Mientras más tiempo pases en Facebook, peor te sentirás
soyespiritual.com
El usuario medio de Facebook
pasa alrededor de una hora al día en esta red social, según reveló la
propia compañía el año pasado. De hecho, muchas de las personas que
tienen un smartphone lo primero que hacen apenas se levantan, incluso
antes de salir de la cama, es revisar las redes sociales.
No hay dudas de que las relaciones interpersonales forman parte de nuestra naturaleza humana y son importantes para nuestro bienestar. De hecho, numerosos estudios indican que contar con una red de apoyo social es bueno para nuestra salud física y psicológica. Sin embargo, ¿esas relaciones online son igual de beneficiosas? ¿Qué impacto tienen en nuestro bienestar emocional?
Algunos estudios han indicado que el uso de las redes sociales nos distancia de las relaciones cara a cara, hace que nos involucremos en menos actividades significativas, aumenten los comportamientos sedentarios, erosiona la autoestima y empuja a las personas a realizar comparaciones sociales que terminan haciéndoles daño.
De hecho, la comparación tiene una enorme influencia en nuestro comportamiento, esa es la razón por la cual solemos compartir solo los aspectos positivos de nuestra vida en las redes sociales. Muchas personas, al comparar sus experiencias con las de los demás, suelen sentirse peor.
Sin embargo, también hay quienes afirman que la clave radica en que las personas con problemas de autoestima son quienes más usan esta red social e incluso hay otros que están convencidos de que Facebook es una fuente de apoyo emocional importante.
Psicólogos de la Universidad de Yale y de San Diego se propusieron descifrar este dilema, para ello recopilaron los datos de 5.208 adultos para analizar cómo variaba el bienestar en dependencia del tiempo de uso de la red social. Tuvieron en cuenta variables como la satisfacción con la vida, la salud mental y física así como el índice de masa corporal. También valoraron la amplitud y solidez de la red social en el mundo real de cada una de estas personas, así como su actividad en Facebook, desde sus comentarios hasta los “me gusta”.
A diferencia de otros estudios, en esta investigación los psicólogos les dieron seguimiento a los participantes a lo largo de dos años, lo cual les permitió formarse una visión más realista sobre el impacto de la red social en sus vidas. También tuvieron acceso a las cuentas de los participantes para analizar con mayor detalle cuánto tiempo pasaban en la red y cómo interactuaban. Por último, entrevistaron a las personas de su círculo social más íntimo.
Los resultados mostraron que las relaciones interpersonales en el mundo real mejoraban el bienestar , no así el uso de Facebook, el cual repercutía negativamente sobre todo en la salud mental. Estos psicólogos afirman que la cantidad de tiempo que le dedicamos a esta red a lo largo de un año, es un excelente predictor de la aparición de problemas de salud mental. También se apreció que el uso excesivo de Facebook afectaba la salud física y la satisfacción con la vida.
Estos resultados revelaron además que no existen grandes diferencias entre los distintos tipos de actividad, como dar un “me gusta”, publicar actualizaciones personales o hacer clic en los enlaces. Esto indica que no se trata de la actividad en sí misma sino más bien el tiempo que se le dedica a la red social. Los investigadores afirman que la clave no radica en la calidad sino en la cantidad.
Sin duda, el tiempo que pasamos delante de la pantalla es tiempo que le restamos a las personas significativas que están a nuestro alrededor, tiempo que le restamos a nuestros pasatiempos y tiempo que le restamos a la posibilidad de practicar actividad física o relajarnos.
Además, el engaño de las redes sociales es que nos hacen pensar que estamos implicados en relaciones sociales significativas, cuando en realidad esos vínculos no sustituyen el mundo real y, cuando apagamos el ordenador o el móvil, nos sentimos aún más solos.
Obviamente, no se trata de convertirse en ermitaños digitales, pero debemos cerciorarnos de que el mundo online no engulla el mundo real. No hay nada como disfrutar de una cena con los amigos, sentir el viento en la cara o simplemente escuchar buena música relajadamente. Cerciórate de vivir en el mundo real, no vivas para impresionar en el mundo virtual, vive cada día para impresionarte a ti mismo.
