El periodismo post-11S y la ufología
Abordar
un tema como el de los OVNIS que aparecieron el día 11 de Septiembre de
2001 a nivel periodístico es algo difícil para los medios generalistas
del mundo occidental. La tragedia, sus consecuencias y el shock
emocional coparon absolutamente toda la actualidad informativa y no era
para menos. Si nos parásemos a pensar qué hubiera pasado si en medio de
toda aquella vorágine de sentimientos hubiese aparecido el tema de los
OVNIS, quizás el 11-S hubiera sido el acontecimiento definitivo de la
historia de la humanidad.
Bien
es cierto, y hechos como el caso Campeche lo demuestran, que la
actualidad del tema OVNI jamás pasa de un par de días de aparición en
los medios. Las explicaciones sobre el tema de los OVNIS son muy
rápidas, siempre aparecen meteorólogos que exponen alguna teoría
imposible y absurda y eso es lo que queda. El público, ciego ante la
gigantesca cantidad de información que Internet y el periodismo actual
genera, no busca mayores complicaciones. No serán OVNIS, será cualquier
otra cosa. Caso cerrado y fin del cuento.
El
periodismo en el tema de los OVNIS ha experimentado diferentes etapas.
Durante los años 70 y 90 pudimos observar un gran seguimiento de algunos
casos pero todo aquello se diluyó con el tema de las abducciones y la
escasez de casos de los años 80. Es duro presenciar que años de
investigaciones de personas científicas serias que han dedicado toda una
vida al estudio de los no identificados, se van al garete por la
aparición de ciertos personajes en busca de efímera fama televisiva que
son capaces de todo por “cuatro perras”. El periodismo sacó tajada, fue
mercantilista y faltó a la verdadera realidad del fenómeno ensalzando a
todos aquellos sinvergüenzas que dejaban a la altura del betún a las
personas que sí habían demostrado de manera respetable que el fenómeno
de las abducciones tenía un lúgubre pero real trasfondo.
Actualmente
los reportes de OVNIS se multiplican exponencialmente en los cinco
continentes, y el seguimiento informativo se reduce a unos cuantos
héroes que buscan la verdad sin miedo al qué dirán y a qué repercusiones
se producirán. Las cadenas de televisión parecen empezar a mostrar
tímidamente cierto interés ante todo este nuevo despertar ufológico en
base a la increíble cantidad de pruebas que se están dando en este mundo
globalizado en el que los dispositivos de grabación y fotografía están
más que nunca al alcance de nuestra mano. Ahí está la clave: la
inmediatez. El periodismo no puede obviar que nuestros móviles,
videocámaras, y cámaras digitales, cada vez con más uso en este mundo de
miles de millones de fotografías, estén captando a estos imposibles y a
la vez posibles visitantes de La Tierra.
Pero
lo hacen tímidamente siguiendo Dios sabe qué instrucciones de no llamar
la atención mucho con el tema, y de no dar un seguimiento serio y
exhaustivo a este tipo de fenómenos, relegándolo a la subcultura, a la
alcoba de los aficionados e investigadores, condenándolo a un olvido
premeditado. Los OVNIS del 11-S son la muestra fehaciente también de un
triunfo del poder sobre la educación en el periodismo. Focalizar en lo
importante, el drama, y obviar el tema del “misterio”, el tema prófugo
que a nadie debe interesar, pero que resulta que a algunos nos interesa.
En
este “mundo de la información”, donde un dato tarda un segundo en dar
la vuelta al planeta tierra, la presentación de OVNIS se ha obviado
completa y sistemáticamente. Casos como las luces de Phoenix, las
flotillas de México, los EBANIS… ¿Qué hace el periodismo que no saca
estas noticias a nivel mundial? ¿Son acaso las agencias de noticias las
responsables de la infamia comunicativa que afecta a los avistamientos
de OVNIS reales? ¿Por qué bloquean esta información? La libertad de
prensa confiere un aspecto de globalización en su conjunto porque ser
libre significa poder decir todo lo que ha pasado el tiempo que haga
falta.
Es
posible que todo esto tenga que ver con nuestra propia formación
educativa. En mi periodo escolar por ejemplo nunca tuve oportunidad de
hablar del tema OVNI. No es educación aunque los gobiernos a su vez si
lo estudien, no es información necesaria para nuestra cultura, aunque
nuestra cultura haya accedido a miles y miles de datos que demuestran lo
contrario.
¿Dónde estaba el periodismo de investigación durante
los OVNIS del 11-S? Sí que es cierto que existen iniciativas para
esclarecer científicamente las razones para el derrumbe casi en caída
libre de las Torres Gemelas y la existencia o no de un avión en el
Pentágono, aunque parezca inverosímil. Pero de los objetos, de un
análisis de los mismos, de una localización espacial de una comparación
como la que yo hago en este libro he visto muy, muy pocos trabajos,
siendo más curioso aun que las imágenes sean completamente accesibles y
que estén a su alcance a un solo click de usted.
El
periodismo y los OVNIS del 11-S, una relación rota por los
convencionalismos y reparos de un sector que se ha convertido en
partidista y cuyo poder aparentemente infinito en muchas ocasiones,
siempre se sitúa por debajo de esa bestia que parece dominar
todo. Cuando el día 13 de Octubre de 2010 estos mismos OVNIS del 11-S
flotaron de nuevo sobre Nueva York, no vi más que un par de días de
algún comentario en algún noticiario, repercusión totalmente injusta
ante un avistamiento absolutamente impresionante. Si nuestro periodismo
se niega a admitir la verdad sobre los OVNIS del 11-S significa que o
bien no ha buscado consecuentemente la verdad, o bien jamás pensó en
buscarla, resultados ambos muy del gusto de la política oficial de
oscurantismo con respecto a este tema tan real y vivo como usted o como
yo.
Ufopolis.NET 2012.
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