tormenta (evitando así la depreciación). Luis de Guindos, ministro de economía, impone restricciones a la retirada de capitales al extranjero. El pánico crece ante la sensación generalizada de que el gobierno no controla el devenir de la economía. Los españoles acuden de forma masiva a retirar sus fondos pero los bancos no tienen suficiente dinero. Se limitan los retiros en efectivo a 250 euros semanales (cantidad que garantiza cubrir necesidades básicas). Ya ha llegado el corralito: los ahorros de la población confiscados temporalmente por orden del gobierno. El caos se apodera de las calles en las principales ciudades del país, se disparan los saqueos en un clima de desorden público; la policía no logra controlar la situación. El comercio se paraliza debido a la restricción monetaria, muchas empresas se ven obligadas a cerrar. El estado del bienestar se desploma (sin dinero con el que financiarse), la crisis social se agudiza. La realidad resulta insostenible, llegamos al punto de no-retorno: España se desvincula del euro y vuelve a una peseta fuertemente devaluada. Los ciudadanos pierden gran parte de su poder adquisitivo por culpa de la mala gestión del gobierno. El pesimismo se extiende entre la población.
Evitémoslo. Permanezcamos unidos. Organicémonos.
Somos un pueblo. Ellos una casta minoritaria que no nos representa.
¡Nunca más seremos mercancía en manos de políticos y banqueros!
— con mariano rajoy.
DRY Democracia real YA
TOMADO DE STOP SECRETS
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