Fuente:
Shakya, H. B. & Christakis, N. A. (2017) Association of Facebook Use With Compromised Well-Being: A Longitudinal Study. Am J Epidemiol; 185(3): 203-211.
Escrito por Jennifer Delgado
via Rincón de la Psicología
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No hay dudas de que las relaciones interpersonales forman parte de nuestra naturaleza humana y son importantes para nuestro bienestar. De hecho, numerosos estudios indican que contar con una red de apoyo social es bueno para nuestra salud física y psicológica. Sin embargo, ¿esas relaciones online son igual de beneficiosas? ¿Qué impacto tienen en nuestro bienestar emocional?
Algunos estudios han indicado que el uso de las redes sociales nos distancia de las relaciones cara a cara, hace que nos involucremos en menos actividades significativas, aumenten los comportamientos sedentarios, erosiona la autoestima y empuja a las personas a realizar comparaciones sociales que terminan haciéndoles daño.
De hecho, la comparación tiene una enorme influencia en nuestro comportamiento, esa es la razón por la cual solemos compartir solo los aspectos positivos de nuestra vida en las redes sociales. Muchas personas, al comparar sus experiencias con las de los demás, suelen sentirse peor.
Sin embargo, también hay quienes afirman que la clave radica en que las personas con problemas de autoestima son quienes más usan esta red social e incluso hay otros que están convencidos de que Facebook es una fuente de apoyo emocional importante.
Psicólogos de la Universidad de Yale y de San Diego se propusieron descifrar este dilema, para ello recopilaron los datos de 5.208 adultos para analizar cómo variaba el bienestar en dependencia del tiempo de uso de la red social. Tuvieron en cuenta variables como la satisfacción con la vida, la salud mental y física así como el índice de masa corporal. También valoraron la amplitud y solidez de la red social en el mundo real de cada una de estas personas, así como su actividad en Facebook, desde sus comentarios hasta los “me gusta”.
A diferencia de otros estudios, en esta investigación los psicólogos les dieron seguimiento a los participantes a lo largo de dos años, lo cual les permitió formarse una visión más realista sobre el impacto de la red social en sus vidas. También tuvieron acceso a las cuentas de los participantes para analizar con mayor detalle cuánto tiempo pasaban en la red y cómo interactuaban. Por último, entrevistaron a las personas de su círculo social más íntimo.
Los resultados mostraron que las relaciones interpersonales en el mundo real mejoraban el bienestar , no así el uso de Facebook, el cual repercutía negativamente sobre todo en la salud mental. Estos psicólogos afirman que la cantidad de tiempo que le dedicamos a esta red a lo largo de un año, es un excelente predictor de la aparición de problemas de salud mental. También se apreció que el uso excesivo de Facebook afectaba la salud física y la satisfacción con la vida.
Estos resultados revelaron además que no existen grandes diferencias entre los distintos tipos de actividad, como dar un “me gusta”, publicar actualizaciones personales o hacer clic en los enlaces. Esto indica que no se trata de la actividad en sí misma sino más bien el tiempo que se le dedica a la red social. Los investigadores afirman que la clave no radica en la calidad sino en la cantidad.
Sin duda, el tiempo que pasamos delante de la pantalla es tiempo que le restamos a las personas significativas que están a nuestro alrededor, tiempo que le restamos a nuestros pasatiempos y tiempo que le restamos a la posibilidad de practicar actividad física o relajarnos.
Además, el engaño de las redes sociales es que nos hacen pensar que estamos implicados en relaciones sociales significativas, cuando en realidad esos vínculos no sustituyen el mundo real y, cuando apagamos el ordenador o el móvil, nos sentimos aún más solos.
Obviamente, no se trata de convertirse en ermitaños digitales, pero debemos cerciorarnos de que el mundo online no engulla el mundo real. No hay nada como disfrutar de una cena con los amigos, sentir el viento en la cara o simplemente escuchar buena música relajadamente. Cerciórate de vivir en el mundo real, no vivas para impresionar en el mundo virtual, vive cada día para impresionarte a ti mismo.
Fuente:
Shakya, H. B. & Christakis, N. A. (2017) Association of Facebook Use With Compromised Well-Being: A Longitudinal Study. Am J Epidemiol; 185(3): 203-211.
Escrito por Jennifer Delgado
via Rincón de la Psicología
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