Los problemas del ego para mantenerse en el “ahora” - David Topí
davidtopi.com
Todos
pasamos la mayor parte de nuestro tiempo viviendo en el futuro, o en el
pasado, y de ahí viene también la mayor parte de nuestras frustraciones
y ansiedades. Los procesos mentales que rigen y controlan nuestra
psique, empezando por el programa ego como software de gestión de la
misma (no como el concepto de “vanidad”), no comprenden, y no están
programados, para mantenerse en el momento presente, de ahí que salte
sin cesar por las propias rutinas y parámetros que lo componen, hacia lo
que vendrá en lo que es percibido como futuro, o en lo que ya ha sido,
que es percibido como pasado, algo en lo que se basa, además, para
construir, y prepararse para lo que, supuestamente, vaya a llegar.
Al
no poder existir en el instante “actual”, nos condena a todos nosotros,
que funcionamos normalmente de forma automática o semi-automática, a
nunca estar “presentes” en ese “ahora”, a no ser que hagamos el esfuerzo
consciente de volver a “este momento” de forma recurrente, activando la
consciencia del ser que somos, para desactivar la inercia del ego que
poseemos, y, cuando lo conseguimos, al menos durante unos instantes, es
como haber conseguido aterrizar un avión y tocar tierra de nuevo,
sintiendo que volvemos a “estar aquí”, siendo plenamente conscientes de
todo nuestro entorno, realidad y mundo exterior, aunque breves segundos
después volvamos a elevarnos, dejar de tocar tierra y volver a ir de
nuevo en piloto automático, y dirigidos por los procesos mentales
normales que toman los mandos, y relegan una vez más a otro lugar a la
consciencia de ese ser, a donde no le moleste a ese “ego”, y a su
sistema de navegación automática incorporado.
La consciencia real, solapada por la artificial
¿Dónde
se ubica entonces nuestra consciencia real cuando no estamos presentes?
Si estoy en ese “aquí y ahora”, tenemos una nitidez y claridad en la
percepción de la realidad que se pierde cuando no estoy, pero si yo soy
mi consciencia, no mi ego ni mis programas mentales, ¿en que lugar quedo
yo relegado cuando no estoy forzando mi presencia total y control sobre
el vehículo que ocupo y sus procesos mentales? Estoy, por decirlo así,
solapado, tapado por la consciencia artificial que subyace y forma la
parte externa y la capa superficial de mi esfera de consciencia, que ya
hemos explicado en varios artículos y vídeos, y que nos dota de los
mecanismos para poder andar por la vida de forma semi-autónoma sin que
lo que soy realmente, la consciencia del ser o Yo superior, tenga que
intervenir para nada si no se hace el esfuerzo consciente y constante
para ello, por parte de algún componente de la personalidad, que
comprenda que los mecanismos de gestión de la realidad imbuidos en el
cuerpo mental, en las esferas mentales, en el conjunto de la psique, son
solo una herramienta a servicio de esas otras partes más elevadas de
uno mismo, para poder tener el control del conjunto del vehículo que nos
define como seres humanos, y no un fin por ellos mismos como ente
autónomo de gestión de la encarnación en curso (el ego y sus programas).
Este
tipo de funcionamiento a través del piloto automático, y las
dificultades que tenemos para mantenernos en el momento presente vienen
agravadas, porque así ha sido diseñado el sistema de gestión de nuestro
planeta y sociedad, por las innumerables distracciones hacia el mundo
exterior que nos envuelven. Cuando vemos la tele, cuando escuchamos
música, cuando leemos, cuando estamos con la mente enfocada en algo que
viene de fuera, no podemos estar presentes aquí y ahora, pues este
estado requiere un esfuerzo para que la mente se acalle y se permita la
salida a la superficie de la consciencia del ser, ya que a la mínima que
uno se deja llevar por lo que estás viendo en cualquier programa,
lugar, situación, etc., y dejamos que los mecanismos automáticos de
gestión de esa percepción tomen los mandos, vuelvo a quedarme solapado
(el verdadero “yo”, el ser que soy), y vuelve a perder (mi
personalidad), la noción de presencia, alerta y de “estar”, volviendo a
activarse los programas de gestión que nos llevan a pensar en lo que
pasará mañana o lo que hice ayer, como medida de preparación,
planificación, protección o prevención de todo tipo de eventos que el
ego no desea no poder controlar, y no puede dejar de analizar, para
estar preparado para los mismos, más allá de que la parte consciente de
nuestra personalidad lo quiera, lo haya decidido o lo esté activando
conscientemente, pues el ego actúa de forma independiente, y gestiona
los procesos mentales, yos y sub-personalidades a su conveniencia.
Un diseño para no estar “aquí”
¿Porqué
no puede el ego vivir en el presente? Porque es un programa que tiene
como último objetivo la supervivencia del cuerpo humano y el control
total de su realidad, en todos los detalles y niveles de la misma, así
como la ofuscación de todo aquello que no sea el mundo exterior de la
materia en el que existimos, empezando por la existencia y consciencia
del ser que somos. Cuando estás aquí y ahora, no hay nada que
planificar, no hay nada que preparar, nada que analizar, nada que prever
para mañana, y eso va en contra de la misma existencia de este sistema
imbuido en cada ser humano en los albores de nuestra creación como
especie mediante manipulación genética. Al tener siempre un sistema
insertado en la psique que no tiene un parámetro que le permita entender
el “ahora”, no puede vivir en él mientras tenga control de la vida, y,
como tiene, generalmente, mucho o todo el poder sobre la personalidad
que creamos, la consciencia del ser que somos está, generalmente,
opacada y solapada, y a la espera de que alguna parte de la personalidad
humana haga el esfuerzo de “despertarla” y manifestarla, dejando de
existir en el futuro o en el pasado, y dejando de evadirnos
constantemente de ese eterno presente, que es el estado natural de todo
en la Creación.
Y es que estar presente es un
estado que el ego no comprende, pues le niega su propia razón de ser, y
por lo tanto, luchará por cortarlo a toda costa, activando decenas de
mecanismos de los que dispone para ello: activando recuerdos,
preocupaciones, revisando la lista de tareas pendientes, llevándote a
escenarios mentales de cosas que ya han pasado o que pueden pasar, etc.
Todo aquello que encuentre en el concepto lineal del pasado o todo
aquello que encuentre para el concepto lineal de futuro es bueno para el
ego, y malo, al menos, no óptimo, para la manifestación de la
consciencia de nuestro ser o Yo Superior.
Abriendo brechas en las barreras
Finalmente,
el trabajo que necesitamos realizar, no es tanto luchar contra ese ego y
su funcionamiento, sino forzar regularmente la presencia y
manifestación de la consciencia del ser en ese “instante presente”, ya
que, de esta manera, se rompen paulatinamente las barreras que impiden
de forma natural que la consciencia de nuestro Yo Superior tome el mando
del conjunto de la psique para la encarnación en curso que estamos
teniendo. El ser puede controlar y dirigir al programa ego sin ningún
problema, cuando tiene la suficiente vía libre y presencia para ello,
resultado del trabajo interior de la persona para ir desmontando todo
aquello que opaca e impide, sin forzar y de forma natural, manifestarlo
al exterior, y poder entonces tomar realmente el control de la
existencia humana, relegando a segundo plano, o desactivando por
completo en última instancia, la mayoría de mecanismos automáticos de
gestión de la misma.
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